Vuelta al cole en Catalunya

Familias y escuelas denuncian recortes en las horas de monitores de apoyo

Multimedia: Las madres coraje de la escuela inclusiva

Educació impulsa la mesa de escuela inclusiva entre el escepticismo de las familias, que piden "hechos"

Las escuelas alertan el "caos" en la llegada de personal de apoyo a la escuela inclusiva

Escuela Auditori

Escuela Auditori / Jordi Otix

Helena López

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Nada les hubiera gustado más que no tener razón y que toda escuela catalana empezara el curso como prevé sobre el papel el decreto de escuela inclusiva: con los recursos para atender las necesidades de todo el alumnado. Pero la tenían, vaya si la tenían. De hecho, la situación para muchas familias en esta vuelta al cole ha sido peor de lo que temían. Es el caso de Noemí Font, maestra y activista por los derechos de la infancia con discapacidad. Hace solo una semana esta madre de una niña de ocho años con espina bífida y un 78% de discapacidad explicaba a EL PERIÓDICO que su hija tenía una profesional de apoyo durante todas las horas que estaba en la escuela; y explicaba también lo mucho que le había costado lograrlo, a la vez que denunciaba que muchos niños y niñas que lo necesitaban no tenían esa ‘suerte’ (si es que se puede llamar suerte a algo que, ley en mano, es un derecho desde el 2017)

Su sorpresa –que no lo fue tanto ya que no es la primera ni la segunda vez que se encuentra con una situación similar- fue recibir un correo de la directora el primer día de clase -el miércoles- en el que le decía que este año el centro tenía solo 10 horas de personal de apoyo (‘vetlladora’) para el ‘espai migdia’ –durante la hora del comedor-, "una asignación genérica que tiene que cubrir las necesidades de cuatro alumnos". Un recorte que se suma, añadía la directora, al recorte de personal de apoyo durante el horario lectivo.

La responsable de la escuela explicaba a los padres que se encuentran en una situación “de gran fragilidad e impotencia” y tendrían que repartir "de manera calculada" las necesidades de desplazamientos e higiene de los tres alumnos con diversidad funcional del centro.

La denuncia de este centro del Maresme no es la única de este inicio de curso. Son varias las direcciones que han alzado la voz por recortes en la asignación de las horas de monitores de apoyo, situación a la que el Departament de Educació se refiere como “redistribución”. En Girona, varias escuelas han hablado abiertamente de "auténtico caos" por el recorte de personal de apoyo.

La propia ‘consellera’ Simó respondía en la rueda de prensa de inicio de curso que los recursos para atender a los alumnos con necesidades especiales se habían incrementado con 25 millones y que lo que había pasado era que los recursos se habían redistribuido. Una explicación que irrita a las familias afectadas y confirma lo que llevan mucho tiempo denunciado: que, en la práctica, el Departament plantea la asignación de recursos como una guerra entre familias, a ver quien lo necesita más, en vez de poner sobre la mesa todos los recursos necesarios.