Opinión | Editorial

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Autobuses contra el machismo

Solo cuando las mujeres puedna andar de noche por la calle sin riesgos podremos presumir de sociedad avanzada

Usuarias del bus nocturno de Terrassa, anoche.

Usuarias del bus nocturno de Terrassa, anoche.

Los ayuntamientos de Bilbao y Terrasa han sido los pioneros en España en establecer una normativa que permitirá a los autobuses públicos nocturnos detenerse fuera de los lugares reglamentarios a instancias de cualquiera de las mujeres que viajen en el vehículo. El objetivo es reducir el riesgo de que puedan ser víctimas de agresiones sexuales debido a que las paradas homologadas se encuentran lejos de su vivienda o están situadas en zonas con poca iluminación. La iniciativa, que tiene tradición en algunas ciudades europeas, se extenderá a las otras provincias vascas, mientras que el Ayuntamiento de Barcelona anuncia que la someterá a estudio.

Estas paradas intermedias en los trayectos nocturnos, en los fines de semana, también resultarán beneficiosas para otro tipo de usuarios con movilidad reducida, aunque están pensadas esencialmente con una perspectiva de género. Es obvio que en caso de que la medida se extienda deberá estar bien regulada para evitar que el autobús público se convierta en un taxi. Asimismo, esos puntos de parada a discreción no podrán estar instalados en lugares que no estén preparados para dejar al viajero por lo que puedan ocasionar más problemas, con un aumento de accidentes, que ventajas.  Además, si esas paradas no son reglamentarias los seguros no cubrirían los daños al pasajero. 

No hay duda de que cualquier medida que intente combatir los ataques machistas ha de ser bien recibida. Las dramáticas cifras de asesinatos de mujeres así lo nos lo exigen. Pero la ofensiva debe ser global y desde distintos frentes, entre los que es fundamental el educativo además del policial y judicial. Porque medidas bienintencionadas, como esta de la situación de las paradas del bus, no dejan de ser tiritas frente a la gran sangría del machismo asesino. Solo cuando una mujer pueda andar sola por las calles por la noche sin riesgo de ser asaltada podremos presumir de que vivimos en una sociedad avanzada.

El desafío nos interpela a todos y es por ello muy decepcionante que el Gobierno haya bloqueado los primeros 200 millones destinados a poner en marcha el tan esperado pacto de Estado antimachista escudándose en el bloqueo de los Presuspuestos por las dificultades del PP de contar con los apoyos necesarios. La lucha contra la barbarie machista es una prioridad que debe estar por encima de los cortoplacistas intereses partidistas.