El gafe del Tramvia Blau: la quiebra de la empresa que redactaba el nuevo proyecto alargó el proceso otros 10 meses más

Este diario les contaba el miércoles que una de las unidades del Tramvia Blau yacía estupenda frente a la cochera sita en la calle de Bosch i Alsina, a escasos 100 metros de la avenida del Tibidabo, en plena calle, como dispuesta a volver a circular. El avistamiento se debía a unas obras en el interior que obligaron a sacar el menudo ferrocarril para evitar que recibiera el impacto de cualquier cascote. Era una buena excusa para actualizar datos y ver cómo avanza la redacción del proyecto de recuperación del ferrocarril de Sant Gervasi inaugurado en 1901, un proyecto que va unido a la reforma urbanística de la avenida, la ciudad jardín soñada y proyectada por el doctor Salvador Andreu. Todo esto se está redactando, sí. Pero no lo está haciendo la empresa que ganó el concurso. Quebró... El gafe del Tramvia Blau continúa y todo el proceso ha tenido que añadir un aplazamiento de 10 meses.

Dejó de circular el 28 de enero de 2018. A las 19.10 horas, Lauren Quer, el maquinista más veterano, metió el tranvía número seis en la cochera y cerró las puertas metálicas. "Ya está", dijo. No tenía ánimo para grandes discursos, aunque durante el último trayecto, en el que estaban su mujer y amigos, sí aprovechó para dar las gracias y compartir un mensaje de esperanza: "Confiamos que pueda volver pronto". Todo aquello sucedió en solo 10 días. El 17 de enero el ayuntamiento anunciaba el cierre, aseguraba que había llegado "al final de su vida útil" y que era necesario un 'reset' total de la infraestructura. La noticia pilló por sorpresa a conductores y mecánicos: nadie sabía nada ni se había olido la tostada, y además la casualidad quiso que todo sucediera poco más de un año después de la recuperación del edificio de la Rotonda, que había estado décadas pudriéndose junto a la parada del Tramvia Blau de la plaza de Kennedy.

Sin financiación

En el momento en que ambos elementos, seguramente los más representativos de esta zona del 'upper' Diagonal, podían al fin retroalimentarse, sucede que el consistorio, que asumió la gestión de este transporte a principios de los años 80, decide poner fin a la infraestructura. Sin calendario, sin proyecto, sin financiación (primero se habló de 11 millones, tiempo después la cosa escaló hsta casi 20 millones). Apelando a lo único que podía justificar una decisión tan precipitada: la seguridad. Dos años necesitó el consistorio para licitar la "redacción del proyecto construtivo para la renovación de la infraestructura y la reurbanización de la avenida del Tibidabo".

Lo del tranvía podía entenderse, pero que TMB fuera el titular de un concurso público que incluye la reforma de una calle, y que además se trate de una de las arterias más representativas de una época muy concreta de la ciudad, fue una sorpresa para todos. Empezando por la propia empresa pública de transportes, que todavía se friega los ojos ante el devenir de los hechos. "No es para nada habitual, diría que no había pasado nunca", concede uno de los implicados. La compañía toma partido en las propuestas de la concejalía de Urbanismo que le afectan. No nos toques esa parada, ahí píntame un carril bus, vigila porque las bicis pueden perjudicar a la velocidad comercial del bus... ¿Pero tomar directamente las riendas de la urbanización de una call como la avenida del Tibidabo? No, eso es nuevo.

El caso es que a mediados de 2020 se convocó el concurso público, aunque la adjudicación no se produjo hasta febrero de 2021, y la formalización del contrato, el 23 de marzo de ese mismo año. Venció la empresa TEC-4 tras presentar una oferta de 561.190,63 euros, un precio un 30% por debajo de presupuesto base con el que salió la licitación. Hubo otros seis postulantes que se quedaron por el camino. El ganador tenía 18 meses para presentar los resultados. Pero a esta compañía le sucedió lo que a muchas otras en tiempos de pandemia: se fue a la quiebra. Al llamar este diario al teléfono que TEC-4 tiene en su página web, quien responde al otro lado es una abogada. "Esta empresa entró en concurso de acreedores en febrero de 2022". Es decir, antes de tener terminado el proyecto del Tramvia Blau.

Nuevo contrato y prórroga

Esta situación obligó a cambiar de empresa. El nuevo convenio se firmó el 23 de septiembre de 2022, siete mes después de la quiebra de TEC-4, con la consultora Meta Engineering, nuevo nombre de la empresa Audigintraesa, que quedó segunda en el concurso público y pasó a ser la titular de la ejecución. Habían pasado ya 16 meses desde la firma del anterior contrato. En este nuevo documento, sin embargo, ambas partes acordaron en el punto seis una "ampliación del término del contrato en 10 meses". Con lo que, si en un principio todo debía estar resuelto en noviembre de 2022, y si no lo evitan más quiebras y pandemias, la redacción del proyecto constructivo debería estar listo después de verano.

Una vez esté todo negro sobre blanco, TMB derivará el proyecto al nuevo gobierno de Barcelona, liderado por el socialista Jaume Collboni, que en su programa electoral promete "realizar las acciones necesarias para conseguir el retorno del Tramvia Blau". Lo que no dice es cuándo ni cómo se pagará. "Lo que tenían previsto aquí en el anterior mandato se fue todo a la construcción del tranvía por la Diagonal", asegura un entendido en entresijos municipales. Cuestión de prioridades.