Estudio de Movilidad

Barcelona ha perdido un 11% de coches desde 2015 pero la Ronda de Dalt asume un 8% más

El Eixample del siglo XXI convierte el coche en un "invitado"

Encuesta del RACC: congestión disparada en una Barcelona mucho más insegura

El carril bici de Via Augusta estrangula la entrada de coches a Barcelona desde el Vallès

El consistorio ha encargado un informe para intentar contrarrestar todas las críticas vertidas sobre el gobierno en materia de circulación

calle aragó

calle aragó / Ricard Cugat

Carlos Márquez Daniel

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La movilidad será sin lugar a dudas uno de los temas centrales de las semanas previas a las elecciones municipales en Barcelona, programadas para el 28 de mayo. El Ayuntamiento de Barcelona, en concreto, el área de Urbanismo que está en manos de los Comuns, ha encargado un informe para intentar contrarrestar todas las críticas vertidas sobre el gobierno en materia de circulación y congestión. Lamentos que llegan desde la oposición, pero también desde la sociedad civil. El último 'warning', el lanzado la semana pasada por el RACC con una encuesta que refleja desesperanza ciudadana ante el hecho, que el automóvil club considera probado, de que se ha producido un incremento de los atascos. Según los datos recogidos por el consistorio, sin embargo, en el conjunto de la ciudad hay una reducción global del 11% en cuanto a la intensidad media de tráfico, y esto aplica tanto a las rondas como a las vías principales de acceso entre los años 2015 (cuando Ada Colau asume la alcaldía) y los primeros meses de 2023. Pero el dato que quizás más llame la atención es el que hace referencia al Eixample: una caída del 17% del volumen de coches.

El estudio analiza tres ámbitos concretos: las rondas y entradas principales a la capital catalana, la trama Cerdà, incluidos lo ejes verdes en obras, y las calles Aragó y València, que se toman como paradigma de la situación. En el caso del Eixample, en los ejes verdes ya consolidados (Borrell, Tamarit, Parlament y Sant Antoni) la caída del tráfico ha sido, entre 2017 y 2022, del 64%, mientras que las calles que están en plena transformación (Rocafort, Borrell, Girona y Consell de Cent) registraban un 89% menos de vehículos en febrero de 2023 que en 2017, cuando eran una calle más de la trama pincelada en 1859. Según el consistorio, las vías alternativas a los ejes verdes también han tenido pérdidas. En global, un 3%. En el resto de calles que no se consideran afectadas por el proyecto Superilla Barcelona, la caída ha sido del 15%. En cifras globales, el Eixample ha pasado de 350.000 coches diarios a 285.000.

Carriles perdidos (o ganados)

València es una de las arterias que más quejas ha generado por la imposibilidad de circular por Consell de Cent en el sentido Llobregat-Besòs. Siempre según los registros recopilados por Urbanismo, esta calle, que perdió un carril de tráfico privado para hacer hueco a un vial ciclista, marca en 2023 un 10% menos de intensidad media diaria que un laborable de 2015. Esto significa que hay menos coches, pero no es contradictorio con la sensación, reflejada por la encuesta del RACC, de que hay más congestión, sobre todo en las horas punta.

La circulación en el Eixample también cae, pero eso no quita que, al haber menos carriles, haya más sensación de congestión en horas punta

En cuanto a Aragó, que en el último lustro ha perdido dos carriles para sumar el transporte público y las bicis, la reducción ha sido del 30% entre 2015 y los tres primeros meses de 2023, un 16% si se compara el periodo entero 2015-2022. En números totales, València ha pasado de 30.824 a 27.768 vehículos diarios de media, y Aragó ha transitado de los 73.975 coches a los 51.632 automóviles.

Imagen de la ’superilla’ de Sant Antoni, en Barcelona.

Ambiente en la supermanzana de Sant Antoni / El Periódico

Uno de los objetivos del gobierno de Colau era que el Eixample dejara de ser una zona de paso. Los datos compartidos ahora exhiben una tendencia contraria a la que se produjo a partir del 23 de abril de 1992 con la inauguración del anillo viario que forman la Ronda Litoral y la Ronda de Dalt. Entonces, las vías internas empezaron a perder tráfico en favor de las dos arterias perimetrales, lo que permitió empezar a plantearse otro modelo de ciudad. Ahora parece que se está produciendo lo contrario. Según el informe del consistorio, la Ronda de Dalt tiene hoy un 8% más de tráfico que en 2015, mientras que la Ronda Litoral cae un 5% y la Ronda del Mig desciende un 4%. En cifras, la autopista de la montaña ha pasado de 150.435 vehículos en 2015 a los 162.045, que es la media de los primeros tres meses de 2023. Otra calle que crece es Mallorca, con un 2% positivo.

Sensaciones y números

Por ejes, las vías de conectividad externa (Diagonal, Gran Via y Meridiana) han perdido un 18% de tráfico. A destacar la caída de la Meridiana, en plena reforma, que ha descendido un 27%. En cuanto a las transversales principales (Aragó, València y Mallorca), la intensidad media diaria es un 20% inferior, y en las que unen mar y montaña (Entença, Numància, Aribau, Muntaner, paseo de Gràcia y Balmes, el retroceso 2015-2023 es del 19%. Todo esto da como resultado ese 11% global de pérdida de coches en Barcelona, un 9% se no se tienen en cuenta los tres primeros meses de 2023.

A todo este análisis habría que añadirle el factor de corrección que supone la pérdida de carriles y de espacio para el vehículo privado. Es ahí donde, seguramente reside la sensación de que hay más atascos, que es probable que así sea. Es decir, hay menos coches, sí, pero el decrecimiento de carriles ha sido superior y los hábitos de entrada en horas punta no han cambiado lo suficiente. Y tampoco el transporte público seduce como sería deseable.

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