Educación en Catalunya

El 20,9% de los adolescentes no tiene ningún contacto con el catalán fuera del instituto

Competencias básicas de 4º de ESO: catalán y castellano siguen cayendo

¿Tienen los institutos suficientes recursos para enseñar el catalán?

El catalán, minoritario entre los jóvenes en todos los distritos de Barcelona

"Sin medidas más contundentes, la segregación escolar no terminará ni en 2026 ni en 2036"

Aula del Institut Escola El Til·ler en el barrio del Bon Pastor, en Barcelona.

Aula del Institut Escola El Til·ler en el barrio del Bon Pastor, en Barcelona. / Joan Cortadellas

Helena López

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Más del 20% [el 20,9% según datos del Síndic de Greuges] de los adolescentes catalanes no dispone de ningún "contacto activo" en catalán fuera de instituto. Es decir, no lo habla con ninguna amiga, vecino, familiar, ni tendero de proximidad, y la escuela es el único lugar en el que aprenderlo y hablarlo "con normalidad". Este es uno de los datos recogidos en el documento 'Escuela, lengua y equidad' elaborado por la socióloga Elena Sintes, de la Fundació Bofill, para los 12 diputados europeos de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo que estos días visitan Catalunya para observar cómo funciona la inmersión lingüística en los centros educativos catalanes.

Un documento con un mensaje claro: las diferencias en los resultados no están relacionadas con la lengua de escolarización, sino con las características socioeconómicas y socioculturales.

La visita de los europarlamentarios -que este martes se reúnen con el TSJC- llega en plena sacudida tras unos preocupantes resultados en el último informe PISA, que señala que uno de los grandes asuntos pendientes en el sistema educativo catalán es la falta de equidad. El alumnado no migrante en Catalunya saca en PISA una media en matemáticas de 43 puntos más que el migrante (lo equivalente a más de dos cursos según sus barómetros), diferencia que, restando el factor socioeconómico -es decir, el peso de la pobreza infantil- desciende a solo 5 puntos (en términos estadísticos desaparece). Cálculos hechos por investigadores de ESADE, que indican también que esta brecha es en Catalunya mayor que en la media del Estado (donde la diferencia pasa de 32,5 puntos a 6,6 puntos).

Separar al alumnado según su lengua implicaría negarles la oportunidad de relacionarse como iguales con niños de diferentes procedencias y situaciones sociales

Elena Sintes

— Fundació Bofill

"Ante esta desigualdad de partida que sufren miles de niños y jóvenes, la escuela catalana debe desempeñar un papel de fuerza compensadora para garantizar las competencias lingüísticas de todo el alumnado, sea cual sea su origen o entorno. Privarles de su derecho a una plena capacitación lingüística perpetuaría las desigualdades de entrada en el sistema, y en consecuencia, las desigualdades sociales. Separar al alumnado según su origen o lengua implicaría negarles la oportunidad de aprender conjuntamente y relacionarse como iguales con niños de diferentes procedencias, acentos y situaciones sociales", resume el informe de la Bofill.

La socióloga destaca que las principales variables que influyen en los resultados académicos son: el índice social, económico y cultural de familias [la pobreza infantil], el origen extranjero [muy relacionada con la primera], las experiencias escolares como la repetición de centro, las expectativas educativas [el efecto Pigmalión] y la composición social del centro educativo [el grado de segregación escolar].

La complejidad social con la que se enfrentan hoy la escuela catalana requiere más que nunca la centralidad del catalán para mantener su función de fuerza compensadora ante estas desigualdades

"Una vez neutralizadas estas características, no existen diferencias estadísticamente significativas entre el alumnado con familia catalanohablante y con familia castellanohablante", reitera el informe subrayando que la lengua no es el factor determinante de las desigualdades educativas. Y apunta otro dato: alrededor del 10% de los alumnos que no tienen catalán ni castellano como lengua familiar.

"El catalán no resta, suma"

El análisis de la jefa de proyectos de la Fundació Jaume Bofill recuerda también a la comisión europarlamentaria que está demostrado que "la vehicularidad del catalán en la escuela más que restar ha sumado".

"Primero porque no ha perjudicado su capacidad para transmitir, enseñar y aprender castellano y, segundo, porque hace una función compensadora para todo aquel alumnado que no tiene contacto cotidiano con el catalán fuera de la escuela", añade el documento elaborado por la socióloga en el que también se insiste en que "no compensar esta desigualdad de origen les dejaría en una situación de desventaja social y educativa".

"La diversidad y complejidad social con la que se enfrentan hoy las escuelas catalanas requieren más que nunca la centralidad del catalán para mantener su función de fuerza compensadora ante estas desigualdades de origen y así poder garantizar a todo el alumnado la posibilidad de dominar el catalán y el castellano" afirma el estudio, que constata que durante los últimos años, varios estudios han demostrado las ventajas del conocimiento del catalán para el acceso al mercado de trabajo, la inserción laboral y la movilidad social", concluye.