Mejora del transporte público

El Govern arranca las obras para conectar las estaciones de Plaça Espanya y Gràcia de Ferrocarrils de la Generalitat

Licitados los trabajos para construir el túnel de cuatro kilómetros que unirá las dos líneas, la del Vallès y la del Llobregat-Anoia

Proyectada desde hace más de dos décadas, la prolongación del trazado y las nuevas paradas no estarán acabadas hasta el 2030

Pere Aragonès y Juli Fernàndez en el vestíbulo de la estación de FGC en Gràcia

Pere Aragonès y Juli Fernàndez en el vestíbulo de la estación de FGC en Gràcia / RICARD CUGAT

Cristina Buesa

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La conexión de las dos líneas de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) avanza hoy con la licitación de las obras del túnel y las estaciones. El Govern ha presentado este jueves el proyecto para unir Plaça Espanya y Gràcia, que ya aparecía en la planificación de infraestructuras hace más de dos décadas, aunque los trenes no atravesarán el Eixample para llegar a Gràcia hasta el año 2030, según los cálculos del Departament de Territori. El coste global alcanzará los 430 millones de euros.

La prolongación de la L8 de FGC (ahora va de Espanya a Molí Nou) incluirá la construcción de dos nuevas estaciones -Hospital Clínic y Francesc Macià- y la ampliación de las actuales de Gràcia y Plaça Espanya, que ahora ya prestan servicio a la línea del Vallès y a la línea Llobregat-Anoia, respectivamente. El objetivo es mallar todavía más la red de transporte público de Barcelona, fomentar la intermodalidad y, sobre todo, sacar coches de la capital catalana.

Lucha contra la emergencia climática

La presentación de las obras ha contado con las máximas autoridades del Govern. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha anunciado que priorizará "la mejora de la red ferroviaria en todos los ámbitos" y ha celebrado que los numerosos usuarios de FGC en el área metropolitana verán mejorada su calidad de vida. Ha advertido, además, que el ejecutivo catalán está dispuesto a hacer lo mismo "en muchos otros ámbitos", como completar el Corredor Mediterráneo y lograr el traspaso integral de Rodalies, que ve en "una situación con mucho margen de mejora". El conseller de Territori, Juli Fernàndez, ha destacado cómo este proyecto permitirá "conectar dos realidades" hasta ahora separadas, en referencia a las líneas del Vallès y del Llobregat-Anoia. Al mismo tiempo, añadirá "un trocito de metro" a la ciudad de Barcelona, pues el nuevo tramo de la L8 podrá ser usado como tal.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, acompañado del conseller de Territori, Juli Fernàndez, presentan el proyecto de conexión de las líneas Llobregat-Anoia y Vallès de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC)

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, acompañado del conseller de Territori, Juli Fernàndez, presentan el proyecto de conexión de las líneas Llobregat-Anoia y Vallès de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) / Ricard Cugat

"Era una conexión que faltaba por el centro de la ciudad y todo lo que signifique ampliar la red ferroviaria para luchar contra la emergencia climática será bienvenido", defiende el secretario de Mobilitat i Infraestructures, Marc Sanglas. Los cuatro kilómetros de túnel permitirán que se viaje entre los dos puntos en siete minutos, aunque el gran mérito de la infraestructura será unir dos líneas absolutamente distintas.

Si la del Vallès es comparable a un metro, con trenes cada 2,5 minutos entre Barcelona y Sant Cugat del Vallès a partir del 9 de diciembre, la del Llobregat-Anoia ofrece frecuencias menos competitivas y trenes más antiguos. De hecho, la demanda actual de ambos trazados es bastante diferente. La que cruza el Baix Llobregat y llega a Manresa (R5) e Igualada (R6) tiene 23,7 millones de viajeros al año mientras que la del Vallès atrae a 64 millones anuales.

Viajes más ágiles

Cuando la futura prolongación de FGC sea una realidad dentro de ocho años, si no hay imponderables, la Llobregat-Anoia ganará 14,5 millones de viajes y, la del Vallès, cinco. No obstante, más allá de las estimaciones de demanda que baraja el Govern, la L8 facilitará la vida a muchos ciudadanos que ahora tenían que pasar del metro a los 'ferrocatas' o viceversa para cubrir los recorridos, que serán más ágiles y cómodos. Se calcula que serán unas 70.000 personas al día.

Antes de licitar la obra, Territori ha hecho una exhaustiva campaña geotécnica para estudiar el terreno, explica el director general de Infraestructures de Mobilitat, David Prat. Se han realizado 19 sondeos con perforaciones y tres ensayos de bombeo para saber exactamente qué tipo de terreno se encontrará la tuneladora que agujereará nuevamente el subsuelo barcelonés, como ya se hace con la L9 en el norte de la ciudad. También se inspeccionarán 13.523 viviendas y locales de edificios por donde se perforará.

Salvar varias infraestructuras

La profundidad máxima a la que trabajará la tuneladora será de 52 metros. Pasará por debajo de varias líneas de metro (L1, L3, L5), del túnel de Rodalies de Adif (R2, R3, R4, R1) y del AVE, del depósito pluvial de la calle de Urgell o de la galería viaria que transcurre bajo la plaza de Espanya. Esta complejidad, razona David Prat, hace que esa parte del desarrollo de los trabajos se alargue otros 58 meses.

Las tareas para abrir el pozo por el que penetrará la tuneladora comenzaron en octubre, aunque inicialmente se habló de julio. Se colocaron unos enormes carteles de la Generalitat tanto en la Gran Via a la altura de Espanya como en Urgell con Rosselló. Era el aviso de que comenzaba la actuación, lo que se conoce como el desvío de servicios. En Gràcia se tardará algo menos, ocho meses, pero en los dos primeros casos se necesitarán 14 meses.

Transbordo en Gràcia

Un año y pico después, ya en septiembre del año próximo, se iniciarán las obras que este jueves se licitan. Es a partir de entonces cuando se gastarán los 320 millones en infraestructura, tanto en los nuevos túneles como en las estaciones. Posteriormente será el turno de las vías, catenarias, señalización, instalaciones eléctricas o comunicaciones. Por último, serán las estaciones de Hospital Clínic, Francesc Macià (con cuatro ascensores cada una) y Gràcia (con seis), además de la remodelación de la de Espanya.

En cada estación se proyecta un pozo vertical, siguiendo la filosofía de las paradas de la L9, pero menos profundas. En Gràcia, que se convertirá en la más concurrida de la nueva L8, las personas usuarias que lleguen desde el Vallès o desde la Llobregat-Anoia deberán cambiar de tren porque la infraestructura de los dos trazados no estará conectada. Será como un transbordo de metro.

Joan Miró, afectado

Y mientras la tuneladora va haciendo camino bajo el asfalto, en la superficie habrá un punto en el que la futura línea de FGC hará mella. Se trata del parque de Joan Miró, en los aledaños de la plaza de Espanya, donde se habilitará una campa para asumir las tierras que se extraigan, además de almacenar las dovelas de la tuneladora. El director de Infraestructures de Mobilitat ha asegurado que el Ayuntamiento está informado de la afectación.