El epicentro de la ciudad

Los mejores restaurantes de la Rambla de Barcelona y alrededores

Si hace tiempo que no te das un garbeo por el paseo más emblemático de Barcelona, aquí tienes unos cuantos motivos para regresar: todos estos establecimientos

12 buenos restaurantes del Raval que deberías conocer

4 buenos restaurantes de la Boqueria donde reponer fuerzas

Platillos de Superclàssic.

Platillos de Superclàssic. / Álex Froloff

Cata Mayor

Cata Mayor

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De acuerdo, la Rambla se ha 'turistificado' tanto que los barceloneses se han ido alejando, con razón, del paseo más emblemático de la ciudad y apenas se les ocurre dar un garbeo por allí. Pero hay motivo para regresar. O motivos. Todos estos buenos restaurantes en la Rambla y alrededores donde comerás de maravilla. Apunta, apunta...

Arroz a la milanesa de Banquet.

Arroz a la milanesa de Banquet. / Jordi Cotrina

Banquet

Sergi de Meià lo intenta de nuevo en Barcelona, con un establecimiento cercano a la Rambla que quiere ser un bastión en defensa de la cocina catalana, con platos poco habituales en el panorama gastronómico de la ciudad como los caracoles, el conejo y el arroz a la milanesa. Pero hay más platos en la carta, y aquí te los explicamos tras visitar Banquet.

Maurizio de Vei, el cocinero Marco Filipponi, Pablo Rodríguez y Alfredo Rodolfi con los productos que sirven en Bacaro. Foto: Ferran Nadeu

Maurizio de Vei, el cocinero Marco Filipponi, Pablo Rodríguez y Alfredo Rodolfi con los productos que sirven en Bacaro. / Ferran Nadeu

Bacaro

Si preguntas a Alfredo Rodolfi, uno de los dueños de Bacaro, qué distingue su oferta de otras, te contestará así: "Trato informal, sin máscaras. Género fresco. Preparaciones a diario". Esa manera de actuar que permite que los desconocidos se sientan cómodos. Más información sobre Bacaro, aquí.

Un poco de aceite para dar el remate final a uno de los platos de Canaletes.

Un poco de aceite para dar el remate final a uno de los platos de Canaletes. / El Periódico

Canaletes

El restaurante que está justo enfrente de la fuente de Canaletes ofrece platos con buenos productos de temporada y proximidad pasados por la brasa con algún que otro guiño internacional. "Como una masía en el centro de la ciudad", susurran. Pero cosmopolita, añadiríamos. Aquí te explicamos mejor cómo es Canaletes.

El bocadillo de fricandó de Casa Guinart.

El bocadillo de fricandó de Casa Guinart. / Jordi Cotrina

Casa Guinart

En el sitio más sorprendente, a pie de turistas y de La Boqueria, Àlex Clotas recupera un clásico de la charcutería francesa adaptado a la catalana: el 'pâté en croûte'. Lo tiene entre las sugerencias del día. Esta es la crónica de Pau Arenós, que probó este y otros platos como el rico bocadillo de solomillo (bautizado en este local como Pepito Guinart), de su visita a Casa Guinart.

Los huevos fritos con chipirones de Quim Márquez, de Quim de la Boqueria.

Los huevos fritos con chipirones de El Quim de la Boqueria. / ALBERT BERTRAN

El Quim de la Boqueria

Una barra frente a las llamaradas que se alzan en un cubículo de muy pocos metros cuadrados donde se apuran ocho personas. No es el lugar más cómodo, pero sí el más ventilado, con los aires del mercado en la riñonada: si la gente va y hace cola es porque se come bien-bien. A diario, 160 personas que pueden elegir entre unos 60 platos de cocina de mercado. Así se come en El Quim de la Boqueria.

La mini barra de Direkte Boqueria.

La mini barra de Direkte Boqueria. / El Periódico

Direkte Boqueria

Este es un restaurante diminuto, tal vez el más pequeño de Barcelona: 14 metros cuadrados. Ahí, el chef Arnau Muñío utiliza una parrilla japonesa para dar placer a sus poquísimos pero afortunados comensales que se sientan en la barra de Direkte Boqueria.

La animada barra de Bar Boqueria.

La animada barra de Bar Boqueria. / Ricard Cugat

Bar Boqueria

Este local apuesta por una cocina divertida, de raíz mediterránea pero que no renuncia a guiños más cosmopolitas y creativos. Estando donde están, se da por hecho que trabajan con buen producto. Buen ejemplo de ellos es el carpacho de vieira con gel de piña, aceite de eneldo y de jengibre, huevas de trucha, salicornia y flor de salvia que probamos el día de nuestra visita a Bar Boqueria.

Platillos de Superclàssic.

Platillos de Superclàssic. / Álex Froloff

Superclàssic

Este nuevo establecimiento del Raval (Floristes de la Rambla, 14) propone un vermuteo de calidad con cervezas bien tiradas, buena música de fondo, un ambiente desenfadado y tapas de toda la vida con toques originales y algo canallas, como el barrio que lo acoge, el Raval. Está detrás de la Boqueria, de donde saca buena parte del producto que trabaja luego en la cocina, y frente a los jardines del doctor Fleming, ocupando el local que en su día fue de Iposa, una referencia en la zona. Aquí tienes toda la info sobre Superclàssic.

