Platos callejeros

Bar Mono, sabores del mundo potentes en el Gòtic

El restaurante de la plaza de Sant Josep Oriol propone una cocina urbana con personalidad y desacomplejada que parte de Barcelona y viaja por todo el planeta

Varios platos de Bar Mono

Varios platos de Bar Mono

Ferran Imedio

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Bajar al Gòtic ya no es un gincana para los barceloneses, que hasta la pandemia tenían que ir esquivando turistas a diestro y siniestro. Ahora se puede disfrutar del barrio con tranquilidad, aunque con cierta pena porque muchos establecimientos han tenido que cerrar. No es el caso de Bar Mono (plaza de Sant Josep Oriol, 4), cuyos dueños tuvieron el valor de apostar en plena crisis coronavírica por este rincón idílico y tranquilo para servir platos y platillos de 'street food' con acento mediterráneo que igual pueden hacer las delicias de guiris como de nativos.

Porque, ¿a quién no le temblarán las rodillas de placer cuando se metan en la boca la croqueta de chuletón a la brasa? ¿O el arroz de montaña con secreto ibérico y trompetas de la muerte? Es un buen ejemplo de la cocina que propone el chef Francesc Fernández y que sirve en la sala Roger Carrillo, que estuvo en Torre d'Alta Mar: sabores potentes, con personalidad, desacomplejados.

Viajar por el mundo entero

Porque su mirada parte de Barcelona con tapas como la bomba, las bravas, los mejillones a la brasa, la ensalada de tomates osmotizados con ventresca de atún, cebolla fresca y puntas de anchoa... pero luego viaja por el mundo entero, ya sea con el delicado y fotogénico canelón de aguacate, atún rojo y mango, el 'bao' de pato Pekín con salsa 'hoisin' o el potente y adictivo New York 'cheese cake' de camembert y queso azul. Se nota que el cocinero ha trabajado en lugares tan distintos entre sí como París, Vilanova i la Geltrú, Sevilla y Shanghái.

A través de sus platos puedes hacer un viajecito gastro en su terraza de postal o en su luminosa y espaciosa sala, que supura historia por todos los poros de sus paredes: está en el Palau Fivaller, un edificio de 1517 que forma parte del patrimonio histórico de Barcelona y que una noche acogió a Napoleón. Imperial.