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Antonia Raya, enfermera en el Raval: "Medicalizar a todo el mundo no es la solución; hay quien está mal porque o come o paga el piso"

Esta profesional del CAP Raval Nord es una de las mujeres más queridas en el barrio por su implicación en las luchas cotidianas (con o sin la bata puesta).

No dudó en ‘okupar’ la Capilla de la Misericordia para reivindicarla para el ambulatorio, es decir, para los vecinos; y no se cansa de denunciar que sin una vivienda digna es imposible tener salud.

Antonia Raya

Antonia Raya / Simone Boccaccio

Helena López

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Como enfermera entra en las casas de la gente y descubre realidades invisibles...

La atención domiciliaria es un gran valor. A veces hay algo de lo que te cuentan en la consulta que no te cuadra, y visitar en el domicilio te da muchísima información. Solo en el comedor, ves quién son las personas más relevantes para esa persona, qué fotos tiene, qué historia de vida, sus barreras… El caso más cercano es una señora muy longeva, de 90 y tantos años, que yo no tenía filiada en la consulta y, cuando tenemos tiempo, una de las cosas que hacemos es repasar aquellas personas mayores a las que conocemos, porque pensamos que seguramente son las que tengan más necesidades. Y el otro día fui a sacarle sangre a esta mujer, que vie en un ático. Todo el edificio es de un gran propietario y ella es la única vecina que queda en el bloque. Subía las escaleras hasta su casa y me dolía que ya no volvería más allí, porque el resto de pisos serán apartamentos turísticos. Y la mujer vive en un espacio mínimo, en una especie de palomar, y consciente de que subiríamos acaloradas salió a la terraza y le hicimos allí la analítica. Y entonces es cuando te explica que están reformando la finca y que de cada piso harán dos y que ella está allí sola, soportando las obras…

Entrar en los hogares le ayuda a configurar el rompecabezas. 

Otro ejemplo. Cuando tienes una familia que convive con un ‘narcopiso’ en la escalera. Te ayuda a entender las subidas de tensión, el insomnio, la ansiedad, pero es que viven con una sensación continua de jaleo, de miedo… porque si tu ves continuamente peleas, historias, tú no vives tranquila. La domiciliaria es un diamante. No la puedes perder. Nosotros al principio de la pandemia teníamos toda la información de qué personas vivían solas y no tenían a nadie y sabíamos que no podían salir, pero tenían que comer. Por eso enseguida pudimos activar los circuitos de servicios sociales.  

"Todavía hay pisos sin lavabo, en los que la gente se lava por partes; en el siglo XXI, en la ciudad de Barcelona"

 ¿Qué otras situaciones se encuentra, difíciles de imaginar desde otras realidades?

Gente que vive en espacios minúsculos, sin ventilación, que no tiene luz, que no tiene lavabo… y no es raro. Es verdad que ha mejorado el barrio, pero todavía hay pisos sin lavabo, en los que la gente se lava por partes. Y dices, el siglo XXI, Barcelona ciudad, y estamos así. O personas que conviven con muchísima gente, una familia en cada habitación. Y no solo en el Raval. Cuando hacía pediatría en el Eixample recuerdo casos en los que le decías a alguien, 'a la niña la tienes que pasar ya a su habitación', y te decían, 'no, no, es que no hay más habitaciones'. O le decías que evitaran el colecho y te decían que no había alternativa, que solo tenían una cama.

Y todo esto multiplicado con la crisis social derivada del covid, claro.

Sí. Y todo esto hace mella. A nivel de salud mental la cosa tendría que dar un giro muy grande y yo no veo intención. Medicalizar a todo el mundo no es la solución. Porque hay alguien que puede estar mal por un luto, pero alguien que está mal porque o come o paga el alquiler. O puede estar mal porque se le ha suicidado alguien muy joven en la familia. Tenemos muchas más ideación suicida que antes de la pandemia. Porque la gente cuando ya no puede más solo ve una salida. Y claro, ¿Qué es peor que estar muerto? Estar vivo con un dolor que tú no soportas. La gente no se quiere morir, pero no puede aguantar el sufrimiento de ver que no tiene para darle de comer a sus hijos, que la echan de casa o que no tiene unos mínimos para poder tener una vida digna.

"La gente no se quiere morir, lo que no puede es aguantar el sufrimiento de ver que no tiene para darle de comer a sus hijos o que les echen de casa"

Entre sus pacientes, ¿la crisis social va de la mano de la de la salud mental?

Mucho. Yo ahora te podría empezar a listar pacientes. Y no solo yo, somos 15 equipos de médico y enfermera y todos tenemos casos. Una mujer joven que por sus circunstancias tenía un alquiler social y ese alquiler social se acaba, no se lo renuevan, y esa persona no quiere seguir viviendo. Y tiene un hijo pequeño y tiene que salir adelante, pero está muy ofuscada. Tengo también mujeres que se han jubilado, que trabajan de asistentas en una casa y pensaban que la señora de la casa las tenía aseguradas por más horas y las tenía aseguradas por lo mínimo. Y han estado toda la vida trabajando muchísimo y ahora tienen una pensión mínima. Y el ser humano tiene mucho aguante, pero tiene un límite.