Bar Mono.

Una de las mesas de Bar Mono. / El Periódico

Bar Mono

El restaurante de la plaza de Sant Josep Oriol propone una cocina urbana con personalidad y desacomplejada que parte de Barcelona y viaja por todo el planeta. Locales y turistas disfrutarán de lo lindo. Aquí tienes toda la información sobre Bar Mono.

La sala de Fauna recuerda a la de un amplio y cuidado domicilio particular.

La sala de Fauna recuerda a la de un amplio y cuidado domicilio particular. / El Periódico

Fauna

El establecimiento del Hotel Kimpton Vividora propone platos de cocina mediterránea en un espacio al que entras después de tocar el timbre porque reproduce el salón de un piso señorial del Eixample. Esto es lo que se come en Fauna.


El calabacín, en tartar y a la brasa.

El calabacín, en tartar y a la brasa de My Fucking Restaurant. / Ricard Cugat

My Fucking Restaurant

Matteo Bertozzi aplica la imaginación a los vegetales para aprovecharlos de las hojas a la raíz en una cocina en la que el gluten no tiene lugar. Así de 'fucking bueno es My Fucking Restaurant.


Los macarrones con interiores de pollo de Assalto.

Los macarrones con interiores de pollo de Assalto. / Manu Mitru

Assalto Bar de Vins

Es más que "un bar de vinos", según la tímida definición de Matteo Bertozzi, cocinero temerario y dueño también del vecino My Fucking Restaurant. Solo por su 'risotto' sin arroz ya vale la pena conocer Assalto Bar de Vins.


Glaciar

El emblemático local barcelonés, el más antiguo de la plaza Reial, cambia de dueños para ofrecer cocina catalana de calidad, con productos de temporada y proximidad y algún que otro toque afrancesado al estilo de un bistró, además de vinos y cócteles. También hacen menús. Aquí te lo contamos todo sobre el renovado Glaciar.


Plato del restaurante Gats.

Plato del restaurante Gats. / El Periódico

Gats

Este local reivindica la cocina de barrio en el barrio más globalizado de Barcelona a base de platos sencillos en formato de ensaladas (de kale con quinoa con vinagreta de tomatillo), tapas (tostada de sardina ahumada con miel de trufa, sepietas salteadas con tirabeques y salsa de ajo negro) y platos-platos (hay varios arroces y pollo a l'ast a la menta). Así es Gats.


El equipo del restaurante La Pau.

El equipo del restaurante La Pau. / El Periódico

La Pau

La Fundació El Llindar, una escuela que atiende a jóvenes en riesgo de exclusión social, abre en el Gòtic un establecimiento en el que trabajan 14 de sus exalumnos. Su cocina catalana está de rechupete. Esto es lo que probamos en La Pau.


Trío de 'nigiris': vieira, dorada y atún.

Trío de 'nigiris': vieira, dorada y atún. / Joan Cortadellas

Kuzu

Kiku Quer: madre japonesa, padre catalán. Denís Guder: padre alemán, madre ecuatoriana. Kuzu: restaurante japonés sin la ortodoxia japonesa. ¡Vivan la mezcla y la herejía! ¿Qué tienen en común KuzuTaberna Kamikaze y Fishology? Sus dueños son amigos y formaron parte de los equipos de Disfrutar. Aquí te contamos mejor cómo son los 'nigiris' que hacen en Kuzu.


Dos Palillos

Albert Raurich ofrece platillos de delicada comida asiática y mediterránea en este pequeño restaurante que solo tiene dos barras y una única mesa. Nuestro cronista gastronómico, Pau Arenós, tituló la crónica de su última visita así: "Hecho en Asialona". Aquí puedes leer lo que comentó sobre Dos Palillos.


La careta de cerdo de Dos Pebrots, con ensalada de lengua y pamplinas.

La careta de cerdo de Dos Pebrots, con ensalada de lengua y pamplinas. / Jordi Cotrina

Dos Pebrots

Después de triunfar con Dos Palillos, Albert Raurich siguió apostando por el Raval. Esta vez, aportando su modernidad al recetario mediterráneo de todas las riberas y épocas, reinterpretando platos como los caracoles con tripa de bacalao y el 'saganaki', una receta típica griega que se parece a una 'fondue'. Así se come en Dos Pebrots.


La sala de Grill Room Bar Thonet.

La sala de Grill Room Bar Thonet. / El Periódico

Bar Thonet

Lo primero que seduce de este local es la fachada modernista: los cristales emplomados, las maderas decoradas y sinuosas y el contundente rótulo. En la mesa y en la barra, platos en los que late lo popular. Esto es lo que se come en Grill Room Bar Thonet.


Las albóndigas de Quo Vadis.

Las albóndigas de Quo Vadis. / Marc Asensio

Quo Vadis

El establecimiento pegado a la Rambla que atraía a famosos y a liceístas noctámbulos ha vuelto a abrir: el mismo lugar, el mismo nombre, nuevos dueños y carta distinta. Aquí te explicamos qué se come hoy en día en Quo Vadis.

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