Educación en Catalunya

La educación afectivosexual aún no llega de forma sistematizada a las escuelas

Pese a que forma parte de los nuevos currículums, esta formación todavía depende de la voluntad de las direcciones o de talleres externos

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A1-166560835.JPG / ELISENDA PONS

Helena López

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Tras casos como la violación a una niña de 11 años presuntamente cometida por cinco menores en los lavabos de un centro comercial en Badalona o la presunta implicación de otros cinco niños, tres de los cuales menores de 14 años, en otra agresión sexual a dos compañeros de un instituto escuela en Tarragona; la respuesta pública de las administraciones es prácticamente siempre la misma: esto hay que arreglarlo con educación.

El diagnóstico, además, es compartido por la inmensa mayoría de agentes educativos: el porno -al que cada vez tienen acceso desde más pequeños- no puede ser el encargado de la educación sexual de nuestros niños y jóvenes, y el relato de sumisión y violencia que éste les muestra debe ser contrarrestado por una buena educación afectivosexual que les enseñe relaciones sanas, igualitarias y libres de violencia para poner freno a unas dolorosas estadísticas que no dejan de empeorar: los delitos sexuales cometidos por menores se ha duplicado en cinco años.

"Los docentes deberían llegar a los institutos formados; que en los másters y en la facultad se trabajara la didáctica de la educación sexual como se trabaja la de la ciencia", apunta una directora

Entonces... si tanto desde el Departament d'Educació como desde el de Feminismes o el propio Ministerio de Igualdad apuntan a la educación como la clave para revertir esta insostenible situación, ¿por qué ésta no está llegando de forma universal y sistematizada a escuelas e institutos?

El papel de las familias

Esta pregunta es, aunque formulada de mil maneras distintas, la pregunta que se hacen tanto asociaciones de familias como docentes y alumnos y alumnas preocupados por la cuestión. "Hoy por hoy la educación sexual está externalizada. Es contradictorio que por un lado se llenen la boca diciendo que se trata de una cuestión troncal, y por el otro, la dejen en manos de talleres contratados a entidades externas y pagados por el centro o, incluso, los dirigidos a las familias, por las propias afas, lo que no deja de ser otra forma de copago", critica Marga Julià, miembro de la activa comisión de género del afa de la escuela Fructuós Gelabert de Barcelona.

"Todos los estudios apuntan al impacto de la pornografía en los menores [se estima que 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía de manera frecuente], y está claro que ahí el papel de la familia es muy importante, intentar controlar qué miran tus hijos en el móvil, pero las instituciones no pueden asegurarse de que las familias hagan una mejor educación en casa; pero sí de que la escuela lo haga; ahí sí son responsables de asegurar que llegue a todo el mundo", concluye Julià.

De todos y de nadie

Desde el Departament d'Educació insisten en que los nuevos currículums "hacen transversal la coeducación y la educación afectivosexual" -y subrayan la reciente incorporación en el currículum desde la etapa de infantil-, pero esta, hoy por hoy, no está sistematizada en las escuelas y "cada centro elige cómo hacerlo, en función de su sensibilidad y recursos", resume una jefa de estudios de una escuela de primaria pública (y pequeña). "Pese a que le damos mucha importancia, al final acabas dando una pincelada, porque no puedes pagar tantas formaciones -apunta la docente en la misma línea de Julià-; y que aparezca en el currículum está muy bien, pero al final depende de cada centro e incluso de cada tutor o tutora qué explica, cuándo y cómo".

"Pese a que le damos mucha importancia, al final acabas dando una pincelada porque no puedes pagar tantas formaciones", asegura una jefa de estudios

La misma jefa de estudios insiste en la idea de que si la educación no va más allá de la escuela, "el problema no se solucionará". "Es, sobre todo, un tema social, el peso de la familia y del entorno es importantísimo, por mucho que intentemos trabajar la coeducación en la escuela, las criaturas imitan lo que ven en casa, que muchas veces son roles machistas", subraya. 

La directora del instituto Maria Espinalt de Barcelona, Marta Caño, pone varias cuestiones sobre la mesa: la primera es que los docentes deberían llegar a los centros ya formados; que en los másters y en la facultad se trabajara la didáctica de la educación sexual como se trabaja la didáctica de la ciencia. Igual. "Porque aquí, además, se arrastran tabús que, si no se trabajan, es imposible hacerlo bien. ¿Cómo educarás con una mirada igualitaria si tú no la tienes?", sostiene Caño, cuyo instituto es referente en educación afectivosexual.

"Es un tema que no está superado. Y no hablo de los alumnos, hablo también de los docentes", reflexiona la directora, quien subraya que el currículum incluye la educación afectivosexual, pero "no la aterriza".

Igual que de Lengua o de Matemáticas, en el Maria Espinalt tienen un departamento de Educación Afectivosexual. Los alumnos de segundo, tercero y cuarto de ESO del instituto tienen cada 15 días Educación Afectivosexual, una asignatura obligatoria, no optativa, para la que el grupo se divide en dos. La iniciativa se implantó tras una huelga de estudiantes del centro, que hace un lustro se plantaron para que la educación sexual fuera una asignatura obligatoria. La imparten "los profesores que han tenido ganas de hacerlo".

"Igual que nos obligan a hacer una formación en capacitación digital, ¿por qué no lo hacen con la educación afectivosexual?", reflexiona una directora de instituto

A nivel general de Catalunya, el Departament ha impulsado el programa Coeduca’t. "Es un gran paso para los centros y los profesionales que ya tienen esa sensibilización y ganas de trabajarlo, porque ofrece recursos interesantes y un buen acompañamiento", apunta Caño, que subraya, sin embargo, que "el problema es que es un programa voluntario. ¿Qué pasa con los centros que no están por la labor?", cuestiona. Esta docente recuerda que Educació obliga a todos los docentes a hacer una formación en digitalización y se pregunta, al hilo de eso, por qué no la 'conselleria' no hace algo similar con la educación afectivosexual.

Belén Tascón, presidenta de la Affac, asegura que "no se puede hacer política educativa a golpe de titulares". "Una cosa es lo que se dice en las ruedas de prensa, y otra lo que pasa a diario en los centros. La realidad es que no hay políticas efectivas, concretas. Hablan mucho de educación afectivosexual, pero ésta no ha entrado de forma universal en los centros", señala convencida la presidenta de la coordinadora de asociaciones de familias de alumnos, quien coincide en señalar que la educación afectivosexual "ha entrado solo en los centros en los que las direcciones le han puesto energía".

Situación desigual

"El sistema educativo ahora mismo no garantiza que todos los niños y niñas cuando acaban cuarto de ESO salgan formados en educación afectivosexual. ¿Que algunos centros lo hacen? ¡Sí! Y se están haciendo cosas estupendas, pero son mayoría los centros que no lo hacen", apunta Tascón, que subraya que dejar las cosas a voluntad de los centros "no es hacer política educativa". "Está en el currículum, sí, y eso está muy bien; pero ¿quién la imparte? ¿cómo? ¿en qué cursos?", reitera en la misma línea que muchos de los docentes preocupados por la cuestión.

Balance del programa Coeduca't

El Departament d'Educació no ofrece cifras de balance del programa (voluntario) Coeduca't, ya que aseguran que es "imposible saber cuántos centros han usado estos recursos", al alcance de todos los docentes. La información de la que sí disponen y comparten es la de las formaciones que se han impartido sobre estas materias: 662 cursos y actividades "propias", y 501 de entidades "reconocidas por el Departament".

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