Caso reabierto

Asesinato de Helena Jubany: los anónimos apuntan que no fue cosa de mujeres

Un análisis de lingüística forense ya concluyó en 2017 que Montse Careta no era la autora de los mensajes que recibió la bibliotecaria antes de morir

La justicia ha puesto finalmente la lupa sobre los hombres y la Policía Nacional cree que Xavi Jiménez, que declara este viernes, fue quien mandó los paquetes con droga a la víctima en 2001

Barcelona 31/03/2022 Sociedad Sheila Queralt, lingüista forense. Cas Helena Jubany. FOTOGRAFIA DE JOAN CORTADELLAS

Barcelona 31/03/2022 Sociedad Sheila Queralt, lingüista forense. Cas Helena Jubany. FOTOGRAFIA DE JOAN CORTADELLAS / JOAN CORTADELLAS

Guillem Sánchez

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Con la declaración de Xavi Jiménez este viernes en el juzgado de Sabadell por el asesinato de Helena Jubany la justicia ha puesto finalmente la lupa sobre los hombres. Hasta ahora, y a pesar de todos los indicios, se mantenía judicialmente la hipótesis de Manuel Horacio García, el primer juez que comenzó a instruir el caso en 2001 y lo terminó archivando en 2005, que consideró que la muerte de la joven bibliotecaria de 27 años fue "una cosa de mujeres", recuerda Joan Jubany, hermano de Helena. "Pero fue un feminicidio", remarca en una entrevista con EL PERIÓDICO. "Lo más probable es que a Helena la drogaran para abusar sexualmente de ella, que sea un caso de sumisión química", coincide Yago García, autor del libro 'Qui va matar Helena Jubany?' (Ara Llibres).

Jiménez ha entrado en el radar de la justicia en tiempo de descuento, cuando faltaban pocas horas para que la prescripción lo convirtiera en intocable. Un nuevo juez de Sabadell ha reabierto la causa, tras quince años en el letargo en el que la sumió 'don Horacio', y lo interrogará este 22 de abril acerca de dos anónimos que recibió Helena semanas antes de morir, en el otoño de 2001. La Policía Nacional cree ahora que Jiménez es el autor de ambos mensajes. Hasta la fecha, la justicia había acusado a Montse Careta de escribir esos textos. Careta fue detenida a principios de 2002 y terminó quitándose la vida en la prisión de Wad-Ras en abril de ese año. La familia Careta no ha dejado de luchar, junto a la de Jubany, para que aflore la verdad.

Helena Jubany

Helena Jubany. / El Periódico

Exculpación de Montse Careta

A la misma conclusión que la Policía Nacional, la de que Montse Careta no había escrito esos anónimos, llegó ya en 2017 la doctora Sheila Queralt, especialista en Lingüística Forense. Queralt junto a otro especialista inglés de la misma disciplina, el profesor Krzysztof Kredens, supervisaron el trabajo de una estudiante, Roser Giménez, que quiso comparar los anónimos recibidos por Jubany con textos de Montse Careta. “Un 80% de las variables que se analizaron no coincidían”, recuerda Queralt. En otras palabras, para los expertos en lingüística forense, que se basaron en la forma de expresarse del autor de los anónimos en lugar de hacerlo en el trazo de su escritura –como hace la grafología–, Montse Careta no escribió esos mensajes que ahora acorralan a Jiménez. El tiempo les ha dado la razón. 

En su libro, 'Atrapados en el lenguaje' (Larousse), Queralt explica que se fijaron en expresiones como "et farem un truc" (forma coloquial catalana de llamar por teléfono) y se dieron cuenta que Careta no la usaba. "En ninguno de los textos aparecía esa expresión, pero sí "telefonear" (17 veces) y "hacer una llamada" ( 2 veces). O prestaron atención a otra pista: "mientras el segundo anónimo decía que Helena se iba a pegar un buen panzón de reír ("Es força segur que et facis un bon tip de riure"), en los escritos de Montserrat nunca se utilizaba esa expresión, sino otras con el mismo significado ( "m’he fet un bon patxoc de riure", "ens ha fet riure de valent" o "rient pels descosits"). Queralt, Kredens y Giménez compararon "expresiones y otras características lingüísticas (uso de puntuación, recursos morfológicos y estrategias comunicativas)" y se dieron cuenta de que "mostraban diferencias muy notables".

