Transporte emblemático

El regreso del Tramvia Blau de Barcelona, sin fecha 5 años después del último viaje

La recuperación de esta atracción va pareja a la reforma de la avenida Tibidabo y las plazas Kennedy y Doctor Andreu

Meritxell M. Pauné

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El Tramvia Blau se fue entre vítores y aplausos, pero lleva media década de silencio administrativo. No tenía fecha de regreso entonces ni la tiene hoy. Este sábado se cumplen 5 años del abrupto adiós del ferrocarril de la avenida Tibidabo, que Barcelona mandó a la cochera de forma temporal para rejuvenecerlo. Poco después reconoció que para reordenar la infraestructura ferroviaria había que repensar la avenida entera y las dos plazas que la culminan, Kennedy y Doctor Andreu. Desde entonces han pasado los días, los meses y los años y las vías y catenarias en desuso han seguido intactas en su sitio, como promesa de un regreso incierto.

La restitución del Tramvia Blau y la reforma urbanística dependen de un mismo proyecto técnico, que está en manos de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB). Preguntada por el estado y calendario de la obra, la empresa pública se limita a responder que “es un proyecto muy complejo” y que “actualmente se encuentra en la fase final de redacción”. El Ayuntamiento de Barcelona detalla un poco más la hoja de ruta: prevé "disponer del proyecto en los próximos meses" y señala que "a continuación se debe licitar y adjudicar la ejecución del proyecto". TMB es quien hace formalmente el encargo, pero las líneas maestras las habían pactado previamente el Ayuntamiento, la empresa municipal B:SM y TMB.

TMB adjudicó el proyecto en abril de 2021 a la consultora Tec-Cuatro, que disponía de año y medio para elaborarlo. El inicio de obras también depende de otro factor: la disponibilidad presupuestaria. El primer cálculo de 11 millones de euros ha quedado obsoleto porque solo cubría la infraestructura ferroviaria. En 2020 TMB elevó la previsión a 19 millones de euros, aunque el coste definitivo lo determinará el documento que se está acabando de redactar. Todo apunta, pues, a que la inversión salta al próximo mandato. De hecho, en enero de 2019 el primer gobierno de Ada Colau preveía ejecutar los trabajos durante el mandato que ahora termina, pero los cuatro años han pasado de largo de la avenida Tibidabo.

Y es que tras este humilde ferrocarril se esconde una intervención con muchas resonancias. Las actuaciones en la plaza Kennedy deben sincronizarse con otra reforma sin fecha, la de la calle Balmes. Y además el lote del Tramvia Blau incluye también el taller-cochera junto a la Ronda de Dalt y la pequeña calle Bosch i Alsina que lo comunica con la avenida Tibidabo. Por no hablar de decisiones más prosaicas como el precio del billete o la sinergia turística con el renovado funicular que sube al parque de atracciones, la Cuca de Llum.

Lo poco que ha trascendido del futuro Tramvia Blau es que el trazado cambiará de acera y el punto de inicio estará junto a los jardines de la Tamarita, en vez de frente al edificio de la Rotonda. En cuanto al patrimonio, se conservará el coche número 2, que data de 1901, como pieza de museo.

Mociones y firmas

El interés ciudadano y político por el Tramvia Blau no ha desaparecido en estos 5 años. La oposición barcelonesa ha exigido en varias mociones y quejas al gobierno de Ada Colau un compromiso concreto de inversión y fecha. El último reproche político sobre este ferrocarril lo ha lanzado este jueves Valents, que lo ha convertido de paso en promesa electoral precoz. Al margen de los rifirrafes en el consistorio, ha empezado a andar esta semana una recogida de firmas en Change.org, que ha logrado casi 100 apoyos en dos días sin apenas publicidad.

Lemas y lágrimas

El Tramvia Blau se inauguró en 1901 y desde los años 80 lo gestiona TMB. En agosto de 2012 un accidente causó 15 heridos y abrió el camino a la decisión municipal de retirarlo de circulación por exceso de edad. El último viaje se anunció apenas dos semanas antes. Como contó El Periódico aquél día, la popular atracción se retiró de las calles de Barcelona el 28 de enero de 2018 exactamente a las 19:10h. Unas entusiastas manifestantes corrían tras él, al grito de “Salvem el Tramvia Blau”. El maquinista más veterano, Lauren Quer, cerró la puerta de la cochera entre lágrimas, acompañado de familia y amigos. 

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