Judit Neddermann, en el búnker que defiende la vista de Barcelona

Nació en Vilassar de Mar, pero Judit Neddermann vivió durante una temporda con su familia en el barrio de El Guinardó. El búnker del Carmel, en el mirador del Turó de la Rovira, le pillaba cerca. Aunque ha empezado a disfrutarlo y a tomar conciencia de lo que supuso este enclave en los últimos años.

"Es un lugar muy potente a nivel de memoria histórica. Te invita a recordar todo lo que hemos pasado como pueblo y como sociedad. Y las vistas, además de espectaculares [Barcelona, a 360º], te hacen tomar perspectiva: a veces nos encerramos en nuestras cosas y estamos demasiado pendientes de nosotros mismos, y nos olvidamos de que en esta ciudad somos muchos, más de millón y medio de personas, cada una enfrascada en su existencia, pero entre todos la dotamos de vida. Venir aquí me va muy bien para equilibrarme", explica.

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Más motivos, si cabe, para seleccionar este lugar para nuestro Museo Imaginario: "Aquí celebré mi último cumpleaños. Pensé: 'Hagamos algo diferente'. Compramos cuatro cosas para comer y me vine con un amigo. Fue muy fuerte porque me encontré por casualidad con Guillem Roma. ¡Mira qué hay días y sitios [con Guillem ha colaborado en varios conciertos y grabaciones]".

Judit Neddermann prepara el disco que tomará el relevo de 'Un segon'. Y el 4 de mayo actuará en el Casino de l'Aliança, con el Quartet Brossa (Festival Mil.lenni).

Por cierto, Judit bordó su participación en el Concert pels Refugiats. Y no se lo pusieron fácil: media hora antes le pidieron que sustituyera a Sílvia Pérez Cruz (enferma de gripe) en un dueto con Serrat de 'Plany al mar'.

En el búnker del Carmel se recuerda el 'plany' de Barcelona: se conservan restos de una batería antiaérea construida durante la guerra civil.