NOVEDAD EDITORIAL

Benjamin Lacombe, en las entrañas de Frida Kahlo

El ilustrador francés firma junto a Sébastien Perez un espectacular homenaje troquelado a la pintora mexicana

Ilustración de 'Frida', el nuevo libro ilustrado de Benjamin Lacombe y Sébastien Perez.

Ilustración de 'Frida', el nuevo libro ilustrado de Benjamin Lacombe y Sébastien Perez. / periodico

ANNA ABELLA / BARCELONA

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“Habito en un planeta doloroso”, asumía la artista mexicana Frida Kahlo (1907-1954). “Se ponía una máscara de color y tras ella escondía aquel cuerpo herido, que tanto sufría. Reflejó el dolor con su pintura, de él creó un mundo de belleza extraordinaria”, afirma el ilustrador francés Benjamin Lacombe (París, 1982), que ha recalado en Barcelona para presentar 'Frida' (Edelvives), un espectacular homenaje a la pintora mexicana en forma de libro encuadernado en tela y troquelado, en el que a modo de capas va desnudando su figura en una obra que nada tiene que ver con una biografía convencional. 

Tras sus más recientes despliegues creativos -'Madama Butterfly', 'María Antonieta' o 'Alicia en el País de las Maravillas'- Lacombe vuelve a colaborar con Sébastien Perez (Beauvois, 1975). Juntos han firmado, entre otros, 'Genealogía de una bruja', 'El herbario de las hadas' o 'Retratos gatunos'. El escritor ha buceado en cartas y diarios de Kahlo para extraer citas y frases con las que trufar unos textos metafóricos que “habría podido escribir ella misma”. 

LIBRO "SENSITIVO"

“Queríamos un libro sensitivo y positivo. Da claves de cómo podemos ganarle al dolor, cómo vivir con él, superarlo y, como ella, convertir una columna rota en una columna de flores”, explica Lacombe, uno de los autores fetiche de Edelvives, con más de 200.000 libros vendidos. “Es la primera vez que recibo mensajes de gente con problemas que me ha dicho que el libro les había ayudado a sobrellevar el dolor”.    

Desde los 14 años, cuando vio en una postal su pintura 'Autorretrato con monos', Lacombe quiso hacer un libro sobre Kahlo. Pero no halló la manera hasta que visitó la casa museo de la artista, la Casa Azul. “Allí apenas había cinco pinturas suyas pero era como un templo lleno de objetos que ella había creado -cuenta-. Me llamó la atención una muñeca de papel maché a través de la cual veíamos sus entrañas. Por eso el libro se estructura en bloques de tres páginas troqueladas que son tres capas, tres dimensiones para mirar en su interior. Una es su pintura, lo que vemos; la segunda, la relación entre su vida y su obra y, la tercera, las referencias, taoístas y budistas, mayas y aztecas, que la influenciaron y que reflejó en sus pinturas”. Y añade, “creo que si hoy viviera sería profundamente ecologista”. 

El accidente, la medicina, la tierra, la fauna, el amor por Diego Rivera, la muerte, la maternidad que no experimentó, la columna rota y la posteridad: nueve son los temas tratados en 'Frida', porque para los aztecas nueve eran las etapas que conducen a una eternidad serena y era número de buena fortuna. Es una simbología que Kahlo reprodujo en su cuadro 'El venado herido', autorretrato con nueve árboles, nueve flechas, nueve puntas en los cuernos, nueve ramas... “Es su idea del renacimiento, que le permitía huir del dolor”.     

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“Yo aprecio mucho a aquellos artistas cuya obra se caracteriza por la falta de algo, que son capaces de exprimir ese sentimiento y necesitan expresarlo con su creatividad –continúa-. Quise ir al detonante. Muchos creen que Frida se convirtió en artista tras el accidente”. Una barra metálica la atravesó cuando era joven en un choque de autobuses; las secuelas, que la abocaron a incontables intervenciones quirúrgicas y dolor crónico, la postraron en la cama, donde empezó a pintar. “Pero yo creo que antes de su columna rota ya había otras cosas rotas. Ya era artista de niña, cuando una poliomielitis la dejó coja y pensaba que para qué quería los pies si tenía alas para volar”. 

LA MUERTE

Mientras Sébastien ultima un libro con la ilustradora española Ana Juan, Lacombe, que ha ilustrado clásicos como los relatos de Poe o 'Nuestra señora de París' de Victor Hugo, prepara su versión de 'Carmen'. Amor, celos y muerte, también presentes en la vida de Kahlo. “Frida tenía una relación muy particular con la muerte. Celebraba el día de los muertos. Pero también sentía que su cuerpo estaba incompleto porque a causa del accidente no podía dar la vida –considera-. En la Casa Azul vi que al lado de donde dibujaba tenía un gran póster de anatomía fetal e intrauterina, que he reproducido a mi manera. Cada día se enfrentaba a los abortos y a la idea de que no podía darle un hijo a Diego Rivera. No tenía miedo a la muerte pero le aterraba perder a su familia o a la gente que le rodeaba. Eso lo comparto con ella. Desde niño tengo un sueño recurrente sobre eso”.