NEWSLETTER
Albert Sáez

Albert Sáez

Director de EL PERIÓDICO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El PSC, en lo más alto del alambre

Illa y Sánchez, el pasado 16 de marzo, durante la clausura del congreso del PSC.

Illa y Sánchez, el pasado 16 de marzo, durante la clausura del congreso del PSC. / MANU MITRU

Los socialistas transitan por la campaña electoral desde lo más alto de las encuestas pero sobre un alambre muy fino que obliga a Salvador Illa a redoblar sus ejercicios de equilibrismo para sumar votos del constitucionalismo de izquierdas, del catalanismo pragmático y del pedrismo sin excitar el antisanchismo. No es fácil, aunque las expecativas de llegar primero no las discute casi nadie, solo Puigdemont en estos últimos días. Pero al PSC no le servirá de nada la victoria si un independentista acaba siendo presidente de la Generalitat. Todo lo que ha hecho Illa en los últimos tres años y todo lo que ha hecho Sánchez en el último año no tendrá sentido si Catalunya no abre una nueva etapa y se da por superado definitivamente el llamado procés. Excepto una salida de tono de Matías Carnero y un precipitado amago de abrirse a pactar con Junts, Illa ha hecho una campaña sin errores que era lo que necesitaba. Solo le falta en las últimas 48 horas colocar con nitidez su mensaje final: Illa o Puigdemont.

Lo más complicado para Illa y para el PSC será el día después. Si Puigdemont queda primero o si el independentismo suma 68 diputados sin Aliança Catalana, las presiones para que Illa renuncie a la presidencia pueden llegar de todas partes, alentadas tanto por el pedrismo para asegurar la continuidad en la Moncloa como por el antisanchismo para convertir a Puigdemont en el caballo de Troya y forzar la caída de Sánchez. La directora de EL CORREO DE ANDALUCÍA, Isabel Morillo lo h a escrito con fino bisturí al observar que en según que escenarios solo puede quedar uno: Sánchez o Illa.Veremos. No sería la primera vez que el catalanismo pacta la presidencia de la Generalitat en Madrid y choca con el muro del PSC. Pasó en 2006, cuando Zapatero prometió a Mas la presidencia y Montilla, sin ninguna oposición interna, respondió con un segundo tripartito y le dijo aquello de "José Luis, te queremos mucho, pero queremos más a Catalunya". En el alambre.

Suscríbete para seguir leyendo