13 restaurantes para enamorar en San Valentín

Cada año, cuando se acerca San Valentín, los enamorados suelen sentir mariposas en el estómago y el estrés de decidir dónde llevar a comer o cenar a su pareja. Para algunos, lo más importante es la comida y para otros, el ambiente. También están aquellos que se preocupan de que no sea una experiencia demasiado cursi. Y, claro, los que buscan el 'pack' completo para esta ocasión. Sea cual sea tu caso, aquí tienes un listado de opciones variopintas que se adaptan a cualquier persona y situación.

Punta

Los restaurantes italianos siempre tienen este aura de ‘amore’. Para disfrutar de todo el esplendor de la gastronomía del país de la bota en su versión más auténtica, sin parafernalias, como debe ser, y con un precio muy moderado, Punta (Enric Granados, 147) es una bendición. Un restaurante de producto donde la pizza (al estilo napolitano) es igual de buena que la pasta o que los 'antipasti' (la 'parmigiana' es una locura). Un lugar ideal, pues, para compartir y tener la oportunidad de probar más 'its' de la gastronomía italiana. Lo más: su carbonara con extra de trufa fresca y la pizza Margherita que devorarás mirando a los ojos a tu pareja.

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Little Andaman

Dicen que algunas especias son afrodisiacas. Si es así, no nos cabe duda de que saldrás aún más 'in love' de este local dedicado a la cocina costera del sur de la India. En Little Andaman (Muntaner, 182), con un interiorismo moderno y muy acogedor, la cocina voluptuosa, sabrosa y sutil es tan buena como bonita, y se acompaña de música en vivo y de unos buenos cócteles de autor con toques indios (como, por ejemplo, la margarita de tamarindo o un Mumbai Mule, el 'mule' de siempre con un toque de cardamomo y comino), que siempre ayudan a amenizar la velada.

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Jara Sushi

Un local diminuto, sencillo, muy recomendable para los locos del 'sushi'. Ideal para ir en pareja ya que solo dispone de unos pocos asientos en la barra donde se elabora el 'sushi' y los 'sashimi'. Eso sí, cada pieza es exquisita. En la calle de Pàdua, 84.

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Coya

Si lo que quieres es impresionar a tu media naranja, con una mesa en Coya (plaza de la Rosa dels Vents, 1) lograrás el efecto 'wow'. Entrar aquí es adentrarse en una opulenta selva peruana con sus vestigios incas y algo de 'bling bling' para recordarnos que nos encontramos en uno de los hoteles más lujosos de Barcelona, el W. En la mesa encontraremos un auténtico festival de colores, sabores y texturas, con platos de fusión de Perú con el resto del mundo, 'instagrameables' y también muy ricos: ceviches, empanadas, tiraditos, recetas 'nikkei' y mucho más. Una de las maravillas de Coya es su coctelería, con el pisco en cabeza, cómo no, declinado en un sinfín de variedades. Incluso tienen una sala 'speakeasy' para añadir intimidad a la velada. Además, con motivo de San Valentín ofrecen un menú degustación muy especial con los platos más emblemáticos de la casa. El lugar ideal para alargar la noche, sin fin.

Âme

La elegancia purista. La intimidad. La tranquilidad. Todo fluye, todo lleva a un ambiente romántico, pero sin pasarse. Así es Âme (Londres, 9), donde la excelencia del producto local se reinterpreta a través de la cocina tradicional francesa. Para la ocasión, hay un menú especial de 12 pases tan atractivos como la crepe de gamba roja de Palamós, el 'lluritu' con 'beurre blanc' o las fresas con champán. Âme es el hermano pequeño de otro restaurante muy recomendable para la ocasión, Albé (Mallorca, 196), donde el producto local se fusiona con el recetario libanés. Dos gastrobares que llegarán directos a cada corazón.

