INDUSTRIA DEL DEPORTE

La ‘Superemboscada’ y el punto de no retorno

Nadie quiere una competición cerrada, nadie considera que A22 pueda ser un interlocutor válido para la reforma del fútbol europeo, mucho menos si, como dijeron en el encuentro, no actúan en nombre de Real Madrid, FC Barcelona y Juventus

Archivo - Florentino Pérez

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Marc Menchén

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“Estamos contentos de que hayan aceptado nuestra invitación a un diálogo abierto”, celebraba Bernd Reichart, CEO de A22 Sports. “La UEFA está revisando la grabación para ver si están hablando de la misma reunión”, contestaba el regulador al poco tiempo. Eran las primeras declaraciones públicas a lo que ya podemos calificar la Superemboscada del fútbol europeo a los promotores de la Superliga. Y, del tono que se usó en el encuentro y las comunicaciones posteriores, un punto de no retorno en la definición de quiénes decidirán el futuro de la disciplina en el Viejo Continente.

Reichart llegó a la reunión acompañado de Anas Laghrari y John Hanh, propietarios de A22 y dos ejecutivos muy próximos a Florentino Pérez. Llegaban con la idea de verse únicamente con Aleksander Čeferin, presidente de Uefa, y quien sabe si algún otro alto cargo de la organización. Para su sorpresa, lo que se encontraron al otro lado de la mesa fue a una veintena de personas, incluidos directores generales de las principales ligas, de clubes como FC Bayern, PSG o Atlético de Madrid, la patronal ECA, el sindicato FIFpro y las asociaciones de aficionados.

El contraataque cogió a los promotores de la Superliga con una única defensa de tres y todo un equipo a la ofensiva. Mientras unos veían un resquicio para el diálogo, desde el otro lado de la mesa sólo contemplan una versión: nadie quiere una competición cerrada, nadie considera que A22 pueda ser un interlocutor válido para la reforma del fútbol europeo, mucho menos si, como dijeron en el encuentro, no actúan en nombre de Real Madrid, FC Barcelona y Juventus, un punto que aún les daría algo de legitimidad. De lo contrario, su función no dista mucho de las otras agencias de marketing que ya operan en el mercado, como Relevent, IMG, Octagon…

Y cuando hablamos de punto de no retorno es por una simple cuestión. Aunque el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea diga que la UEFA no puede tener el monopolio de la organización de competiciones de clubes, la reunión dejó claro que ligas nacionales -incluida la Premier League- y clubes no van a actuar al margen de la pirámide competitiva y los estamentos que hoy gestionan el negocio del fútbol. Es decir, que la única representación de los clubes en la mesa de negociación serán la ECA, las ligas y ellos mismos. 

Eso va a exigir que en algún momento se abandone de un lado la idea de que A22 puede llegar a tener un papel relevante en el futuro del fútbol europeo. Pero el conjunto del sistema debe asumir que retener a las grandes potencias va a pasar también por escucharlas y tenerlas presentes en cualquier decisión. Porque, si hay algo cierto, es que son ellos y sus inversores los que asumen todos los riesgos.

Semanas de juntas calientes

El mercatto es probablemente uno de los momentos del año en los que más atención mediática recibe el fútbol sin necesidad de que haya un balón de por medio. Tras la alta intensidad de los meses de verano, ahora el turno es para una cuestión menos sexy para el aficionado, pero igualmente importante para saber quienes pueden ser los agitadores de la próxima ventana de invierno. Nos referimos a las juntas de accionistas de todos los clubes, en las que desvelarán si este último año ya pudieron dejar atrás las pérdidas por la pandemia y con qué proyecciones trabajan a medio plazo.

De quienes ya han anunciado sus resultados, uno concluye que 2021-2022 aún mostrará una mayoría de equipos en pérdidas por la lenta reapertura de los estadios y los ajustes que aún se han tenido que asumir en muchos contratos de patrocinio y televisión. Ya en 2022-2023, los menos dependientes de los traspasos antes de la pandemia empiezan a enseñar brotes verdes, mientras que otros claramente estarán atentos al Mundial en busca de una revalorización que permita ejecutar la venta de jugadores y cuadrar las cuentas. Y es bajo ese prisma con el que mucho ejecutivo mirará el torneo.