Educación en Catalunya

"Acaban fritos": otra vuelta al cole marcado por las altas temperaturas en colegios e institutos

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Más de 30º en el aula en una escuela de Cunit, los tres primeros días del curso

Más de 30º en el aula en una escuela de Cunit, los tres primeros días del curso / EL PERIÓDICO

Helena López

Helena López

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Miércoles 6 de septiembre, primer día de clase, 16.24 horas, 32,2 grados.

Jueves 7, 16.01 horas, 31,5 grados.

Viernes 9, 15.45 horas, 30,6 grados.

Este es el balance de la primera semana de cole en una escuela pública de Cunit (Baix Penedès) a la que todavía no han llegado ventiladores del Departament, según ha documentado una maestra del centro. Grado arriba, grado abajo, esta es la sofocante realidad que están viviendo estos primeros y calurosos días de curso miles de alumnos y docentes catalanes. Una situación que no es tan desesperante como el inicio del curso pasado, ya que el Departament ha repartido unos 10.000 ventiladores. El calor sigue siendo, a pesar de ello, una asignatura pendiente cuya resolución no parece cercana.

Abanicos y ventiladores de mesa

Los abanicos son el parche de emergencia por el que optan muchos docentes, cuando no llevan directamente de casa un ventiladorcito de mesa, para sobrevivir a las horas punta. "Bajamos las ventanas en los momentos de mucho calor para evitar que la clase se caliente todavía más. Aún así, sudamos todos. Los niños se acercan a buscar mi abanico", explica una maestra de primaria del Baix Llobregat, quien remarca que los peores momentos se viven por las tardes. "En el cambio de aula ves a todos los chavales acercándose a la ventana para notar un poco la corriente de aire", añade una profesora de secundaria de un instituto del Vallès Oriental.

El viernes pasado, los 'consellers' de Educació y Salut, Anna Simó y Manel Bacells, visitaron el instituto Numància de Santa Coloma de Gramenet para presentar la ampliación del servicio de enfermeras referentes a todos los centros de secundaria catalanes y vivieron en su propia piel las altas temperaturas. "Hoy no hace falta que vayáis a la sauna", bromeó el 'conseller' al terminar la rueda de prensa ante un grupo de personas abanicándose con los papeles, pese a estar en un aula con dos ventiladores.

"Se tiene que hacer un plan real de planificación y actuación climática de emergencia. Los medios puestos hasta ahora son insuficientes. Los ventiladores, además de que no han llegado a todos los centros, lo único que hacen es remover el aire, y si está caliente, no sirve de nada moverlo. Que usen los fondos europeos Next Generation y que vayan de la mano todos los departamentos: Economía, Industria, Territori i Sotenibilitat y Educació. No es un problema solo de Educació. Lo que hace falta es una firme voluntad política", denuncia Jesús Martín, de UGT Educació.

Martí añade que las temperaturas no afectan solo al interior de las aulas. "Las clases de educación física son un problema, tanto para el alumnado como para el profesorado", añade.

"Entras en el aula y dices, 'uau'. Abres ventanas y puertas y vas tirando como puedes, pero es duro"

Varios maestros señalan que los alumnos acaban agotados. "Se hace duro. El profesorado vamos haciendo lo que podemos, pero el calor desgasta mucho. Acaban agobiados y tirados buscando una sombra. Y sudan muchísimo", relata una profesora de educación física.

"Entras en el aula y dices, 'uau'. Abres las ventas y las puertas y vas tirando como puedes, pero al final del día acaban fritos", concluye otra docente del Baix Penedès.

El Departament d'Educació presentó en mayo diversas medidas para hacer frente a las olas de calor. Por un lado, la 'conselleria' explicó que este curso permitiría a los centros educativos parar las clases, pero no cerrar el colegio o el instituto, durante los episodios de temperaturas extremas. Por otro, anunció la instalación de un centenar de aires acondicionados en "espacios comunes" (no las aulas) de institutos de su titularidad (los edificios de los colegios de primaria dependen de los ayuntamientos, no del Departament). Un plan que fue criticado tanto por docentes como por familias al considerarlo poco ambicioso.