Calma tensa

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EXPEDICIÓN MALASPINA / 10 de febrero del 2011

Científicos y militares ultiman los preparativos en el buque antes de zarpar rumbo al Océano Índico

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LUIS MAURI / CIUDAD DEL CABO

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El Victoria & Albert Waterfront de Ciudad del Cabo bulle a mediodía de turistas, ejecutivos surafricanos y negociantes extranjeros. El sitio no es muy distinto de otros antiguos recintos portuarios reconvertidos en áreas comerciales, como el Port Vell de Barcelona o el Pier 39 del Fisherman's Wharf de San Francisco. A 200 metros escasos del bullicio, en un silencioso muelle próximo al Coaling Jetty, el embarcadero de carbón de las primeras décadas del siglo XX, destaca el casco anaranjado de acero del 'Hespérides', capaz de abrirse paso a través de hielo de medio metro de espesor.

En contraste con la algarabía del V&A Waterfront, en elHespéridesreina la calma. Una calma tensa. El viernes, 11 de febrero, el buque de investigación oceanográfica zarpa de Ciudad del Cabo rumbo a Perth, en Australia. Durante 29 días de navegación sin tocar puerto, cruzará el sur del océano Índico. Será la tercera etapa de la Expedición Malaspina, la mayor misión de investigación oceanográfica de la historia de España y la primera vez que cientificos españoles explorarán el Índico, el gran desconocido de los océanos.

Los 32 científicos, 55 militares y 5 técnicos que integran la expedición en esta etapa, en la que va enrolado EL PERIÓDICO, van subiendo a bordo a lo largo del día y ultimando los preparativos. La tripulación, militar, es la misma que inició la circunnavegación del planeta el 14 de diciembre en Cádiz y que la terminará el 14 de julio en Cartagena. Entre ambas plazas, el buque solo tocará tierra en los puertos de Río de Janeiro, Ciudad del Cabo, Perth, Sydney, Auckland, Honolulu, Panamá y Cartagena de Indias.

Repaso de detalles

El catalán Jordi Dachs, investigador del CSIC y jefe del equipo científico en esta manga, repasa los detalles de la organización. Hay mil cosas que confirmar. Recibe informaciones de los especialistas de la Unidad de Tecnología Marina (UTM). Uno de los congeladores de -80º donde se conservan muestras de bacterias, virus, zooplancton y fitoplancton les dio ayer un susto. Ganaba temperatura de forma alarmante. Hoy ya está reparado. Un problema menos. Antonio, informático de la UTM, verifica los equipos de comunicaciones y anuncia problemas en los últimos cuatro días de la travesía: el 'Hespérides' perderá entonces la huella del satélite Xtar y no la recuperará hasta Perth.

Dachs subraya con orgullo indisimulado las grandes cifras de la expedición: el buque cubrirá 42.000 millas náuticas, casi 80.000 kilómetros, en una misión en la que toman parte 400 científicos de todo el mundo, 250 de ellos españoles, que recogerán y estudiarán 70.000 muestras marinas desde la superficie hasta 4.000 metros de profundidad. Todo eso costará seis millones de euros, sin contar el barco ni los sueldos de los científicos ni los tripulantes, ni tampoco los trabajos de análisis posteriores al 2013.

El cambio en los océanos

¿Y cuál es el propósito general de todo esto? Hacer una evaluación exhaustiva sobre el impacto del cambio global en los océanos y explorar de forma especial el aún muy desconocido ecosistema de las grandes profundidades. “Y también -incide dachs- impulsar una nueva generación de investigadores oceanográficos españoles, duchos en una nueva cultura de cooperación y unión de fuerzas y recursos”.

Calma tensa hasta el viernes, a las cinco de la tarde. A esa hora zarpa elHespérides. Doblará el legendario Cabo de Buena Esperanza, dejará atrás el Atlántico y se adentrará en el Índico. Una vez ultimados los preparativos, los investigadores se citan para cenar esta noche en el restaurante Mama África, en la ciudad, bajo el rotundo abrazo del macizo de Table Mountain.