Educación en Catalunya

Familias y docentes exigen un abordaje efectivo de las violencias sexuales: "Esto no se arregla solo con protocolos"

Los profesores piden perfiles especializados en las escuelas: "Nos faltan manos y ojos"

La Affac reclama un cambio de mirada: “Que un menor cometa una agresión es un fallo de toda la sociedad”

A1-164435920.jpg

A1-164435920.jpg / Manu Mitru

Helena López

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El caso de la niña de 11 años violada por un grupo de menores en un centro comercial de Badalona ha golpeado no solo a los alumnos de los centros en los que estudian los implicados, sino a los institutos de todo el país. A chavales, a docentes y a familias. ¿Cómo pueden pasar estar cosas? ¿Qué está fallando? ¿En qué estamos fallando? Son algunas de las preguntas que estos días se hacen profesores y familias, que coinciden en la necesidad de que el Departament d'Educació, que es quien tiene las competencias, aborde de una vez por todas de forma efectiva la violencia sexual en los colegios. En el caso del instituto de Badalona en el que coinciden el hermano de la niña violada con uno de los agresores -al que han aislado en un despacho-, han pasado tres meses -desde diciembre cuando la familia de la niña denunció el caso- sin que la 'conselleria' haya resuelto la situación.

"El colegio es un espacio de socialización, pero los niños se socializan en el colegio, en casa, en la plaza... Toda la sociedad es educadora, para lo bueno y para lo malo, y cuando ponemos todo el foco y la responsabilidad de la educación en la escuela nos la quitamos a nosotros", reflexiona la educadora social de un instituto escuela de Barcelona, que tiene claro que parte de la solución pasa por dotar a los centros educativos de profesionales especializados y universalizar la educación social.

"Un profesor tiene 25 alumnos por aula y es imposible verlo todo; pretenderlo es hipócrita"

"No puede ser que, quitando Barcelona, que es una realidad aparte, haya 75 educadores sociales para todas las escuelas de Catalunya. Al docente cada vez se le pide que haga más cosas. Tiene que enseñan la materia, pero también estar pendiente de los patrones de acoso, de violencia, educar en la prevención del consumo de tóxicos… Un profesor tiene 25 alumnos por aula y es imposible verlo todo; pretenderlo es hipócrita", concluye la educadora, quien insiste en que de poco sirve hacer talleres en los institutos si después no existen espacios de escucha para recoger y trabajar lo que estos talleres hacen aflorar.

"Sostener la conversación de un niño que te está explicando un abuso no es fácil, se tienen que respetar sus tempos. A veces los educadores de los centros no trabajan directamente con el alumno, sino con el profesor, que es con quien el alumno se ha abierto -prosigue la profesional-; un educador tiene la formación para gestionar esa situación, pero un profesor no. Parece que la escuela lo puede todo y todo pase por los protocolos y la prevención, y no es así". 

El diagnóstico de Iolanda Segura, portavoz de Ustec, el sindicato mayoritario en la escuela pública catalana, es muy similar. "Nos faltan manos y ojos. Esto no se arregla solo con protocolos. Si no nos envían a las escuelas a los profesionales necesarios es imposible afrontar bien estas situaciones. Es insostenible tener a una sola psicopedagoga para todo un instituto entero, con 350 alumnos, con todos los casos de riesgo social que hay", reflexiona.

"Es insostenible tener a una sola psicopedagoga para un instituto entero, con 350 alumnos"

A ojos de Lidón Gasull, directora de la Affac, el primer paso debería ser desplegar todo aquello que las normas vigentes ya reconocen, como los coordinadores contra el acoso que debería haber en todos los centros escolares según la ley de protección de la infancia frente a la violencia, aprobada en mayo de 2021. "Es necesario, además, cambiar la manera en la que hacemos las cosas y trabajar la reparación de la comunidad sin olvidar que la violencia en los centros en un reflejo de lo que pasa fuera", apunta Gasull, quien insiste en la necesidad de un compromiso político para entender que la situación requiere actuar con urgencia a nivel social.

"Es una cuestión que afecta a muchos niveles", prosigue Gasull. "No sirve de nada desplegar protocolos como una mera formalidad; los protocolos deben abarcar la prevención, la actuación y la reparación de toda la comunidad educativa. Es muy importante ver qué pasa en un centro después de ser golpeado por una situación de este tipo", prosigue la directora de la Affac, que recuerda que muchas veces son menores, víctima y agresor. "Si un menor comete una agresión de este tipo hemos fallado todos como sociedad", concluye.

Suscríbete para seguir leyendo