El Periódico se enrola en la Expedición Malaspina desde Ciudad del Cabo hasta Perth
La Expedición Malaspina es la mayor misión científica de la historia de España sobre el cambio climático y la biodiversidad de los océanos. Un total de 400 investigadores de todo el mundo y 57 marinos de la Armada participan en la empresa. A bordo del buque oceanográfico 'Hespérides', circunnavegan el planeta y recogen
70.000 muestras de aire, agua y plancton. El 'Hespérides' empleará siete meses en la campaña. Zarpó de Cádiz el 14 de diciembre del 2010 y atracará en Cartagena el 14 de julio del 2011, después de fondear en Río de Janeiro, Ciudad del Cabo, Perth, Sídney, Auckland, Honolulú y Cartagena de Indias.
El autor de este blog no podía haber imaginado mejor final para esta serie de crónicas. Un destello de optimismo vital, de voluntad de superación en medio de la inquietante oscuridad de un mundo terriblemente incierto. Una paella compartida por emigrantes y los integrantes de la Expedición Malaspina.
Son españoles. Jóvenes. Treintañeros. Profesionales cualificados. Muchos de ellos, altamente cualificados. Hablan idiomas. Son inmigrantes en Australia. En el confín del mundo. En las antípodas. Son talentos en fuga. Huyeron de la falta de empleo o del infraempleo o de los salarios mileuristas en España.
No todo es ciencia en la Expedición Malaspina. Ni navegación. Además de la investigación y la travesía de los océanos, el Hespérides tiene encomendada una misión diplomática en su tránsito austral.
Los expedicionarios de Malaspina ya están en tierra firme. Treinta días después de zarpar de Ciudad del Cabo (Suráfrica), el Hespérides ha atracado en Perth. Pero no ha sido amarrar y salir. Tres agentes de inmigración y aduanas han subido al barco y han revisado a conciencia la documentación de todos y cada uno de los expedicionarios civiles.
El Índico no quiere dejar marchar al Hespérides sin bailar por última vez con el buque y sus moradores. Después de bastantes días con la mar llana como el agua de una piscina, los vientos han vuelto a levantar fuerte marejada. La recta final hasta Perth se antoja más un camino de pronunciadas curvas.
Ellos se presentan como la mano de obra barata de la ciencia, la principal fuerza de trabajo en las campañas de investigación de campo y en los laboratorios. Son los estudiantes de Malaspina, licenciados universitarios que están cursando el doctorado o un máster. Y no son pocos.
España está llevando a cabo la mayor misión de investigación marina de su historia. La Expedición Malaspina es un ambicioso proyecto científico de escala mundial. Pero la oceanografía española no siempre gozó de este nivel. Hace 40 años, no había 'Hespérides'.
Cada día que pasa, Perth es una presencia más tangible en el Hespérides. Es la fuerza del deseo. Entiéndase bien: el deseo de llegar a puerto. El cual, es cierto, abriga muchos otros deseos. Perth incrementa día tras día su cuota de presencia en las conversaciones y las lecturas: qué ver, qué hacer, qué visitar, qué comer.
Después de muchos días de navegación océano adentro, sin avistar absolutamente nada por encima de la lámina de agua, han reaparecido los petreles planeando a popa y a estribor del Hespérides. Son cuatro ejemplares de buena envergadura, entre 50 y
En el 'Hespérides' no solo viajan científicos y militares. Los cuatro días que el buque oceanográfico fue azotado por un fuerte temporal, al sureste de Madagascar, cada madrugada se celebraba a bordo una cumbre tripartita para decidir si era seguro para las personas y el material técnico extraer muestras del océano en aquellas condiciones meteorológicas. Un tercer hombre tenía poder de decisión.
Uno de los muchos misterios marinos que
Días y días de navegación sin que el radar delate a ninguna otra nave. Imaginen esa inmensidad azul, fuera de las rutas marítimas, donde en las noches despejadas la infinita sinfonía luminosa de las estrellas sobrecoge al alma más templada. Además es carnaval.
