Educación en Catalunya

Vuelta al cole: Goteo de institutos que prohíben el uso del teléfono móvil

Centros como el Vila de Gràcia, en Barcelona, o La Ribera, en Montcada, empiezan el curso declarándose "espacios libres de móviles"

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Barcelona 24/01/2014 Adolescentes utilizando telefono movil smartphone para tema sobre la aplicacion snapchat Foto Ferran Nadeu

Barcelona 24/01/2014 Adolescentes utilizando telefono movil smartphone para tema sobre la aplicacion snapchat Foto Ferran Nadeu / Ferran Nadeu

Helena López

Helena López

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La pregunta era directa –"¿Se plantea la prohibición de los móviles en los patios de los institutos?"-; la respuesta también lo era: "No". La ‘consellera’ Anna Simó respondía hace pocos días a EL PERIÓDICO que el debate sobre la regulación del uso de los teléfonos –una de las grandes preocupaciones de las familias con hijos adolescentes- "no podía venir de arriba abajo". "Esas decisiones tomadas verticalmente no sirven", proseguía la responsable política del Departament haciendo referencia a la autonomía de cada centro. "Estas medidas se tienen que hablar y trabajar centro a centro”, concluía.

Algo que, efectivamente, está sucediendo cada día en más centros; y no solo en el recreo. Este miércoles, primer día de clases, varios institutos catalanes se han sumado a la prohibición del uso del teléfono, alertados por los efectos que su uso excesivo está teniendo en los chavales.

"Está demostrado que cuando los móviles entran en el patio se acaba el juego. Hay una diferencia enorme entre el ambiente de un instituto en el que están permitidos los móviles y en el que no. En los primeros, los chicos prácticamente ni se relacionan entre ellos ni juegan, están todos pegados al teléfono. Cuando eliminas el móvil del patio, las dinámicas cambian completamente, vuelven a correr, a jugar a voley y ¡a hablar entre ellos!", explica una docente que ha trabajado en los dos tipos de centro y que tiene claro que "el camino es la prohibición". "Los propios adultos sabemos que, si lo tenemos delante, lo miramos", concluye.

Uno de los centros que este miércoles empieza el curso con esta novedad es el Institut La Ribera de Montcada (Vallès Occidental). “Aprobado por claustro y consejo escolar en junio, nos hemos declarado centro libre de móviles. En La Ribera, 'desconecta para conectar'”, anunciaban en sus redes sociales.

Cuando eliminas el móvil del patio las dinámicas cambian completamente, vuelven a correr, a jugar a voley y ¡a hablar entre ellos!

Otro es el Vila de Gràcia, en Barcelona, que desde el primer día de cole invita a sus alumnos a dejar los móviles en las taquillas al entrar al centro. Si son pillados con él, aunque sea entre clases, este será requisado y será considerado una falta grave y motivo de expulsión.

Fuente de conflictos

"Después de probar diferentes fórmulas en los últimos años, el instituto ha decidido prohibir los móviles por los problemas -algunos graves- de conflictividad que generaba y también de falta de atención en el aula. Las familias, conscientes de la distorsión que genera, hemos acogido la medida de forma positiva. Además, que el centro sea 'móvil cero' no quiere decir que dé la espalda a la tecnología, ya que los alumnos tienen ordenador y un programa que desarrolla la alfabetización tecnológica", explica una madre del instituto Vila de Gràcia, quien añade que la relación de las familias con el móvil también está cambiando.

"En nuestro instituto, un grueso importante del alumnado de primero de la ESO no tendrá. Madres y padres con hijos mayores hemos comprobado que es ingestionable -y poco saludable- que niñas y niños tan pequeños tengan en el bolsillo un dispositivo tan adictivo", prosigue la misma madre, quien subraya que "eso no quiere decir tampoco que vivan de espaldas a la tecnología". Tienen, por ejemplo, acceso a whatsapp y algunas redes sociales a través del ordenador.

Y no son los únicos. La Salle de Premià de Mar, escuelas de Cardedeu, Lliçà o Granollers han tomado decisiones en la misma línea.

Antes que ellos, otros centros habían iniciado esa vía como el instituto Maria Espinalt de Barcelona, que lo prohibió hace dos cursos. "Hemos pasado por varias fases, pero hace un par de cursos decidimos que el instituto es un espacio libre de móviles. Aquí venimos a interactuar con el otro y a estar conectados entre nosotros y con nosotros mismos, y los móviles nos desconectan. Si les dejáramos tener el móvil en el patio habría criaturas que no se relacionarían, ni se moverían", explicaba la semana pasada Marta Caño, su directora, la semana pasada a EL PERIÓDICO.