Crisis hídrica

Vuelve el peor escenario por sequía: los embalses tocan fondo en Catalunya

La ACA no prevé declarar la emergencia por sequía en zonas turísticas hasta septiembre

Un problema en aumento: ¿Por qué no te puedes bañar en los lagos de alta montaña?

Pantano de sau

Pantano de sau

Francisco José Moya
Guillem Costa
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Las reservas de los embalses en Catalunya han vuelto a tocar fondo. Los pantanos de las cuencas internas están al 25,11% de su capacidad, un porcentaje que se llegó a registrar el 25 de mayo de este año, hace casi tres meses. Durante lo que llevamos de sequía (más de dos años), el registro mínimo ha sido ese 25,1%. Es casi seguro que este sábado, la capacidad seguirá bajando por debajo de este 25%, lo que establecerá el récord negativo de reservas en los embalses catalanes de los últimos años.

En la sequía de 2008, se bajó hasta el 21,1%, en el mes de abril. Sin embargo, empezó a llover y los embalses se llenarón en pocas semanas, hecho que no ha ocurrido este verano. Las lluvias que cayeron a finales de mayo y en junio aliviaron ligeramente la situación, pero la escasez de lluvias y las altas temperaturas de julio y agosto han vuelto a situar los pantanos en el escenario de mediados de mayo.

De hecho, en 24 municipios ya se ha decretado la fase de emergencia, que en septiembre se podría extender a otros pueblos, aunque todavía no en el área metropolitana de Barcelona, si siguen sin caer lluvias abundantes.

De los principales pantanos (los de mayor capacidad), solo La Baells está por encima del 30% de las reservas. Sau apenas supera el 20% y Susqueda alcanza el 26%. Estos dos pantanos son claves para el abastecimiento del sistema Ter-Llobregat.

La situación también es complicada para el pantano Darnius Boadella, en el Alt Empordà. Sus reservas, de las que depende el abastecimiento de varios pueblos ampurdaneses, están al 18%.

Los embalses de la cuenca del Ebro se sitúan de media al 35% de sus reservas, si bien es cierto que el agua que almacenan se usa mayoritariamente para el riego agrícola (con las cosechas cerca de llegar a su fin) y no para el abastecimiento urbano.

En las próximas semanas, si no llegan lluvias urgentemente, las reservas seguirán bajando. A finales de septiembre, octubre y noviembre, sin embargo, es cuando se abre la ventana principal del año para recibir las lluvias habituales de cada otoño, que podrían mejorar el panorama.