Educación en Catalunya

La reforma horaria se encalla en el instituto: Educació permite que el 88% de centros no den clase por la tarde

Educació establece que los alumnos de la ESO deben hacer "por norma general" un mínimo de dos tardes a la semana, pero a la vez permite mantener la jornada continuada a los centros que ya la hacían, que son la abrumadora mayoría

Familias y pediatras reclaman que los adolescentes entren más tarde a clase por la mañana

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A1-134016648.jpg / Manu Mitru

Helena López

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¿Puede una norma decir una cosa y avalar la contraria? Sí, puede. El artículo 5.2 de la Orden de Calendario para el curso 2023-2024 [y lo decía también la del 2022-2023] señala que la organización horaria de los alumnos de ESO "no puede comportar más de tres tardes libres semanales por alumno". Pese a lo retorcido del redactado, no deja lugar a dudas: los alumnos de ESO en Catalunya tienen que ofrecer "por norma general", recalcan desde Educació, un mínimo de dos tardes de clase a la semana. ¿Qué pasa, entonces, en el instituto de su hijo, en el que no hacen ninguna tarde? Y no solo su hijo. De hecho, según un informe elaborado por el Consell Escolar de Catalunya en el 2020, el 88% de los institutos públicos catalanes tienen jornada continuada (los últimos datos oficiales públicos, ya que el Departament d'Educació no ha ofrecido a este diario datos más actualizados).

Entonces... ¿hay un incumplimiento generalizado de la norma? No, tampoco. La misma orden de calendario, dos puntos por debajo, en el 5.4, indica que "los centros educativos públicos que en estos momentos ofrecen una jornada continuada [es decir, la mayoría] pueden optar por mantener este horario o acogerse a las consideraciones generales [las del 5.2]".

La reforma horaria supondría abrir un nuevo conflicto con los docentes, afirman desde UGT

Es decir, el Departament d'Educació publica una orden de calendario en la que indica que los estudiantes de ESO no pueden tener más de tres tardes libres a la semana. Sin embargo, en la misma orden deja la puerta abierta a los centros que no lo hacen -la mayoría- a seguir como hasta ahora. ¿Dónde está la trampa?

Origen en los recortes de 2012

La historia es compleja y tiene su origen en 2012, en un contexto de crisis galopante y de duros recortes, con Irene Rigau como 'consellera' de Educació y Artur Mas como 'president'. Con los recortes de dotaciones económicas y plantillas se empieza a generalizar lo que entonces era una excepción: solicitar horario continuado en secundaria.

El Departament aceptó la jornada compactada, que era una reivindicación histórica de los profesores, por una cuestión económica

Jesús Martín

— UGT Educación

"El Departament d'Educació aceptó la jornada compactada, que era una reivindicación histórica de los profesores, por una cuestión económica. Si no abrían los centros por la tarde ahorraban en luz, agua, calefacción y becas comedor de todos los niños que en primaria tenían derecho a ella y, al pasar a la secundaria, al no hacer tardes, ya no se quedaban a comer", recuerda Jesús Martín, de UGT, convencido de que si el Departament no aborda la reforma horaria es porque sería caro -"debería hacer una importante inversión en rehabilitar los comedores desmantelados tras la generalización de la compactada"- y porque supondría abrir un nuevo conflicto con los sindicatos, cuando uno de los encargos de la nueva 'consellera' es restablecer puentes.

Diferencias entre centros

"La jornada tiene que responder a los intereses del alumnado, no a intereses de otros agentes, y, sobre todo, no puede ser diferente en función del centro. La jornada partida es por la que apuestan los expertos, desde la economía de los cuidados hasta la pediatría. El hecho de que existían distintas jornadas significa que una gran parte del alumnado no tiene la posibilidad de comer a una hora razonable y compatible con las necesidades de una persona de su edad; además de ser una desventaja con la concertada, que sí hace tardes", explica Lidón Gasull, directora de las Associacions Federades de Famílies d'Alumnes de Catalunya (Affac).

La cuestión sobre los diferentes horarios en función del centro es relevante. Los institutos de nueva creación, al no poder quedarse con el horario antiguo porque empiezan de cero, hacen todos jornada partida, igual que los institutos-escuela (que, de hecho, tienen una entrada propia en la orden de calendario).

Diferencia territorial

Existe también una importante diferencia territorial. Mientras fuera de Barcelona es difícil dar con un instituto que haga clases por las tardes, en la capital catalana la reforma horaria ha avanzado algo más. Según datos del Consorci d'Educació de Barcelona -organismo que sí ofrece cifras-, en Barcelona ofrecen jornada compactada 41 de los 121 institutos (es decir, una tercera parte, cifra mucho más baja que en el conjunto de Catalunya).

La portavoz de las asociaciones de familias insiste en que se tendría que recuperar un horario partido [como lo había antes de los recortes de 2012] que "permita empezar más tarde la jornada -los pediatras alertan de que entrar a las ocho es perjudicial para la salud de los adolescentes- e incorpore un tiempo de mediodía con servicio de comedor", concluye.

En la misma línea se pronuncia Elena Sintes, investigadora en políticas públicas de tiempo y educación. "El nuestro es un horario totalmente irracional y tenemos evidencias de que es poco equitativo; no tiene ningún sentido tener los institutos cerrados por las tardes. Además, da por hecho que los alumnos por la tarde estarán en casa acompañados o participarán en actividades de ocio educativo, cuando en muchos casos no es así", prosigue.

Sin consenso

"Cuando no hay un pacto y un calendario trabajado se va trampeando, y eso es lo que hace el Departament", apunta Rosa Maria Villaró, responsable de política educativa de CCOO, quien insiste en que "el calendario hay que trabajarlo de manera integral". "Para cambiar el horario tiene que haber mucho diálogo y un acuerdo con la comunidad educativa: estudiar sus beneficios y las condiciones laborales", resume la sindicalista.

"Puede parecer una lucha entre algunas familias, que lo querrán por conciliación, y un tema corporativo de los profesores, pero hay muchos grises", concluye Villaró.

Profesores contrarios a volver a la jornada partida argumentan que los chicos por las tardes están cansados y es muy difícil que se concentren. Además, se suma el hecho de que los centros no están climatizados (el plan de choque del Departament plantea solo la climatización de un espacio compartido en 104 centros). Por otro lado, existe mucha literatura que mantiene que el horario partido es el más beneficioso para la salud y los resultados académicos de los adolescentes, "sin necesidad de alargar demasiado las tardes, pero partiendo la jornada para comer".

"Quizá acabando a las 16 horas habría suficiente. En el caso de la secundaria, somos uno de los países con más horas lectivas y, al introducir el tiempo de mediodía, se alarga la jornada -añade Sintes-. Sin embargo, podríamos tener una secundaria con menos horas lectivas. Si la hora del recreo se considerara lectiva también se reduciría la jornada, si tienes que hacer 6 horas y añades media, ya son seis horas y media", concluye.

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