Después de tres semanas navegando fuera de ruta en el Índico, en medio de la nada, se agradece que suceda algo que rompa la monotonía, siquiera brevemente. Atención: la monotonía, no las rutinas de trabajo. Estas últimas son esenciales para la misión, tanto desde el punto de vista científico como militar.
Sin ánimo de frivolizar, los tijeretazos también han llegado al Hespérides. El buque oceanográfico lleva un retraso de 80 millas (unas siete horas de navegación con buena mar) respecto del plan. Es la herencia del fuerte temporal que azotó al barco durante cuatro días. Esa demora podría parecer una nadería, pero la hora prevista para el atraque en el puerto de Perth, el 13 de marzo por la mañana, es indemorable e innegociable.
Con la de días que tiene el año, el riñón izquierdo del expedicionario M. escogió los últimos tres de febrero para despedirse, con gran dolor, de un cálculo. Esto no tendría nada de particular, si no fuera porque esos días M. estaba embarcado en el Hespérides.
La exploración del cielo desde el 'Hespérides' es un ejercicio hipnótico. A proa, Venus, el brillante planeta hermano de la Tierra, uno de los tres únicos cuerpos celestes que pueden ser observados a simple vista de día, junto con el Sol y la Luna. Sobre el buque, envolviendo la galaxia, el mágico halo blanquecino de la Vía Láctea.
Científicos y militares han caminado siempre más unidos de lo que pudiera parecer. Incluso más de lo que algunos estarían dispuestos a admitir. Los desarrollos científicos vinculados a proyectos militares son infinidad. Es una obviedad: sin investigación no habría tecnología de guerra.
El Hespérides recibió días atrás, cuando aún navegaba al suroeste de Madagascar, la visita inesperada de un tiburón. Era un escualo solitario y de buen tamaño. Apareció su sombra oscura bajo el agua, a estribor, mientras un grupo de investigadores recogían en cubierta muestras de agua de la roseta.
Estas aguas del Índico sur, en medio de la nada, son muy pobres en pesca. Hay grandes cantidades de nutrientes inorgánicos: silicatos, nitratos, fosfatos, nitritos. Pero se encuentran a 4.000 metros de profundidad. Un abismo inhóspito para las algas microscópicas que devoran esos nutrientes.
Rebasada ya la longitud de las islas Mauricio y Reunión, el buque oceanográfico de la Armada española navega fuera de todas las rutas marítimas. Nunca hay nada a la vista en el horizonte. Solo agua, agua y más agua.
Después de cinco días por fin ha cesado el temporal. Se acabaron las montañas rusas, el tedio y las caras sombrías a bordo del Hespérides. Todo el mundo de vuelta a las mediciones y a la recogida, filtrado, fijación, etiquetaje y almacenaje de las muestras.
El temporal tampoco permite largar al mar los equipos de mediciones y de recogida de muestras de agua y plancton. Es el cuarto día consecutivo de parón en esta tercera etapa de
El Índico, el más desconocido, el menos explorado de los océanos, sigue imponiendo su caprichosa ley a los expedicionarios de Malaspina. Los científicos embarcados en el Hespérides han cumplido su tercer día de parón forzoso a causa del temporal que atrapó el sábado al buque y que, contraviniendo día tras día las predicciones, se niega a liberarlo.
El temporal no afloja. La mínima tregua que los fuertes vientos insinuaron el domingo por la tarde acabó siendo un mero espejismo. El Hespérides sigue instalado en una montaña rusa permanente.
Tenía que llegar. La borrasca anunciada para el jueves o el viernes se demoraba, pero no iba a olvidarse así como así de su cita con el Hespérides. Ayer, sábado, dio alcance al buque, al sur de Madagascar.
Los científicos embarcados en la Expedición Malaspina disponen de muy escasas oportunidades para relajarse y hacer vida social
Las travesías marítimas prolongadas requieren disponer en el buque de un servicio médico adaptado a las circunstancias.
