Educación en Catalunya

¿Tienen los institutos suficientes recursos para enseñar el catalán?

Los docentes reclaman recursos pedagógicos para atender la pluralidad lingüística del alumnado recién llegado

Reincorporar la asignatura de lengua catalana en la FP de grado medio es otra de las reivindicaciones

BARCELONA 9/10/2008 ESCOLA BALDOMER SOLA DE BADALONA EN LA IMAGEN DIBUJOS DE LOS NIÑOS DEL AULA DE ACOGIDA FOTO DE JULIO CARBO

BARCELONA 9/10/2008 ESCOLA BALDOMER SOLA DE BADALONA EN LA IMAGEN DIBUJOS DE LOS NIÑOS DEL AULA DE ACOGIDA FOTO DE JULIO CARBO / JULIO CARBO

Helena López

Helena López

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Uno de los espacios con los que cuenta la escuela catalana para enseñar el idioma a los alumnos recién llegados son las 'aulas de acogida'. Espacios pensados para que los niños y niñas aprendan la lengua y puedan integrarse en el aula convencional con los conocimientos básicos del idioma. Estas aulas, que son un elemento clave para la enseñanza del catalán, son las que reciben a los alumnos procedentes de la matrícula viva -las incorporaciones con el curso escolar empezado-, hecho que, como pasa en las clases del carnet de conducir, hace que muchas veces se tenga que ir empezando de cero cada vez que llegan alumnos nuevos, sea el momento que sea. Hay alumnos que no saben ni leer ni escribir en nuestro alfabeto compartiendo 'aula de acogida' con otros que lo dominan perfectamente. Muchas veces lo único que tienen en común es no saber catalán.

Según cifras del Departament de Educació, este curso hay en los institutos 423,5 aulas de acogida -aquí las medias dotaciones importan, ya que muchos centros tienen derecho solo a media-. Es un 23% más que el curso pasado, que eran 344, señalan desde la 'conselleria'. Una cifra que se va revisando durante el curso, teniendo en cuenta que se requiere un mínimo de cinco alumnos recién llegados por centro para disponer de aula de acogida.

La pregunta es... ¿son suficientes? Los docentes, cada día en la trinchera, piden más estabilidad y más horas para poder aligerar las mochilas de estos críos e igualar sus posibilidades con el resto en la medida de lo posible.

Nuevo mapa lingüístico

"Es imposible consolidar nada si cada curso tienes que estar pendiente de te renovarán o no el aula de acogida", apunta Imma Muñoz, profesora de catalán, que tiene claro que lo que debería pasar es que todo centro, todos los centros, fuera una gran aula de acogida, algo que, a sus ojos, no pasa siempre. "Lo que no puede ser es que los alumnos sientan el aula de acogida como una rareza, como un espacio en el que pasan cosas raras, como hablar en catalán tres, cuatro o cinco horas a la semana", añade.

Una dificultad añadida es la falta de recursos pedagógicos para atender esa diversidad lingüística del alumnado. "Lo que hay que hacer es un replanteamiento y revisión del modelo de inmersión lingüística. El mapa lingüístico ha cambiado. Si antes, con los alumnos castellanohablantes, teníamos perfectamente identificado que había que reforzar la 'ese' sorda y la 'ese' sonora y teníamos materiales para trabajarlo, ahora, con los alumnos de origen marroquí, por ejemplo, nos encontramos dificultades con la 'e' y con la 'i', y nos faltan esos recursos, vamos descubriendo estas situaciones cuando nos las vamos encontrando", indica Elisabet Roca, profesora de catalán para jóvenes migrantes tutelados en una escuela de adultos.

"La inmersión se basaba en que el profesor conocía el idioma del alumno [el castellano] y le podía hacer una devolución, pero hace años que esa situación ha cambiado y los profesores ya no conocen las cuatro, cinco o seis lenguas de los alumnos", apunta Roca.

Todas las profesoras consultadas por este diario coinciden en el reto que supone que haya chicos de niveles muy diferentes en una misma aula y con la dificultad añadida que supone en muchos casos -no en todos, los contextos de cada instituto varían mucho en función del barrio y el municipio- acabar convirtiéndose en el único modelo de lengua que tienen esos críos. "Si hubiera más recursos en vez de media jornada de aula de acogida muchos centros tendrían una jornada completa y sería como un plan de choque para acoger a los recién llegados", apuntan varias voces.

Teoría y práctica

A ojos de Carol Porta, que llegó a Catalunya "de mayor" y ha aprendido catalán -pero se ha encontrado "con muchas dificultades"-, hay una distancia sideral entre el discurso y las políticas. "No puede ser que los dirigentes políticos se llenen la boca diciendo lo preocupados que están por el estado de salud del catalán, pero después no pongan todos los recursos necesarios para que los jóvenes que llegan aprendan bien el idioma y lo sientan suyo", señala la mujer, madre en un instituto público de Barcelona. "Se culpa siempre al más débil, a la camarera que no entiende el catalán, pero no se analizan las causas ni se va a los responsables", añade.

En esa línea se pronuncia también Jesús Martín, responsable de FP de UGT, que insiste en la necesidad de ofrecer clases de catalán en los ciclos formativos de grado medio, una de las opciones de estudio por la que apuestan muchísimos de los jóvenes de origen migrante en Catalunya. Dentro de las Propuestas para el Pacto Nacional por la Lengua presentadas por el sindicato está "reincorporar la enseñanza de lengua catalana a la FP".

Necesidad de cohesión

"El descenso del uso del catalán entre los jóvenes reclama estrategias de revitalización del uso y aprendizaje de la lengua. Cabe recordar que el número de alumnos de origen extranjero que siguen estudios de formación profesional es bastante mayor que en bachillerato y, en un país multilingüe como el nuestro, incorporar la lengua catalana a la FP inicial, la FP por el empleo y la FP continua cohesiona socialmente, evita la segregación social y facilita la integración de las personas recién llegadas", concluye Martín.

Para evitar esa segregación social y fomentar esa cohesión, los centros "se buscan la vida" -direcciones dixit- para encontrar maneras atractivas de enseñar el catalán a sus alumnos (hacérselo sexi, otro de los grandes retos de la lengua). Los primeros días del Mundial de Qatar este tema se puso sobre la mesa y este diario ya dio cuenta de la profesora de catalán de una escuela del barcelonés barrio del Besòs que para acercar a sus alumnos al catalán -lengua que sienten absolutamente ajena-, les hacía narrar las mejores jugadas de los partidos del campeonato en la lengua de Papasseit.

Siguiendo esa misma lógica y compromiso, Maribel Tarrés, directora del instituto Jaume Cabré de Terrassa, ejemplifica eso con un proyecto sobre objetivos lingüísticos que ha estado preparando este mes de diciembre con los alumnos de cuarto de ESO. "Hemos organizado un curso de catalán para padres y madres que empezará este enero, y lo impartirán los propios chicos de forma voluntaria", relata Tarrés.

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