¿Qué se puede hacer ante estas situaciones?

Las escuchas e intentas luchar contra la estigmatización del suicidio. Decirles que hay que hablar de esto. Que me expliquen, y valorar qué posibles factores protectores tiene. Esta señora tenía la iglesia, las creencias, pues arrastras de ahí, que ya es mucho. Dejas la puerta abierta para que vuelva cada vez que quiera y le das herramientas para luchar con esa ideación, en el momento. '¿Cuándo piensas en eso, qué haces?' 'Rezo'. '¡Pues reza! Y después ven a verme'.

"Una cosa que me alucina es cuando hay un desahucio; ¿qué piensan que pasará con esa gente, que se volatilizará? Esa gente va a la calle"

Porque el número de psicólogos en Primaria es totalmente insuficiente, imagino.

Son pocos y a nosotros en Primaria no nos dan resultado. Nosotros no queremos más psicólogos. Queremos más enfermeras y más médicos de familia. Para poder atender durante media hora o tres cuartos de hora o lo que necesite a esta mujer sin penalizar al resto que están esperando fuera, y que esperan porque saben que otra día la Antonio les escuchará a ellos. Es mucho más fácil que una persona me explique su problema a mí, que me conoce desde hace mucho tiempo que a un psicólogo al que no conoce de nada; yo cuando la veo entrar y le veo la cara ya le digo, ¿qué pasa?, o veo si viene más desarreglada o si no me contacta con la mirada… La Primaria es el médico, la enfermera, la trabajadora social y la administrativa. No me pongas psicólogos para decir que has reforzado la Primaria. No me pongas una nutricionista para decir que has reforzado la Primaria. Porque si me pones una nutricionista me voy a reír. Porque la gente no tiene para comer. Porque si yo tengo a una persona que tiene una insuficiencia renal crónica y solo puede comer proteína y no puede comprar proteína, qué flaco favor le hace la nutricionista. La visión de parcelar la Primaria es un error.

Lo que falla es el sistema, entiendo.

Si no tienes garantizada una vivienda y una condiciones laborales dignas que te permitan vivir es muy difícil que tengas salud. Y eso se ha perdido. Hay contratos en la restauración que hacen que los trabajadores tengan que consumir para aguantar esas jornadas. Y ahora se encuentran sin trabajo y con la adicción, ¿y qué hacemos? .

¿Esas situaciones tan duras que describe son generalizadas entre tus pacientes? 

Sí, sí, de 10, seis; siete, ahora, tienen algún condicionante social que hace que su salud sea peor. Y no es solo en nuestro CAP. En La Mina, en el Besòs, en Trinitat Vella, en Ciutat Meridiana… Es un continuo. Una detrás de otra. Tengo un señor que no tiene lavabo ni cocina en su casa y el propietario ha estado cobrando. Pero está en una zona ahora buena, tocando a la Rambla, y ahora le echan. Este señor en un momento de su vida tuvo un ingreso en salud mental y ahora viene y me dice, 'Antonia, yo no quiero volver a pasar por ahí y yo sé que yo cuando me vea en la calle me descompensaré'. Lo sabe y te lo dice, pero parece que a nadie le importe. Y esta persona seguramente volverá a la calle, se descompensará y hará un ingreso o no… o saldrá a las noticias 'otro sin techo ha muerto en Barcelona.

"El relato de la enfermera en esta sociedad patriarcal y capitalista es difícil porque los cuidados no dan dinero, dan bienestar"

La vulneración al derecho a la vivienda aparece en casi todas las historias que explica.

A mí una cosa que me alucina es cuando hay un desahucio, ¿qué piensan que pasará con esa gente? ¿Que se volatilizará? Esa gente va a la calle. Quizás tengas suerte y entres en una pensión o un piso social, pero eso también es temporal, que es lo que le pasó a esa chica. Te dicen se ha acabado el piso social y se ha acabado, te vas a la calle, y te quieres morir.

Y usted se rebela contra todas esas injusticias denunciándolas.

Cuando eliges un trabajo que es ayudar al prójimo sabes que tu trabajo va más allá de la promoción de la salud, porque la salud está afectada por muchas circunstancias. 

¿La pandemia ha servido para poner en valor el trabajo de las enfermeras? Ya no se habla de médicos sino de sanitarios.

Sí, pero mira cómo se ha normalizado. Los sanitarios, en masculino. No se dice ‘las enfermeras’. ¿Se ha visibilizado? Sí. ¿Se ha ganado un terreno de peso? No del todo. No interesa. ¿Qué hace Trilla hablando de todo? ¿Hay muertos en UCI? Habla Trilla. ¿Hay muchos ingresos en Urgencias? Habla Trilla. ¿Está la Primaria colapsada? Habla Trilla. Y de eso tenéis mucha culpa los periodistas. Y cansa mucho tener que luchar siempre con esos señores que sientan cátedra… El relato de la enfermera en esta sociedad patriarcal y capitalista es difícil, porque los cuidados no dan dinero, dan bienestar, y porque es una profesión altamente feminizada.

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