El estalinismo promovió en los años 30 del siglo pasado un movimiento que preconizaba el aumento de la productividad de la industria socialista a partir de la iniciativa y el esfuerzo individual de los trabajadores, de su entrega abnegada y heroica al trabajo en minas y fábricas.
Con un pequeño trago inesperado de agua en la playa se cuelan en el cuerpo un sinfín de microorganismos vivos, tal como consignaba la crónica anterior de la Expedición Malaspina.
La Expedición Malaspina pretende hacer un catálogo de los organismos microbianos que pueblan los abismos oceánicos y mejorar el conocimiento sobre su función en los ciclos globales de la biosfera
Como colonos ávidos de pepitas brillantes en el Far West, los científicos del Hespérides aguardan con impaciencia en cubierta. No van pertrechados con picos, cedazos y mulas, pero parecen poseídos por la misma urgencia vital indemorable
El Hespérides emplea el sábado en alejarse de la plataforma continental africana en busca de las llanuras abisales del Índico, donde el lecho marino se encuentra a 4.000 e incluso 5.000 metros de profundidad. El buque oceanográfico ha dejado atrás el Atlántico y ha entrado en aguas del Índico a las 3.55, al cruzar frente al cabo de las Agujas
Científicos y militares ultiman los preparativos en el buque antes de zarpar rumbo al Océano Índico
¿Quiere saber como es un día a bordo del 'Hésperides' o quien forma parte de la expedición? Envie su pregunta y nuestro enviado especial Luis Mauri le responderá sus dudas sobre la Expedición Malaspina en un artículo.
El 'Hespérides' es el único buque de Investigación Oceanográfica español diseñado para la investigación multidisciplinar en todos los mares y océnaos del planeta, incluso por las Zonas Árticas y Antárticas.  JOAN COSTA
; "El 'Hespérides' es el único buque de Investigación Oceanográfica español diseñado para la investigación multidisciplinar en todos los mares y océnaos del planeta, incluso por las Zonas Árticas y Antárticas. ")
; "La tripulación del 'Hespérides', durante la Expedición Malaspina 2010. La equipo de trabajo del Hespérides está formada por 10 oficiales, 10 suboficiales y 35 cabos y marineros. Además, puede alojar hasta 37 científicos y técnicos.")
; "Algunos miembros de la expedición arrían el sensor CTD, acrónimo de Conductividad, Temperatura y Profundidad (Depth en inglés). Este instrumento, formado por una roseta de probetas, es indispensable para tomar muestras del fondo marino.")
; "Un equipo de científicos analizan las muestras recogidas en uno de los 20 laboratorios del 'Hespérides'. Los laboratorios, dedicados a diferentes tipos de investigación, están situados en las cubiertas más bajas donde el impacto de los movimientos del barco por la mar es menor.")
; "Los miembros de la tripulación del buque 'Hespérides' calculan coordenadas en un mapa para trazar la ruta de la expedición, que consta de seis etapas. Durante la travesía, los científicos tomarán muestras un 250 ubicaciones diferentes a una profundidad de hasta 5.000 metros.")
; "Uno de las miembros de la dotación del buque de investigación trabaja en la sala de maquinas. El 'Hespérides' cuenta con seis cubiertas y una pequeña plataforma para helicópteros. ")
; "Un miembro de la expedición trabaja en la tabla de mandos del buque. La ruta programada tiene previsto llevar el buque de Cádiz a Rio de Janeiro, Australia y America Central.")
; "La Ministra de Defensa, Carme Chacón, saluda a un miembro de la tripulación del 'Hespérides' en el acto de presentación de la Expedición Malaspina 2010. El buque forma parte de la Armada Española y su nombre designa las ninfas que guardaban el Árbol de la Ciencia en la mitología griega.")
Luis Mauri contesta a las cuestiones planteadas por los usuarios de ElPeriódico.com
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