Nuevos hábitos

La movilidad en Barcelona tras la pandemia: más gente andando y en bici que nunca

El porcentaje de desplazamientos activos crece un 9%, mientras que el transporte público sigue muy por debajo respecto a 2019 y el coche se recupera a mayor velocidad

La bonificación del bus, el metro, el tren y el tranvía solo ha generado un 1,2% más de viajeros en Barcelona

bicicletas barcelona

bicicletas barcelona / Jordi Otix

Carlos Márquez Daniel

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¿Pero qué quedó de la pandemia? Es probable que dentro de unos años, o unas décadas, mucha gente que no vivió los tiempos del covid pregunte a los veteranos del lugar sobre el legado que dejó esta etapa convulsa de la historia contemporánea. Más allá de nuevos hábitos sanitarios -como aprender por fin a lavarnos bien las manos- la lectura e interpretación de los sesudos datos de movilidad sin duda ayudarán a trazar el perfil de la sociedad que sobrevivió al virus. La región de Barcelona, por ejemplo, tuvo un 2022 de renacimiento, según la encuesta de movilidad en día laborable, sobre todo en lo que tiene que ver con la movilidad activa: andamos más que en 2019 y también somos más ciclistas y mucho más patinadores. Lo malo es que esto sucede a expensas del transporte público, que recupera oxígeno respecto a 2021 pero todavía está a cierta distancia de los registros previos a marzo de 2020. Lo bueno, que el coche también pierde terreno. En el global, el pasado año casi igualó el número de desplazamientos de 2019, síntoma inequívoco de vuelta a la normalidad. O a una nueva normalidad.

En términos generales, y siempre comparando 2022 con 2019, la cosa queda de la siguiente manera: la movilidad activa, (a pie, en bici o patinete) ha crecido un 8,9%, el transporte público cae un 12,5% (es justo admitir que en este 2023 va como un tiro) y el vehículo privado se deja por el camino un 8% de los movimientos. El global de desplazamientos es muy similar al de antes del covid, con 19 millones de movimientos diarios. El estudio, realizado por el Institut Metròpoli y encargado por el Autoritat del Transport Metropolità (ATM), ya no tiene (tanto) la provisionalidad y la excepcionalidad de los informes de 2020 y 2021.

Una joven trata de adquirir un título de transporte en el metro de Barcelona

Una joven trata de adquirir un título de transporte en el metro de Barcelona / Elisenda Pons

Antes de seguir con el covid y sus efectos, una cuestión de género que no es menor. Según la encuesta, las mujeres golean a los hombres en cuanto a sostenibilidad y salud. Andan más (52,4% de sus desplazamientos totales frente al 44%), usan más el bus y el metro (18,12% frente a un 11,9%) y recurren mucho menos al vehículo privado (28,1% frente al 40,6%). En cambio, la cuota modal ciclista de ellos casi triplica la de ellas. Sea como fuere, en cuanto a movilidad sostenible, la goleada femenina es indiscutible. Explica Núria Pérez, responsable del área de Movilidad del Instituto Metròpoli, que en los hogares en los que hay un solo automóvil "se notan mucho los roles", es decir, que si no hay un coche para cada uno, son los machos los que se quedan el volante.

Los que están lejos

Hay otro criterio que no guarda relación directa con la pandemia: cuanto más lejos se está de Barcelona, más se decanta el ciudadano por el coche. Una consecuencia lógica de la más que advertida y evidenciada falta de alternativas eficientes de transporte público para entrar y salir de la gran ciudad, ya sea por trabajo, ocio o estudios (a diario entran cerca de 530.000 vehículos en la capital catalana). De las cinco coronas metropolitanas (las que forman el sistema integrado de movilidad metropolitana de Barcelona), Osona és la comarca que menos anda (39,8%) y la que más utiliza el vehículo privado (57,3%), por solo un 2,8% que apuestan por el transporte público, porcentaje, este último, solo superado por la parte baja por el Berguedà (2%).

Un grupo de escolares cruza la calle de Aragó, en presencia de motos y coches

Un grupo de escolares cruza la calle de Aragó, en presencia de motos y coches / Ricard Cugat

Y un par de datos más que tampoco tienen que ver directamente con el covid pero de los que también se pueden sacar volquetes de conclusiones. Primero, el 61% de los desplazamientos son de menos de dos kilómetros de distancia, por poco más de un 20% que superan los cinco kilómetros. Y segundo, casi el 30% de los jóvenes (entre 16 y 29 años) se mueven en transporte público, un porcentaje que baja hasta el 13,1% en la franja 30-64. ¿Qué pasa en ese momento de la vida para que el ser humano pase tanto del bus y el metro al coche y la moto?

Lugar de trabajo

Lo que sí está vinculado con el virus es sin lugar a duda el teletrabajo, un fenómeno anecdótico antes de marzo de 2020 y que con el paso del tiempo se va aposentando, con una lenta pero constante caída. Antes de la pandemia, el porcentaje de personas empleadas que desarrollaban su tarea profesional desde casa era del 2%. Ascendió al 15% en 2020, bajó al 14% en 2021 y el año pasado ya decreció hasta el 9%. Está por ver si ya ha tocado techo por la parte baja o si las empresas seguirán tendiendo a volver a imponer la presencialidad. Sería una decisión con consecuencias claras: más gente trabajando en la oficina, más desplazamientos, más contaminación si la apuesta no es sostenible. Está por ver si la vuelta al ruedo será a pie, en coche, en bici, en patinete o en metro.

Pérez rompe una lanza en favor del teletrabajo. "Hay quien lo relaciona con el abandono de la gran ciudad para ir a lugares más tranquilos, lo que a la larga puede hacer incrementar los desplazamientos en coche. Pero la realidad es que el teletrabajo va a favor de la ciudad de los 15 minutos. Por eso los desplazamientos de proximidad han crecido, porque la gente que trabaja en casa sale a pasear por su barrio, algo que no suele hacer después de pasar el día trabajando en una oficina que queda lejos de su hogar".

Personal municipal tatúa el suelo de Glòries, este martes

Personal municipal tatúa el suelo de Glòries, en una acción de urbanismo táctico / Ricard Cugat

Todo esto deriva en que la movilidad ocupacional, vinculada a los estudios y el trabajo, todavía se sitúa un 10% por debajo de los registros de 2019, pero un 16% por encima de los valores de 2021. La movilidad personal (compras, médico, visitas, ocio...) ya supera los números anteriores al covid, con algunos números que vale la pena concretar. Las compras no cotidianas se han disparado un 32,9% y las salidas sin destino fijo para pasear han aumentado un 17,3%, en cambio, las visitas a un amigo o a un familiar han descendido un 12,8%. La pandemia nos hizo más ermitaños, pero no menos consumistas.