Solraig

Un paseo en la orilla del mar que acaba con una buen comida con los pies en la arena y con el Mediterráneo de frente. Suena a tópico, pero quizá no hay nada más efectivo para un plan diurno de San Valentín. Más allá de quedarse en Barcelona, mola la experiencia de salir, sin alejarse demasiado, para cambiar de escenario y pasar el día en Castelldefels. Relajarse, olvidarse de todo por unas horas, solos los dos, y acabar en Solraig (paseo Marítim, 109, Castelldefels) para disfrutar de un arroz de diez frente al mar y una buena copa. Para guinda, compartid una torrija, por favor.

El Champagne Bar de Jacqueline

¿Qué mejor plan para brindar por el amor que pasar la noche en un 'champagne bar'? El de Jacqueline (Enric Granados, 66), se inspira en un jardín de fantasía que aporta magia y glamur a la degustación de cócteles de autor que representan 10 flores y de una selección de más de 50 referencias de champanes. El acceso es secreto y solo bajo invitación, evocando los 'speakeasy', para añadir picante a la noche. En el espacio se ofrecen además aperitivos fríos y postres sofisticados. 

Brabo

El fuego, la oscuridad y la carne. Un escenario de lujuria que no puede ser más sexi. Por eso Brabo (Séneca, 28), de los chefs Rafa Panatieri y Jorge Sastre (Sartoria Panatieri), no podía faltar en este 'ranking' de opciones para el día de operación Cupido. Un lugar donde se encurte, se cocina, se ahúma y se asa la mejor materia prima de temporada. Un santuario del fuego donde entrar en calor, dejarse sorprender y sorprenderse, para salir cautivado.

Os-kuro

Siguiendo lo que anuncia su nombre, este es un lugar de luz tenue y rincones sofisticados e íntimos. Os-kuro (València, 271) es cocina japonesa purista, que con motivo de San Valentín serán pensados y ejecutada para dos. Del 13 al 17 de febrero, habrá un menú especial con platos tradicionales de 'sushi' y 'robata'. Este se amenizará con una cata guiada de sakes, una opción divertida, nueva y didáctica para disfrutar en pareja. Porque siempre es bueno sorprender al otro.

Esencia by Sips

Aquí estamos ante la propuesta más original, ideal para los más los fanáticos de la coctelería. Porque aquí no se viene a comer, sino a beber. Esencia by Sips (Muntaner, 108) es el espacio que ofrece un menú degustación de ocho sorbos (en inglés, 'sips') por 65 €. Está en la sala del fondo de Sips, elegida la mejor coctelería del mundo de 2023. La experiencia dura una hora, y solo es para 12 personas.

Enriquetto

Lo hemos dicho, y lo volveremos a repetir. Los italianos tienen este 'je-ne-sais-quoi' romántico. Y esta nueva 'trattoria' de la zona alta, Enriquetto (Herzegovina, 24) no es una excepción. Con un decorado que parece una cantina napolitana de los años 60, y platos de porcelana pintada, la carta es una oda a las recetas de pasta clásica con unos rigatoni a la carbonara de escándalo. Amor a primera vista.

Planta Baja

Un restaurante recóndito (Doctor Carulla, 27) en, como su nombre indica, los bajos de un hotel boutique del barrio de las Tres Torres, el Primero Primera. Un lugar de contrastes donde una cocina de producto, creativa y cuidada, se sirve en platos de inspiración clásica, donde cuadros y tapicerías 'old school' conviven con mobiliario contemporáneo. Planta Baja es un lugar muy íntimo, de luz tenue y claroscuros, donde sentirse solos, con la calidez de un hogar. Tienen coctelería de autor, y no hace falta nada más para un velada de dos, per-fec-ta.

Les Cols en Veraz

Si tu pareja es gurmet, no te pierdas la oportunidad de sorprenderle llevándole a probar una selección de platos de mucha altura. ¿Dónde? En el restaurante Veraz del Hotel The Barcelona Edition (avenida de Francesc Cambó, 14): de febrero a abril, acoge en su cocina a Martina Puigvert, reconocida por la guía Michelin con el Premio Especial Joven Chef 2024. Los platos de la cocinera de Les Cols (dos estrellas Michelin) junto a su madre Fina Puigdevall albergan toda la esencia gastronómica de su tierra, la Garrotxa, y convivirán con la carta de Veraz. Muy 'top'.

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