Muere Llum Ventura, la historiadora y activista que impulsó la asociación 'Dones del 36'

Este fin de semana ha fallecido en Barcelona la historiadora y activista Llum Ventura a los 82 años. Vecina del barrio Gòtic de Barcelona, donde en los últimos años ayudó a parar decenas de desahucios, Ventura pasará a la historia por ser la persona que movió cielo y tierra para recuperar las vidas de las mujeres que vivieron la guerra civil española, objetivo que cumplió con creces y por el que nunca le estaremos suficientemente agradecidos.

Su tenacidad logró que en el año 1997 viera la luz la asociación 'Dones del 36', en la que juntó, arropó y cuidó a un grupo de mujeres supervivientes de la guerra civil de las que ya nunca se separaría.

Allí conoció a referentes que la acompañarían para siempre como la miliciana anarquista Conxa Pérez, a quien acompañó (junto a la que luchó en mil causas) hasta su muerte y por cuya memoria luchó hasta lograr que la ciudad le dedicara una plaza junto al mercado de Sant Antoni, donde Pérez regentó durante años un puesto.

El objetivo 'Dones del 36' era dar a conocer a la sociedad -especialmente a las nuevas generaciones- los estragos que sufridos en este período de la historia desde una óptica femenina, hasta entonces totalmente olvidada. Tras un enorme trabajo hecho, la asociación se disolvió en 2007 debido a la avanzada edad de sus integrantes, pero su legado pervive en la hemeroteca y en el corazón de los cientos de jóvenes que escucharon sus historias de primera mano en el instituto cuando eran solo unos críos.

En los años 90, las mujeres que integraron la asociación dieron charlas por decenas de colegios e institutos catalanes, participaron en varias exposiciones y escribieron artículos y libros contando sus historias que hoy son un verdadero tesoro. “Para que no se vuelva a repetir aquel horror y para que se conozcan sus historias y sus luchas”, aseguraba Ventura en una entrevista hace solo unos meses en EL PERIÓDICO.

Siempre del lado de los 'nadie'

En los últimos años ha sido muy activa en todas las luchas sociales en su querida Ciutat Vella, desde el movimiento por el derecho a la vivienda tanto en el Raval como en el Gòtic [fue una de las fundadoras, hace siete años, del colectivo Resistim al Gòtic], como al de la salud (siempre presente en la tenaz batalla contra el Macba por el CAP), hasta al lado de los manteros o de las prostitutas de la calle d'En Robador.