Modelo de ciudad

10 retos de movilidad y urbanismo para la Barcelona de Collboni

Las mejoras en transporte público metropolitano tardarán en llegar, pero el presente mandato brinda una oportunidad para recuperar espacio público y reducir el uso del vehículo privado

calle aragó

calle aragó / Ricard Cugat

Carlos Márquez Daniel

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los pactos centraron buena parte de la campaña electoral de las elecciones municipales del 28 de mayo en Barcelona. Una reyerta dialéctica que por ahora ha quedado en nada, puesto que Jaume Collboni y el PSC comandan la capital catalana en solitario a pesar del constante 'run run' sobre una posible entrada de los Comuns en el gobierno. Otro de los temas estrella de las semanas previas a los comicios fue la movilidad y el urbanismo, o lo que es lo mismo, el modelo de ciudad.

El nuevo alcalde tiene sobre la mesa proyectos a medias, como el tranvía por la Diagonal, a los que hay que sumar los que prometió en campaña, como la recuperación de interiores de manzana, o temas más de fondo, como la seguridad vial o la reducción del uso del coche privado.

¿Adiós a los ejes verdes?

¿Adiós a los ejes verdes?

El plan de ejes verdes, presentado en noviembre de 2022, prevé arañar 33 hectáreas al coche con la pacificación de 21 calles del Eixample que generarán sendas plazas. Ya se ha actuado en Consell de Cent, Girona, Borrell y Rocafort. El PSC, sin embargo, no parece muy por la labor de continuar con la senda iniciada en el mandato anterior, a pesar de que formara parte del gobierno.

Ahora que son los socialistas los que llevan las riendas de Urbanismo, parecen más proclives a otro tipo de intervenciones. Porque, aseguran, no quieren que esta transformación se interprete como una "<strong>guerra contra el coche</strong> y porque aliviar unas calles concretas puede generar <strong>una Barcelona de dos velocidades</strong>. Priorizan, por ejemplo, la reforma de la Rambla, que esperan poder terminar en la mitad de tiempo que el previsto. Es decir, tres años en lugar de seis.

FOTO

Recuperar el corazón de Cerdà

Recuperar el corazón de Cerdà

¿Y cómo piensan recuperar espacio público los socialistas si no es a través de ejes verdes? Pues con la <strong>recuperación de interiores de manzana</strong>, una práctica que ya empezó en 1987 con la Torre de les Aigües pero que ha avanzado a un ritmo casi simbólico: se han rescatado medio centenar.

La idea es sumar 30 en los próximos ocho años (dos mandatos) con una inversión de unos 171 millones de euros. Serían unos 90.000 metros cuadrados ganados para el disfrute ciudadano, con 15 patios conseguidos por adquisición directa y otros 15 sumados mediante acuerdos con los propietarios. Unos dueños, por cierto, que no estaban previstos en el plan Cerdà de 1859, que destinaba estos espacios, precisamente, a las zonas verdes y comunitarias.

La Torre de las Aigües, el primer interior de manzana recuperado en 1987

La Torre de las Aigües, el primer interior de manzana recuperado en 1987 / Jordi Otix

Tranvía por la Diagonal

Tranvía por la Diagonal

El tranvía debería llegar hasta la parada de Verdaguer en el primer trimestre de 2024. Las obras empezaron en marzo de 2022 tras más de 10 años de enconado debate en Barcelona sobre la necesidad, o no, de que el Trambaix y el Trambesòs se conecten a través de la avenida. En el mandato anterior, gracias al voto favorable de ERC, las vías pudieron avanzar desde Glòries hasta poco después de Sant Joan. Quedan un par de kilómetros hasta la conexión total, pero lo que es más relevante: falta el tramo noble, desde paseo de Gràcia hasta Francesc Macià.

Collboni también votó a favor, pero no está claro qué hará como alcalde. Durante la campaña aseguró que quizás lo mejor sea dejar el remate para más adelante, de manera que Barcelona se asiente un poco tras unos años de mucha obra pública en la calle. Tampoco está claro, deslizó en junio el alcalde, cuál debe ser el trazado en este último tramo. Es decir, que se mantiene en el aire por dónde y cuándo debe pasar algo. El 'qué', en un suponer, no está ahora en duda, pero si no hay decisión en este mandato que lleve bajo el brazo la financiación del Govern a través de la Autoritat del Transport Metropolità, el siguiente gobierno podría dar la vuelta al tablero y anularlo todo.