La conexión entre los anónimos y los asesinos

Helena Jubany murió la madrugada del domingo 2 de diciembre de 2001 cuando varias personas arrojaron su cuerpo sedado con somníferos desde la azotea de un bloque de pisos de la calle de Calvet d'Estrella de Sabadell. Estaba desnuda. Únicamente llevaba puesto el sujetador y unas bragas que los homicidas habían quemado tras rociar ambas piezas de líquido inflamable, quizá para borrar pistas de los abusos sexuales. El informe toxicológico de las muestras que se obtuvieron durante la autopsia halló una alta concentración de benzodiacepina. 

Jubany había recibido semanas antes de su asesinato dos anónimos –dos bolsas de plástico– que alguien dejó colgados de la puerta de su domicilio en Sabadell. La primera bolsa fue entregada el 17 de septiembre de 2001 y contenía una horchata, un cruasán de chocolate y un escrito con el siguiente mensaje: "Helena "sorpresa" pasábamos por aquí y hemos dicho a ver que se explica Helena. Somos??? (te llamaremos, "a comérselo todo").

La segunda llegó el 9 de octubre de 2001 y contenía un zumo en un frasco de cristal y una nota más extensa, redactada aparentemente por dos autores distintos, que expresaba el deseo de los emisarios desconocidos de coincidir de nuevo con ella en otra excursión de la UES (Unió Excursionista de Sabadell) e informando que, tras dejarle la bolsa, se iban a buscar un lugar para aprender inglés en Sabadell. 

Al beberse aquel segundo zumo, Helena se sintió drogada. Y sospechó que el zumo podría contener algún tipo de substancia tóxica. Como había sobrado zumo, acudió a un laboratorio de Barcelona para analizarlo. El laboratorio halló restos de benzodiacepina en el zumo. Helena guardó el resultado de aquel informe, que demostraba que el autor de losa anónimos había tratado de drogarla. Aquel informe, que fue encontrado en su domicilio tras su fallecimiento, permitió conectar los anónimos con su asesinato a través de la benzodiacepina. Es decir, quien mandó los anónimos también estaba detrás de su muerte.  

La acusación sobre las dos mujeres

Peritos grafológicos compararon semanas después del homicidio aquellos anónimos con la letra de dos mujeres que coincidieron con Helena en la Unió Excursionista de Sabadell (UES). Concluyeron que ambas habían sido escritas por Montse Careta –el primer anónimo entero y la mayor parte del segundo– y por Ana Echaguibel –la parte restante del segundo–. El juez metió en la cárcel a las dos mujeres. Montse se suicidó en abril de 2002, cuatro meses más tarde del asesinato de Helena. Echaguibel salió de la cárcel poco después. El caso se archivó en 2005.

Tanto la familia Jubany como la de Careta han intentado durante todo este tiempo que la justicia compare estos anónimos con la letra de Xavi Jiménez –un excompañero de Helena en la UES que estuvo enamorado de Helena, que intentó seducirla y fracasó– y con la de Santi Laiglesia, la pareja de Montse Careta, el principal sospechoso del asesinato según aseveró el principal investigador de la Policía Nacional en este caso en la serie Crims. 

montse careta

Montse Careta / Imagen cedida por la familia.

La justicia, sin embargo, se negó a efectuar tales comparativas. Para desesperación de ambas familias. Cuando el caso estaba a punto de prescribir, iban a cumplirse 20 años del asesinato, la familia de Jubany aportó correos electrónicos de Xavi Jiménez hallados en el disco duro del ordenador de Helena Jubany. Sendos correos hablaban de lo mismo que decían los anónimos: del deseo de coincidir pronto en otra excursión de la UES y de la intención de estudiar inglés. Con esos correos, el juez decidió investigar a Xavi Jiménez, un día antes de que la prescripción lo blindara. 

El juez le pidió entonces que aportara escritos a mano hace 20 años para compararlos con los anónimos, que se redactaron entonces. Pero Jiménez se negó a aportar ningún documento manuscrito de aquella época. A pesar de esa negativa, peritos grafológicos de la Policía Nacional procedieron a examinar su escritura actual y la compararon con los anónimos que recibió Jubany. Su conclusión, anunciada hace pocas semanas, es que Xavi Jiménez es el autor de esos anónimos y, en consecuencia, también está relacionado presuntamente con la muerte de Helena

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