Elecciones en Catalunya
Álex Sàlmon

Álex Sàlmon

Periodista. Director del suplemento 'Abril' de Prensa Ibérica.

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ciutadans, desaparecer con los votos puestos

El partido que nació de intelectuales de izquierdas en Catalunya y acabó de liberal fue desapareciendo de autonomías, ayuntamientos y finalmente del Congreso. El invento de centralidad no funcionó por un exceso de egocentrismo

PP y Cs negocian cómo presentarse juntos en las elecciones catalanas y europeas

El presidente del grupo de Ciutadans en el Parlament, Carlos Carrizosa, en rueda de prensa este martes

El presidente del grupo de Ciutadans en el Parlament, Carlos Carrizosa, en rueda de prensa este martes / ACN

La historia de Ciutadans es una de las más fascinantes de los últimos años políticos que explica el trasfondo público de Catalunya. Nacieron inspirados en un texto fundacional a modo de manifiesto, escrito por una serie de intelectuales, a los que sus contrarios negaban ese nivel, y de izquierdas, a los que los mismos contrarios rechazaban como posición ideológica. 19 años después del manifiesto de 2005 hasta el buscador enciclopèdia.cat reconoce que el partido fue constituido por “plataformas de intelectuales de izquierdas contrarios a la política de normalización lingüística de la Generalitat”.

Inicio. Los redactores de aquel texto quisieron exponer entonces las carencias de la sociedad, pero rechazaban presentarse a unas elecciones. Consideraban que la vía era que los ciudadanos fueran quienes se organizaran. Un año después del manifiesto y en un congreso constituyente crearon Partit de la Ciutadania/Partido de la Ciudadanía, marcando su defensa del bilingüismo en el que militaban. En sus primeras elecciones dieron la sorpresa y lograron tres diputados casi sin presencia mediática. Tras 13 años de intensidad política consiguieron ganar las elecciones catalanas tras la consulta del 1 de octubre, una victoria inútil, debido a que el bloque independentista era mayoritario. Comenzó el éxodo a Madrid.

Nudo. La frustración de aquello les hizo concentrarse en las generales, pensando en el éxito logrado en Catalunya. Reconsideraron su línea de partido de izquierdas, ya en crisis desde sus inicios donde no era complementario ser español y de izquierdas, y descubrieron lo fácil que era seducir con la bandera a cuestas. La misma atracción que suscitaron en las catalanas entre el votante socialista, lo trasladaron a las generales con el votante del PP. En las elecciones de abril de 2019 Ciudadanos logró ser la tercera fuerza política con 57 diputados, un éxito que volvió a ser inútil. Algunos consideran que ahí podría haber cambiado el rumbo de España, pero lo que no pudo ser en política es una fantasía. Pedro Sánchez no tuvo claro un pacto con Cs y a Albert Rivera sus sondeos le aseguraban que iba a ser el sustituto del Partido Popular. Nada fue así y Ciudadanos se hundió.

Desenlace. A causa de esa mala decisión, el partido que nació de intelectuales de izquierdas en Catalunya y acabó de liberal fue desapareciendo poco a poco de autonomías, ayuntamientos y finalmente del Congreso. El invento de centralidad no funcionó por un exceso de egocentrismo. Porque una cosa es ser central y la otra que el centro de todo sea el líder.

Llegados a este espacio de punto final, Ciutadans debería ser honesto con su historia y mantenerse alejado de aquello que la misma formación criticaba en 2006: el partido que sirve al partido. El estado de opinión de sus dirigentes catalanes, que ven con buenos ojos asumir los postulados del PP en las próximas elecciones catalanas por el solo hecho de mantener un cargo, va en contra de sus orígenes. Si mueren, deben hacerlo con los votos puestos y pasar a ser protagonistas del recuerdo.   

Suscríbete para seguir leyendo