El lugar del siniestro

La parada de autocares de la Diagonal retoma la actividad y exhibe su precaridad urbanística

Más de 50 heridos en una colisión entre dos autocares en la avenida Diagonal de Barcelona

Dos autocares de turistas esperan a sus pasajeros a escasoas metros del lugar del acidente.

Dos autocares de turistas esperan a sus pasajeros a escasoas metros del lugar del acidente. / A. de S.

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Con un árbol menos, víctima colateral de la colisión de dos autocares turísticos el pasado lunes, la zona de carga y descarga de pasajeros ha retomado este martes su actividad habitual y ha servido, si es que no estaba claro y antes, de que se trata de un espacio algo improvisado para esta actividad. Una señal de tráfico deja claro en ese carril de la calzada central de la Diagonal está permitido estacionar para encochar y desencochar pasajeros, pero esa operación se realiza de una forma, como poco curiosa. Los viajeros tienen que entrar en los vehículos no desde la acera, sino desde encima de los parterres vegetales, en los cuales, eso sí, no queda ni una brizna de hierba desde hace años. ¿Por qué fue elegido ese lugar como parada de autocares? Tiene su explicación.

La llegada del tranvía del Besòs hasta la calle de Girona ha inutilizado parte de la Diagonal en sentido, precisamente, hacia ese río. Los vecinos de la zona temieron en un primer momento que el ‘cul-de-sac’ que se generaba entre Bruc y Girona fuera reconvertido por las autoridades municipales en un párking de autocares. Hicieron saber su oposición a esa idea, si es que llegaba a estar sobre la mesa. Temían un no parar de autocares estacionados en batería por la cercanía, entre otros monumentos, de la Sagrada Família y de la Manzana de la Discordia. Sucedió lo contrario. Ese tramo de la calzada central de la Diagonal ha quedado convertido, hasta nueva orden, en una zona peatonal. Ni siquiera las bicicletas y patinetes deberían pasar por ahí. Algunas lo hacen. Para reforzar el mensaje de que aquello es una zona de descanso y paseo, hasta se trasladaron enormes maceteros procedentes de los entornos de la Sagrada Família.

Un grupo de niños de una escuela internacional sube al autorcar en presencia de la Guardia Urbana.

Un grupo de niños de una escuela internacional sube al autorcar en presencia de la Guardia Urbana. / A. de S.

Finalmente, sin embargo, sí se reservó un espacio para la parada de los autocares, justo en la acera contraria de la Casa de les Punxes, o sea, entre Roger de Llúria y Bruc, es decir, en el lugar del accidente. Se trata de un tramo de la Diagonal de escasísimo tráfico. Los coches que circulan en sentido Besòs son obligados a desviarse por Rosselló. Solo el carril derecho de la Diagonal permite seguir en línea recta, pero exclusivamente al transporte público que, cuando llega a la altura de Bruc ya no puede proseguir. Tiene que descender por esa calle. La hipótesis de que un peatón que cruzaba la Diagonal por donde no debía fue la causa inicial del accidente, de ser cierta, tiene sentido. Tan poco es el tráfico que son muchos los peatones que a lo largo del día bajan la guardia y atraviesan transversalmente la Diagonal por un punto en el que tiempo atrás era impensable.