Obituario

Llum Ventura, la libertaria que rescató la memoria de las mujeres de la guerra (y contó cuentos a sus bisnietas)

Muere Llum Ventura, la historiadora y activista que impulsó la asociación 'Dones del 36'

Sant Antoni dedicará una plaza a la miliciana anarquista Conxa Pérez

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A1-145372665.jpg / RICARD CUGAT

Helena López

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Maria Salvo, Trinidad Gallego y Conxa Pérez son tres mujeres que vivieron y sufrieron la guerra civil española y la posterior represión, y cuyas historias habrían caído en el olvido si no hubiera sido por el empeño (y el amor) de Llum Ventura, alma y refugio en un millón de causas durante sus 82 años de vida, a quien Barcelona ha despedido este lunes con una mezcla de tristeza, ternura y sentimiento de deuda.

Presente en infinidad de luchas, del derecho al aborto al derecho a papeles -en su caso no es un lugar común decir que Llum siempre estaba-, será recordada mucho más allá de las fronteras de la capital catalana por ser la artífice de la recuperación de las historias, olvidadas durante décadas, de las 'Dones del 36'. Un colectivo que no solo creó y cuidó, sino que -huérfena desde muy niña y nieta y sobrina de anarquistas- le regaló una 'madre' adoptiva, la libertaria Conxa Pérez; como explica en su autobiografía publicada por El Lokal.

Junto a Pérez, miliciana de la CNT durante la guerra civil, vivió y compartió ideales y manifestaciones desde que sus vidas se cruzaron a finales de los 90 hasta su muerte, en el 2014. No dejó de pelear por su memoria hasta lograr que la ciudad le dedicara una plaza en el mercado de Sant Antoni, donde Conxa regentó un puesto de bisutería y ropa interior que durante el franquismo sirvió de clandestino punto de encuentro entre anarquistas.

Semilla de varias generaciones

'Dones del 36' consistía en algo aparantemente tan sencillo pero tan revolucionario como reunir a ocho mujeres -después fueron más-, escuchar sus historias, escribirlas para que perduraran y -casi lo más importante- hacer que las escucharan todos, sobre todo los adolescentes de los institutos, en unas charlas que fueron un inesperado regalo para toda una generación.

"Recibir todo ese conocimiento nos marcó, nos hizo entender la Historia desde un lugar que no había sido nada central hasta entonces", señala Marta Vallejo, en el instituto en aquellos primeros 2000. Hoy miembro de La Fundició, cooperativa que impulsa proyectos Memòria Viva, destaca la figura de Llum como "aquella generación bisagra entre las mujeres que vivieron la guerra civil y las feministas del final de la dictadura".

En 1975 -también dejó escrito la propia Ventura en el Lokal, guardianes de las memorias de la Barcelona rebelde - creó la peluquería La Mar detrás del Museu Picasso, "un pequeño espacio en el que intentó crear un lugar diferente y feminista; una peluquería con una pequeña biblioteca para las mujeres del Gòtic, sin revistas del corazón y, lo más importante, donde poder asesorar sobre abortos clandestinos".

Las mujeres del 36 fueron su predilección, pero Llum dedicó su vida a luchar contra las injusticias hasta el último día -estuvo en el 'Guanya't el cel amb el Pare Manel' hace apenas 10 días- en decenas de colectivos. "Llum es ejemplo, es vida; tuvimos el privilegio de vivir y compartir con una de las grandes mujeres que hacen historia y nunca fallaba", señala Janet Mérida, una de las voces de colectivo Putas Indignadas, a quienes Ventura siempre arropó.

Acto de homenaje a Lili, la víctima de trata fallecida en abril del 2019 en Barcelona. 

Llum (a la derecha), en un acto de homenaje a Lili, la víctima de trata fallecida en abril del 2019 en Barcelona. / ALBERT BERTRAN

Nico tiene 20 años y colabora en la 'escoleta popular' de la Antiga Massana, espacio okupado que acoge las asambleas del Sindicat d'Habitatge del Raval (SHR). "Es un proyecto de educación popular que da apoyo a niños y niñas del barrio, y, los miércoles, mientras se celebra la asamblea del sindicato, ofrecemos servicio de ludoteca en el patio, para que las madres puedan participar en la reunión y los niños y niñas no se aburran", explica la joven, quien recuerda que Llum, siempre que iba a la asamblea -el SHR era uno de los mil espacios en los que militaba-, no podía evitar quedarse en el patio con ella y con los niños. "Iba subiendo y bajando, por si alguien necesitaba algo, pero le gustaba quedarse en el patio conmigo y los niños", cuenta la jovencísima activista, quien podría ser la nieta de Ventura (de hecho, era muy amiga de sus abuelos, vecinos del Gòtic, por los que Llum siempre le preguntaba y mandaba abrazos).

Referente intergeneracional

Elena Guim, también vecina de Ciutat Vella, recuerda también a la omnipresente Llum como "la cuentacuentos de Fem plaça!", acción organizada por la Xarxa Veïnal de Ciutat Vella en la prehistoria de las 'superilles' para reivindicar el espacio público para los vecinos, otra de las batallas de Llum, quien también fue fundadora de las míticas peluquerías La Pelu.

En los últimos años era prácticamente imposible no encontrarse con Llum sentada en una silla, la edad no perdonaba, en la puerta de cualquier desahucio, junto con Pere Cuadrado o Núria Marcet, veteranos del derecho a la vivienda en el distrito. El activista de Resistim al Gòtic Martí Cusó compartía el domingo en redes unas imágenes de Llum peinando a Marcet durante el desahucio abierto de Manuela, entonces vecina de la calle de Obradors (no sabían cuándo vendría la policía a intentar echar a su vecina y se trataba de ocupar las horas, por lo que Llum propuso hacerlo como mejor sabía: cuidando de sus vecinas).

Esa ternura es lo que subraya también Antonia Raya, enfermera del CAP Raval Nord, quien la conoció durante la batalla ganada al Macba por la Capilla de la Misericòrdia para levantar el nuevo CAP. "Te la encontrabas, le preguntabas que cómo estaba y siempre respondía 'Contenta de verte'". Así se han quedado los movimientos sociales de la ciudad, desolados con la inesperada muerte de su compañera, pero contentos de haber aprendido de ella, y decididos a mantener viva su llama. El también imprescindible Iñaki García explica que ya preparan un acto el sábado 2 de septiembre en el Ágora Juan Andrés Benítez, epicentro de tantas luchas que siempre tenían la sonrisa (y la determinación) de Llum como motor y dominador común.

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