Obras de conexión del tranvía por la Diagonal

Obras de conexión del tranvía por la Diagonal, a la altura de la calle de Sicília / Ferran Nadeu

Estrategia DUM

Estrategia DUM

La distribución urbana de mercancías es probablemente el <strong>problema de movilidad más silenciado</strong> y menos abordado y tenido en cuenta en Barcelona en las últimas décadas. Las furgonetas suponen cerca del 20% de los vehículos que circulan entre semana por la ciudad, generando, por su necesidad de detenerse para poder hacer su trabajo, el denominado tráfico de agitación, causante de buena parte de los atascos y problemas de congestión.

En un momento del mandato anterior, el debate se centró en la tasa que se cobra al <strong>reparto de compras a través de internet</strong>, pero el asunto va mucho más allá. Alguien se dio cuenta y, <strong>mientras no vienen los robots</strong> a solucionar el problema, por ahora hay sobre la mesa una estrategia que se presentó en febrero de 2022 y de la que, año y medio después, poco se sabe más allá de <strong>algunas voluntariosas cifras</strong> de objetivos.

La estrategia la presentó Laia Bonet, actual teniente de alcalde de Urbanismo, así que es de esperar que mantenga el hilo con la idea de que en 2030 este gremio reduzca un 50% las emisiones y un 60% las indisciplinas. ¿Cómo? Largo de explicar, pero en resumen, un reparto más eficiente, con grandes almacenes en los perímetros de zonas más densas a partir de los cuales se haga el reparto de última milla con vehículos sostenibles.

Furgonetas de distinto tamaño ocupan toda la calzada de Major de Sarrià, en octubre de 2019

Furgonetas de distinto tamaño ocupan toda la calzada de Major de Sarrià, en octubre de 2019 / Maite Cruz

Contaminación

Contaminación

Las mejoras tecnológicas en los vehículos, la apuesta por el transporte público y la reducción del uso del vehículo privado en los desplazamientos internos han sido claves, amén de la pandemia, para que Barcelona haya reducido sus preocupantes niveles de contaminación. Ya estamos por debajo del techo máximo que marca Europa, por eso será importante seguir las medidas que tome el consistorio en este asunto para ver <strong>cómo evoluciona el gráfico de las emisiones</strong>.

No está previsto un endurecimiento de la <strong>zona de bajas emisiones</strong> (se flirteó con dejar fuera a las etiquetas amarillas, pero ni hablar) y tampoco está sobre la mesa de Collboni la idea del peaje urbano. Pinta que este será un mandato de una cierta continuidad, puesto que todavía falta tiempo para que mejoras previstas a medio y largo plazo tengan efecto, sobre todo, en los desplazamientos originados fuera de Barcelona, ese medio millón de vehículos que entran desde todos los confines del área metropolitana.

Las mejoras previstas en el plan de Rodalies, la culminación de la L9 de metro y la prolongación de otras líneas, la conexión de la L8 de FGC entre Espanya y Gràcia, el tranvía por toda la Diagonal, el carril bus-VAO de la B-23 o la musculación de las líneas de bus interurbano deberían echar una mano para que cada vez sean menos los que apuesten por el coche para su movilidad diaria.

El futuro del taxi

El futuro del taxi

Con el taxi nunca se sabe. Sea quien sea el alcalde, sea quien sea el 'conseller' de Territori, al gremio tanto le da: habrá lío siempre y cuando consideren que su estabilidad se tambalea. Así ha sido desde 2014, año en el que los taxistas empezaron a pelearse menos entre ellos y más contra actores secundarios como Uber. O las VTC en general.

En este mandato municipal que acaba de empezar es probable que vayan cayendo sentencias que pongan en entredicho las normativas que rigen las licencias de alquiler de vehículos con conductor. El alcalde, como presidente del AMB, deberá decidir si se mantiene fuerte junto al taxi o si se abre, como ha reclamado repetidamente la <strong>Autoritat Catalana de la Competència</strong>, a otros modelos de negocio. Teniendo en cuenta que fueron los socialistas los que impusieron la <strong>norma de la longitud mínima de 4,90 metros</strong> para las VTC, todo parece indicar que su postura se moverá poco.

