El gran final dulce

VÍDEO | El restaurante Disfrutar descubre los secretos de la Mesa Viva

En el vídeo grabado por Zeta Media Lab, el cocinero Oriol Castro desvela el contenido: 48 cajas, de las que 36 tienen sorpresa

La Mesa viva: la última experiencia del Disfrutar que explora lo dulce de la vida

La Mesa viva: la última experiencia del Disfrutar que explora lo dulce de la vida. / Zeta Media Lab

Pau Arenós

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La Mesa Viva del restaurante Disfrutar, la casa de Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, está en el extremo de la exhibición aparatosa, las proyecciones, la aromaterapia gastro o la sinestesia. Es sencillamente la expresión más moderna de un rito antiguo: tocar, comer, emocionarse. No hay artificios, no hay lucecitas.

Todo comenzó en el 2017, con la propuesta de la diseñadora Merche Alcalá de crear una superficie con cajas, como un secreter horizontal, donde depositar comida a modo de ofrenda.

Los chefs de Disfrutar han tardado en destaparla, disimulada en la cocina de creatividad, en el subsuelo del establecimiento de la calle de Villarroel, el quinto mejor restaurante del mundo, a juicio de votantes especializados en una ronda mundial.

En el vídeo grabado por Zeta Media Lab, Oriol Castro explica el contenido: 48 cajas, de las que 36 tienen sorpresa. Acceder a la Mesa Viva no es sencillo: por precio (350 euros por persona) y por demanda (cuatro clientes en turno de mediodía y noche).

La comida o la cena al completo se lleva a cabo sobre un mantel blanco, que oculta lo que solo se desvelará al final de la sesión, que el lector de Cata Mayor puede contemplar en exclusiva y cómodamente desde su ordenador, móvil o tableta. Descubrimos los secretos de la Mesa Viva.

La mayor mesa de postres, heredera inmóvil de aquellos carros dulces. Una caja gigante de 'petit fours'. Que suene la música clásica.