Negociación
PSC y Junts se unen para forzar al Govern a ejecutar nuevas partidas durante la prórroga presupuestaria
La oposición cortocircuita el plan b de Aragonès de impulsar vía decreto la inyección de recursos en caso de que no se aprueben las cuentas de 2023
Sara González
Periodista
Periodista especializada en Política. Autora de 'Per raó d'Estat' (Ara Llibres), 'Cas Mercuri. La galàxia Bustos' (Saldonar) y 'El part dels comuns. Relat del naixement de Catalunya en Comú' (Saldonar)
Xabi Barrena
Periodista
Periodista de la sección de Política
Fidel Masreal
Periodista
Licenciado en Ciències de la Comunicació por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), curso de periodismo jurídico-político por la UAM-El País, ha ejercido como periodista político en Onda Cero, diari Menorca, Ràdio Barcelona (cadena SER) -donde fue jefe de la sección de Política- y Els Matins de TV3. Desde septiembre del 2008 es redactor en El Periódico, primero como cronista parlamentario en Madrid y en la actualidad especializado política catalana. Autor de "Conviure amb la depressió" (Mina, Eniclopèdia Catalana, 2007), "Game Over: els partits polítics, corrupció i vicis del sistema" (La Mansarda, 2013), "Cuentos Ex" (Magma Editorial, 2019) y "Contes del procés" (Magma, 2019). Colabora como analista en TVE, Catalunya Ràdio, SER Catalunya y RAC-1, entre otros.
Si el plan b del 'president' Pere Aragonès, en el caso de que no se aprueben nuevos presupuestos para 2023, es ir decreto a decreto para la inyección de nuevos recursos en un escenario de prórroga, la oposición ha ideado una fórmula para intentar cortocircuitar esa posibilidad. Se trata de un aviso no menor para el Govern. El PSC y Junts se han aliado en el Parlament para que el decreto de prórroga con el que ha arrancado el año se tramite como proyecto de ley y así tener garantizada una vía para aprobar a través de enmiendas nuevas partidas, puenteando, si conviene, a ERC.
La jugada, que busca ensañarse con la minoría del Govern ante la negociación enrocada de las cuentas y en plena semana de huelgas, ha caído como un jarro de agua fría sobre los republicanos. La portavoz del PSC, Alícia Romero, ha anunciado el plan durante la convalidación de un decreto que tenía que ser un mero trámite "técnico" para el Executiu y que da muestras del estado de la negociación: compleja y llena de recelos. Hasta la fecha, se había convalidado sin demora la prórroga para dar margen a la negociación o ante la decisión por falta de aliados de unas cifras nuevas. Ahora se abre una situación insólita -una más- en el Parlament.
El Govern ha logrado convalidar el decreto de la prórroga con el voto a favor de ERC, Junts y los 'comuns', la abstención de PSC, Cs y Vox y el voto en contra del resto, pero ha topado luego con el acuerdo de la oposición para tramitar esta prórroga como proyecto de ley. Gato viejo en la dinámica parlamentaria, el PSC ha visto una grieta para poder presentar iniciativas y destinar partidas con el concurso de la mayoría de la oposición en las cuentas del 2022 si no se aprueban unas nuevas.
Fuentes de Junts han mostrado su plena satisfacción y han resumido así la trascendencia de la decisión de hoy en el Parlament: "Ante la inacción del Govern, ahora gobernaremos desde el Parlament". Junts avisa de que, de acuerdo con el resto de grupos de la oposición, a partir de este momento se irán aprobando medidas de amplio consenso que obliguen al ejecutivo de Pere Aragonès a ir legislando e inyectando recursos en ámbitos como el social, sanitario o educativo. Por ejemplo, llevando al Parlament la subida del 8% del IRSC que el Govern pactó con los sindicatos y las patronales.
Y es que el pulso que mantienen el Govern y el PSC ha llegado a tal bloqueo, que la dicotomía ahora es si habrá o no presupuestos este año. Cada vez se nota más que esto no va de una autovía, la B-40. Los socialistas están especialmente molestos por la amenaza de ERC de bloquear votaciones clave en el Congreso si el PSC no da su 'sí' a las cuentas, un aviso que ya se tradujo en una abstención de los republicanos al decreto anticrisis de Pedro Sánchez este martes.
Illa ha respondido con una vuelta de tuerca más. Y es que el líder del PSC se ha mostrado, este miércoles, inflexible en cuanto a sus demandas. "El 28 de diciembre hicimos una propuesta que consideramos de mínimos y usted es libre de aceptarla o no y de buscarse otros apoyos parlamentarios", dijo. Además, ha dejado claro, en las reuniones de este miércoles, que un acuerdo para la B-40 entre Sabadell y Terrassa en la moción que se votará este jueves en el Parlament, tampoco da por hecho que votarán afirmativamente a las cuentas porque hay partidas aún abiertas. También ha respondido con un contraataque parlamentario que pretende dejar claro que es el PSC quien lleva la batuta de qué pasa el filtro y qué no en la Cámara catalana.
Y el Executiu, por su parte, niega la mayor e insiste que toda la parte económica está cerrada. De hecho, apunta que ya hace 15 días que la 'consellera' de Economia, Natàlia Mas, no acude a las reuniones porque ya hay acuerdo en todas las partidas. Fuentes cercanas al 'president' admiten tener dudas de si Salvador Illa quiere o no aprobar nuevos presupuestos y subrayan que ERC ya se ha movido abriéndose a estudiar la construcción de la B-40 mientras que, a su juicio, los socialistas cada vez abren nuevas carpetas para alejar el acuerdo. Pero el PSC quiere que se sea claro y meridiano: no le vale con "estudiar", la B-40 se tiene que ejecutar sí o sí y tendrá que llegar, avisan, hasta Granollers.
Los republicanos exprimen todas las posibilidades para sacar a los socialistas de la comodidad de la mesa de negociación y exponerlos al brete de vetar con su voto. Porque otra opción que se baraja, y que ya apareció en diciembre a través del partido, es que el Govern apruebe el proyecto la semana que viene sin esperar el acuerdo y lo lleve al Parlament. Si eso pasa, los socialistas han dejado claro que presentarán una enmienda a la totalidad.
Durante la sesión de control de este miércoles, Aragonès deslizó la idea de la prórroga y de los decretos. Fue la jefa parlamentaria de los 'comuns', Jéssica Albiach, la que preguntó a Aragonès, a la luz de las huelgas de este miércoles, singularmente la del sector sanitario, si no era hora ya de aprobar la partida de salud de 1.284 millones vía decreto ley. La frase que empleó, por su carga de profundidad hacia el PSC, sorprendió: "Catalunya no puede quedar frenada por el chantaje a un país por una carretera", en referencia a la posición de los socialistas de exigir la construcción de la B-40 y el apoyo del Executiu a esta infraestructura. Aragonès respondió que su Executiu iba a "centrarse en aprobar los presupuestos en su totalidad". No dijo que la medida no fuera apropiada, sino que el objetivo es sacar adelante todas las partidas de golpe.
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