Los taxistas se manifiestan en Barcelona Tito Álvarez, líder de Elite Taxi

Protesta de taxistas, en Barcelona / Ferran Nadeu

Movilidad activa y sostenible

Movilidad activa y sostenible

El carril bici ha pegado un estirón muy importante en los últimos dos mandatos. Un crecimiento de la red que ha generado un lógico <strong>aumento del número de desplazamientos ciclistas</strong> por las calles de Barcelona, hasta el punto de que hay viales en los que hay congestión de bicicletas, como sucede en la Diagonal, Provença o paseo de Sant Joan. Por el momento, la única medida anunciada en este sentido es la revisión del vial ciclable de la Via Augusta, ya abierto desde plaza de Molina hasta la calle de Dolors Monserdà.

El gobierno local también deberá deshojar la <strong>margarita del patinete compartido</strong>, un melón que se abrió hace cuatro años y que sigue sin resolución. No ayuda que ciudades como París, que ofrecía este servicio, decidiera cancelarlo. El principal escollo es el estacionamiento, pues lo que está claro es que quiere evitar imágenes como las de Madrid o Estocolmo, con patinetes desperdigados por cualquier parte de la vía pública.

Ciclistas, coches y patinetes por el paseo de Sant Joan en Barcelona

Ciclistas, coches y patinetes por el paseo de Sant Joan en Barcelona / Jordi Cotrina

Motos en las aceras

Motos en las aceras

Un asunto que sigue sin resolverse aunque se tomaron algunas medidas, por ejemplo, en Gràcia. Curiosamente, en el último mandato del PSC en la alcaldía (2007-2011) se decidió expulsar a todas las motos de las aceras del Poblenou. Para ello, se pintaron centenares de plazas en la calzada. La medida quedó anulada cuando Xavier Trias se hizo con la vara de mando.

No tiene pinta que Collboni recupere esa estela, pero lo que está claro es que hay volquetes de motos mal estacionadas en las aceras, sobre todo del Eixample, donde todas están en batería y deberían estar en paralelo a la calzada. Pintar más plazas sería una solución, pero en una ciudad tan densa eso obliga a eliminar otro elemento, que podría ser zona azul, zona verde o carga y descarga. Difícil tocar algo en Barcelona sin afectar al prójimo.

Seguridad vial

Seguridad vial

Barcelona redujo el año pasado un 22% el número de siniestros con víctimas respecto al 2019, año anterior al covid en el que hubo un tráfico más o menos similar. Una buena noticia, pero siguen siendo 20 siniestros con heridos al día (7.202 en todo el año), una cifra todavía preocupante. La ciudad ya ha <strong>instalado 21 radares en el casco urbano</strong>, más la decena que ya estaban activos en los accesos, y parece que la cosa puede ir a más.

Otra cifra preocupante: desde 2010, la mitad de los fallecidos en siniestros de tráfico en Barcelona eran motoristas. Una cifra espantosa que multiplica la impresión al conocer que los desplazamientos internos no llegan al 9%.

Accidente con dos motos y un coche implicados, el pasado julio, en Gran Via con Roger de Flor

Accidente con dos motos y un coche implicados, en Gran Via con Roger de Flor / Ferran Nadeu

El regreso del Tramvia Blau

El regreso del Tramvia Blau

<strong>Dejó de circular el 28 de enero de 2018</strong>. Por motivos de seguridad, dijo entonces TMB. Nadie se atrevía con un calendario, pero pocos se habrían atrevido a decir que cinco años y medio después, todavía seguiría encerrado en la cochera sita junto a la avenida del Tibidabo. El Tramvia Blau, el único superviviente de la aniquilación de los tranvías perpetrada en marzo de 1971, sigue a la espera de un proyecto de renacimiento, que debe incluir tanto la recuperación del ferrocarril como la reforma de la arteria que une las plazas de Kennedy y Doctor Andreu.

La empresa que se hizo con la redacción del proyecto quebró, con lo que todo el proceso se retrasó 10 meses. Si no hay mayor desgracia, debería estar terminado después del verano, pero luego vendrá lo más incómodo: que el consistorio se avenga a pagar los 20 millones que está previsto que cueste el regreso del Tramvia Blau a Barcelona. El patrimonio no tiene precio, suele decirse. Veremos.

El Tramvia Blau, este miércoles, tras circular una decena de metros, junto a la cochera

El Tramvia Blau, en julio, junto a la cochera de la avenida del Tibibado / Regina Selva

Suscríbete para seguir leyendo