Freno a la reforma horaria

Educació ve inviable recuperar las cocinas de los institutos: "Sería un proyecto épico en tiempo e inversión"

La 'conselleria' trabaja de la mano de Salud en buscar fórmulas "más ajustadas" para el tiempo de mediodía, aunque descarta las salas para 'tuppers'

La reforma horaria se encalla en los institutos: el 88% de centros sigue sin hacer clase por la tarde

La fórmula Joanot Martorell: no hay clases por la tarde, pero sí extraescolares gratis

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A1-148482148.jpg / RICARD CUGAT

Helena López

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Uno de los argumentos que muchos institutos esgrimen para explicar por qué no pueden hacer jornada partida -tal como indica la orden de calendario- es la falta de cantinas. Tras la puerta abierta a la jornada continuada que la 'consellera' Irene Rigau abrió en 2012 -en el contexto de grandes recortes del Govern de Artur Mas-, muchas cantinas fueron cerrando en paralelo a que los institutos dejaban de hacer clase por las tardes.

"Detrás de estos servicios suele haber pequeñas empresas. Con la caída de usuarios que desencadenó la jornada continuada, muchos de estos comedores se hicieron inviables económicamente y terminaron cerrando, y los institutos empezaron a dar otros usos a esos espacios", resume Raquel Garcia, directora general de Atención a la Familia y Comunidad Educativa del Departament d'Educació, quien reconoce que "los comedores se desmantelaron" y actualmente hay pocos centros en los que las cocinas estén preparadas. "La inversión para poder recuperar todas los cocinas desaparecidas sería muy elevada. Supondría un proyecto épico en tiempo e inversión", afirma la directora general, quien añade que están trabajando junto al Departament de Salut en "fórmulas viables".

"La normativa de salud es estricta, debemos ver cómo tenemos estos espacios, los aspectos mínimos y estudiar la viabilidad", prosigue Garcia, quien pone sobre la mesa opciones como el cátering con línea caliente o incluso la posibilidad de habilitar espacios fuera de los institutos. "Tenemos que abrir la mente y ser sostenibles", señala.

La directora general de Atención a la Familia desvincula la falta de cantinas a la no aplicación de la jornada partida: "no tiene nada que ver"

En cuanto a la posibilidad de habilitar salas para que los chavales coman sus propias fiambreras -fórmula reivindicada por algunas familias-, Garcia lo descarta rotundamente. "Lo descartamos por un tema de trazabilidad alimentaria, de higiene o control de alergias -añade-. Los comedores fomentan una alimentación saludable, pero con los 'tuppers' eso no se garantiza", mantiene. "Además, las salas de fiambreras vulneran derechos, ya que dejan de lado las becas. Nosotros, como gobierno de izquierdas, lo que queremos hacer es garantizar la posibilidad de recuperar las becas comedor en los institutos. Las salas de fiambres ni están reguladas ni pueden entrar en lo posible", descarta.

Entonces... ¿Cuál es la apuesta de Departament? "Estamos estudiando diversos modelos y en los próximos meses empezaremos a probarlos en algunos centros, modelos que combinen seguridad y viabilidad; siempre de la mano de Salud", responde la directora general, quien desvincula taxativamente la falta de cantinas con el cierre de los centros por las tardes. "No tener comedor no es un argumento para no ofrecer clase por la tarde. Una cosa no va ligada con la otra", asegura. "Garantizar comedores garantiza derechos y una alimentación saludable, pero no que haya clases por las tardes; las clases por la tarde no dependen del comedor; pueden hacerse sin él, ya que el horario garantiza que los alumnos tengan tiempo de ir a casa a comer y volver, muchísimos alumnos lo hacen en centros que sí tienen comedor", concluye. Sin embargo, familias y docentes subrayan que los comedores son un servicio clave para asegurar la asistencia de los alumnos en el caso de que se recuperaran las clases por la tarde.

La excepción barcelonesa

Mientras que en el conjunto de Catalunya la situación es la descrita por Garcia (comedores desmantelados reconvertidos en salas polivalentes o incluso en aulas), la capital catalana presenta una situación muy distinta. Según datos del Consorci d'Educació de Barcelona, 120 de los 121 institutos públicos de la ciudad disponen de comedor y garantizan beca los cinco días a la semana independientemente de las tardes lectivas. La misma fuente asegura que la ciudad ha pasado de las 22.464 becas en el curso 2015-2016 a 36.543 en el 2021-2022). En Barcelona, según datos del Consorci, el 34% de los institutos no hacen clases por la tarde ningún día de la semana.

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