LA COMISIÓN SOBRE LA APLICACIÓN DEL 155

Los presos dan un día de tregua al soberanismo

Oriol Junqueras en el Parlament declarando ante la comisión de investigación de la cámara catalana sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución

Oriol Junqueras en el Parlament declarando ante la comisión de investigación de la cámara catalana sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución / periodico

Júlia Regué / Fidel Masreal

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El 'exvicepresident' Oriol Junqueras y los 'exconsellers' Jordi TurullJosep RullJoaquim FornRaül Romeva y Dolors Bassa volvieron este martes al Parlament, 823 días después de la fallida declaración unilateral de independencia (DUI) que entonces aplaudieron desde la escalinata del Parlament sin demasiado entusiasmo. Lo hicieron para participar en la comisión de investigación sobre la aplicación del artículo 155 en Catalunya, que impulsaron los partidos soberanistas y a la que ayer fueron convocados para ofrecer su visión sobre el convulso octubre del 2017

Todos los exmiembros del Govern Puigdemont eran conscientes de que la legislatura estuvo el lunes a punto de volar por los aires y de que su comparecencia supuso una tregua momentánea en la batalla entre JxCat y ERC. El 'president' Quim Torra y el presidente del Parlament, Roger Torrent, se intercambiaron unas palabras mientras esperaban la llegada de los presos, que cumplen condenas de hasta 13 años de cárcel por sedición, y pareció, por unos minutos, que la carga emotiva que acarreó su presencia en el Parlament hacía desvanecer una evidencia: la crisis irreversible en el seno del independentismo. Pero fue tan solo un espejismo.

La maltrecha relación entre los socios de Govern acerca las elecciones y Torra estudia con sus colaboradores cómo y cuándo apretar el botón hacia las urnas. El despacho de audiencias de Torrent, donde estuvieron durante todo el día los presos antes y después de comparecer junto a un máximo de cinco acompañantes, acogió otra muestra de la distancia cuando se formaron grupos por partidos en torno a sus compañeros de filas. En los pasillos, los diputados de uno y otro bando constataban que la cuenta atrás ha comenzado. 

Cliché electoral

En los discursos despuntaron los clichés electorales, y cada uno tenía muy claro qué papel debía reforzar acorde a su carnet. Eso sí, todos ellos recibieron el apoyo de los grupos independentistas y de los 'comuns', que se esforzaron en ovacionarles al inicio, al término, e incluso en el pasillo que conduce a la sala de grupos en la que se celebró la comisión, en la que no participaron ni el PSC ni el PPC.

Junqueras explotó su faceta humanista para justificar la necesidad de negociar y pactar. El líder de ERC aseguró que se moría de ganas de negociar, entablándose en la mesa pactada con el PSOE a cambio de facilitar la investidura de Pedro Sánchez, y enfatizó que, como "no será fácil", hay que tomársela "con entusiasmo". "Es lo que hemos pedido durante años y ahora que tenemos, con incertidumbres, lo que hemos pedido siempre, ahora hay que aprovecharlo", animó. Y resumió que se sentía "escéptico" con los socialistas, pero "entusiasta" de la mesa de gobiernos. Con el mismo fervor defendió la obligatoriedad de hablar con todos, "con los que han aplaudido de manera más entusiasta" su encarcelamiento, "también".

El dirigente republicano afirmó que las consecuencias del 1-O no le hacen dejar de defender un nuevo referéndum con o sin acuerdo con el Estado. "Es una cosa normal. Queremos volver a ejercer la autodeterminación y lo volveremos a hacer", prometió, certificando que la prisión no es un escollo, sino "una parte más del camino hacia la libertad".

Salvar la legislatura

Turull y Forn no eludieron la trifulca en público y aprovecharon sus minutos en la comisión de investigación sobre la aplicación del 155 para llamar a la "unidad" y a la necesidad de prometerse "lealtad" para salvar la legislatura. En un tono bastante agrio, el 'exconseller' de Presidència abroncó a ERC por haber retirado el acta de diputado a Torra siguiendo las órdenes de la Junta Electoral Central. "Es muy jodido y muy grave democráticamente que a una persona elegida representante de los ciudadanos se la aparte, pero lo es más que los que son representantes se olviden del compromiso con los ciudadanos", sostuvo sin mencionar explícitamente a Esquerra.

También se refirió a la mesa entre gobiernos y avisó de que el diálogo debe ser "real". "Incluso ahora, siempre y con todo lo que se está sufriendo, se está dispuesto al diálogo. Pero real, no para marear la perdiz", apostilló. Amplió el foco y abroncó a ambos partidos por escenificar su choque en el Parlament. "Si nos quieren hacer felices, episodios como el de ayer [por el lunes], por favor, no los hagan", abundó, convencido de que hay tiempo para reconducir la legislatura. Asimismo, aseguró con hartazgo que no engañó a nadie y que el Govern de Carles Puigdemont estaba "preparado" para "hacer un Estado en tres o cuatro meses".

"Ayer fue un día triste, no nos gustó, ni nos gustamos nosotros mismos", continuó Forn. Dijo que tras 27 meses encarcelado se siente con el "derecho y obligación" de exigir que se vuelva a poner al país y a la gente en el centro de la actividad política, y llamó a las fuerzas independentistas a abandonar el tacticismo y el cálculo electoral para volver al pacto. "No tenemos derecho a malbaratar todo lo que hemos ganado", proclamó. Bassa se sumó a la demanda y pidió evitar "peleas y batallas de postureo" para priorizar el diálogo.

En el capítulo breve de autocrítica, Romeva hizo un reconocimiento al "dolor" infligido a los contrarios a la DUI, y Rull admitió que "demasiado catalanes" no sintieron como suyo el referéndum. "Hemos de reforzar elementos de legitimidad democrática", apuntó el 'exconseller' de Territori. 

En el terreno personal, los presos mostraron un cóctel de emociones contrapuestas. "Se nos hace raro, estamos algo desubicados", admitía Rull sin perder la sonrisa tras comparecer y saludar a diputados y periodistas. Recordó que el traje y la corbata era un atuendo excepcional para los presos independentistas en la cárcel.

Cs abandona la sala

La líder de Cs en Catalunya, Lorena Roldán, tomó la palabra para criticar a los 'exconsellers' y para preguntar a Junqueras si iba a pedir perdón. Tras una diatriba de seis minutos y sin esperar la respuesta del exvicepresidente, la comitiva de Cs se levantó y se fue. "¿Ya os vais?", les preguntó Junqueras. "Ahora que habíamos empezado a dialogar", sonrió. Cs dio por amortizados esos cinco minutos y no volvió a la comisión.

Turull también quiso dedicar unas palabras a los naranjas pese a su ausencia: "Son unos maleducados y unos cobardes [...] En la cárcel hay mucha más humanidad que la que desprenden estas personas, mucha más", espetó. Dijo que no esperaba que acudieran ni tan siquiera a la comparecencia de Junqueras y que su única duda era "si irían a hacer de titiriteros para garantizarse su minuto en televisión o si entonarían una especie de 'Cara al sol' para no perder más votos hacia Vox".