Patrimonio en barbecho

El Tramvia Blau vuelve a ver la luz del sol

El último viaje del Tramvia Blau

El regreso del Tramvia Blau de Barcelona, sin fecha 5 años después del último viaje

tramvia blau

tramvia blau / Regina Selva

Carlos Márquez Daniel

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Quizás recuerden el video de un oso saliendo de su hibernación que se hizo viral semanas atrás. El animal emergía de la cueva hecho un trapo, desorientado, mirando primero a la izquierda y luego a la derecha. Se sacudía todo el cuerpo, le saltaban bolas de pelo, andaba como un autómata. Estos días, tras cinco años de letargo, también el Tramvia Blau ha salido a estirar las piernas; pero con mucha más elegancia. El menudo ferrocarril de Sant Gervasi sigue a la espera de que se resuelva la reurbanización de la avenida del Tibidabo que lleva asida la recuperación de este transporte centenario que une, en un recorrido de casi 1,3 kilómetros, las plazas de Kennedy y del Doctor Andreu. Mientras eso no sucede -sigue sin calendario claro y, lo más importante, la financiación no está asegurada-, los mecánicos de la cochera, porque así lo quiere TMB, intentan mantener el lugar impecable. Y los vehículos. De ahí que la unidad número 10 pase las mañanas en la calle, sobre las vías.

La foto que encabeza este artículo la ha cedido Regina Selva, vecina de la zona. Al pasar por la calle de Bosch i Alsina (alcalde de Barcelona de julio a diciembre de 1905, quizás por eso le tocó una vía más bien corta) se he encontrado con el Tramvia Blau. Como haría cualquier barcelonés con un mínimo amor por el patrimonio de la ciudad, ha sacado el móvil y lo ha retratado para compartirlo con amigos y familiares. No ha visto nadie a su alrededor, así que, quizás por las prisas o per timidez, ha optado por seguir su camino, pero con esa media sonrisa que ya te alegra un poco el resto del día. Pero con la duda, ella y todos, de cuándo lo volveremos a ver circulando desde la Rotonda hasta el Merbeyé.

Reformas superiories

Una persona que conoce bien los entresijos del Tramvia Blau explica las razones del corto paseo matutino de este ferrocarril que se estrenó el 28 de octubre de 1901, el mismo día en el que se puso en funcionamiento el funicular del Tibidabo. De las dos cocheras, una está pegada al lateral de la Ronda de Dalt y tiene la clásica cubierta metálica piramidal, y la otra, la que aquí importa, tiene encima dos viviendas que en su momento se construyeron para los trabajadores ferroviarios. Una de ellas, cuenta este personaje, quedó vacía recientemente al fallecer el inquilino, y ahora se está realizando una reforma del piso.

El frontal de la unidad 10 del Tramvia Blau. Impecable y a punto para circular. ¿Cuándo...?

El frontal de la unidad 10 del Tramvia Blau. Impecable y a punto para circular. ¿Cuándo...? / Regina Selva

Sabedores del valor patrimonial y sentimental que tiene el Tramvia Blau -cualquiera de las siete unidades que quedan con vida-, los técnicos han decidido sacar el número 10 a la calle para evitar que le caiga algo encima, pues suele estar estacionado justo debajo del lugar en el que usa maquinaria. Verlo a la luz del sol permite comprobar que más de cinco años después, pues dejó de circular el 28 de enero de 2018, a las 19.10 horas, para ser exactos, el trenecito azul se mantiene lozano y brillante. Nadie diría que es (o era) uno de los ferrocarriles en activo más antiguos del mundo. En un suponer, a la hora de comer, y por la tarde al plegar, lo habrán devuelto a su 'dormitorio'. Como si hubiera disfrutado de un tercer grado penitenciario.

El proyecto de reforma del Tramvia Blau va de la mano de la transformación de toda la avenida del Tibidabo. Si no hay modificación de última hora, las vías cambiarán de lado y la parada ya no estará junto al edificio de la Rotonda, sino cerca de la entrada del parque de la Tamarita, una de esas operaciones urbanísticas entre Núñez&Navarro y el Ayuntamiento de Barcelona que, en este caso, en 1993, permitió recuperar una zona verde para uso ciudadano a cambio de que el menudo promotor edificase unas oficinas y unas viviendas en una de las laderas del jardín que en su día rediseñó Nicolau Rubió i Tudurí.

Se desconoce si mañana, pasado o el lunes, Regina, o cualquier que pase por ahí, podrá volver a coincidir con el Tramvia Blau. Si lo pillan en movimiento en el trànsito de entrar y salir de la cochera, podrán alardear de haberlo visto circular. Más de cinco años después.