CAOS EN LIBIA

Un sabotaje en el suministro de agua en Trípoli, a punto de causar una crisis humanitaria

Libia Hafter Trípoli

Libia Hafter Trípoli / periodico

El Periódico / Agencias

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El suministro de agua para los 2.5 millones de residentes de Trípoli, la capital de Libia, ha sido restablecidos tras más de 48 horas de corte. El pasado sábado, un grupo armado, al parecer vinculado con las fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter -hombre fuerte de Libia-, cortaron una de las principales tuberías de abastecimientode agua a Trípoli, según fuentes oficiales.

La escasez de agua pudo haber causado una crisis humanitaria y empeorar la situación de los habitantes de la sitiada capital, que todavía están recuperándose de semanas de lucha entre milicianos vinculados al Gobierno de Trípoli (GNA) -reconocido por la ONU- y las fuerzas rivales -el Ejército Nacional de Liberación- fieles al mariscal Hafter

El Gobierno del primer ministro, Fayez al- Serraj, internacionalmente reconocido, acusó a las fuerzas leales del mariscal Haftar del corte de varias tuberias del llamado 'Río hecho por el hombre', un faraónico proyecto hidráulico -situado a 400 kilómetros del sur de Trípoli- iniciado en tiempos de la dictadura de Muamar el Gadafi, quien fue depuesto en 2011.

"La crisis de la interrupción de los suministros de agua ha terminado y los flujos han comenzado", ha dicho en un comunicado la compañía del proyecto, una red de tuberías que suministra agua subterránea desde el Sahara. Días antes, la empresa había anunciado la interrupción del bombeo de agua de los pozos debido a que un grupo de hombres armados asaltó las instalaciones y obligó a los trabajadores a cerrar las válvulas. 

"Crimen de guerra"

"El cierre afecta a gran parte de la ciudad de Trípoli y a varias localidades del extrarradio", agregaron desde la compañía. Los suministros para los residentes de la ciudad no se detuvieron de inmediato puesto que el sistema de agua tiene una capacidad de abastecimiento de dos días. 

La ONU declaró que la obstrucción del suministro de agua a la población libia podía considerarse como un "crimen de guerra". Por su parte, las fuerzas leales a Haftar negaron que fueran responsables de cortar el suministro de agua. 

El sur de Trípoli es escenario de combates diarios desde que el pasado 4 de abril tropas lideradas por el mariscal Hafter, tutor del Ejecutivo establecido en la ciudad oriental de Tobruk, levantara un cerco para expulsar al Gobierno de Al- Serraj, apoyado por la ONU desde el 2016 en la capital.

Miles de afectados

La batalla por el control de Trípoli ha causado más de 510 muertos, más de 3.000 heridos y han obligado a más de 75.000 personas a convertirse en desplazados internos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).  También ha forzado el cierre de las escuelas y decenas de familias están divididas en diferentes lados de la línea del frente.

Los combates han afectado igualmente a los miles de migrantes que están confinados, en precarias condiciones, en los irregulares centros de detención en la capital, a los que se intenta trasladar a lugares más seguros en el norte de la ciudad.

Libia está inmersa en el caos y la guerra civil, hay dos gobiernos enfrentados en la actualidad: uno fruto del plan de paz fallido propuesto por la ONU en el 2015 y que a duras apenas controla la capital y algunas poblaciones del oeste. Y otro, liderado por el mariscal Hafter, que tutela el Parlamento de Tobruk, domina todos los recursos petroleros y controla prácticamente el 70% restante del territorio. 

Del conflicto político y la crisis humanitaria que vive el país se benefician grupos yihadistas -incluyendo al Estado Islámico- y redes mafiosas dedicadas al contrabando de armas, combustible y personas, que se han convertido en el verdadero motor de la economía del país.

TEMAS