CRÓNICA DE MÚSICA

Un Händel de lujo en el Liceu

El Gran Teatre acoge una 'Agrippina' bañada de virtusismo

Joyce DiDonato, en la representación de 'Agrippina' en el Liceu

Joyce DiDonato, en la representación de 'Agrippina' en el Liceu / periodico

Pablo Meléndez-Haddad

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Regresó al Liceu la ópera de Händel ‘Agrippina’, estrenada en Venecia y cuyo éxito llevó al compositor a reutilizar parte de su música en algunas de sus posteriores creaciones inglesas para el teatro, tal y como era costumbre. La velada, en versión de concierto y que se había escuchado días antes en el Teatro Real de Madrid, contó con la dirección de un entregado y entusiasta Maxim Emelyanychev quien, desde el clave, controló a un transparente Il Pomo d’Oro y a una compañía de canto de absoluta excepción.

Los cantantes, ante una partitura netamente teatral, vistieron el concierto con un acertado movimiento escénico que ayudó a la comprensión de esta joya del Barroco. Joyce DiDonato demostró encontrarse en un gran momento, resolviendo sin problemas la coloratura y el ornamento a la velocidad que se precisara, dibujando una Agrippina intrigante, astuta y poderosa. En excelente estado también comparecieron tanto un Xavier Sabata sobrado como Ottone –a la cuidada línea de canto unió su hermoso timbre– y Franco Fagioli en su esperado debut liceísta, con un Nerone virtuoso, siempre presente, desequilibrado e histérico, convirtiendo su 'Come nube che fugge dal vento'’ en uno de los momentos más impactantes de la noche; junto a DiDonato no se salieron ni un momento del personaje, con una complicidad también compartida por un Sabata siempre concentrado. 

Luca Pisaroni, Claudio, había cancelado por motivos de salud el precedente concierto de esta gira, pero en el Gran Teatre cantó sin mayores problemas, aunque el apoyo se le vio algo resentido y su coloratura no fue la más fluida, detalle, este último, habitual en su canto. Siempre impresiona escuchar a Andrea Mastroni (Pallante), un bajo de timbre cavernoso y de graves extremos que incluso sabe colorearlos. La belleza del timbre y el acento dramático fueron los aportes de la soprano Elsa Benoit como Poppea, completando el ‘cast’ los correctos Carlo Vistoli (Narciso) y Biagio Pizzuti (Lesbo).