Educación en Catalunya

La síndica insta a las escuelas a combatir la segregación también desde las aulas

María Segurola: "Sin medidas más contundentes, la segregación escolar no terminará ni en 2026 ni en 2036"

Informe PISA: Los resultados entre alumnado no migrante y migrante se igualan si se resta el 'factor pobreza'

Entrada de una escuela de Barcelona el primer día de clase.

Entrada de una escuela de Barcelona el primer día de clase. / Alejandro Garcia

Helena López

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Aunque la segregación escolar se ha reducido un 20% en Catalunya desde la firma en marzo de 2019 del Pacto contra la segregación escolar por parte del Departament d’Educació y del Síndic de Greuges (junto a la mayoría de municipios medianos y grandes y del arco parlamentario, es decir, con un amplio consenso social y político), y este descenso es una buena noticia, la situación dista mucho de estar casi resuelta, como se aventuró a asegurar la consellera Anna Simó el pasado 11 de diciembre, día en que salió a hacer una primera valoración del descalabro de PISA, cuando afirmó que "en tres o cuatro años, sino antes", la segregación escolar "será historia".

El último informe de seguimiento del Pacto contra la segregación confirma que esta ha disminuido un 20%, pero aún está lejos de ser historia

La Síndica de Greuges, Esther Giménez-Salinas, ha presentado este miércoles en el Parlament el último informe de seguimiento del pacto elaborado por la institución en el que se señala, entre otras cosas, la falta de transparencia en los criterios aplicados por Educació para asignar plaza al alumnado con necesidades educativas específicas. "El alumnado que accede a plazas ordinarias tiene una información más precisa sobre el desarrollo del proceso de admisión" que el que tienen necesidades especiales, especifica el texto, que indica también la necesidad de un plan de choque de 'desegregación' escolar para los centros "altamente guetizados".

Las medidas implementadas no logran reducir la 'guetización' de los centros con una concentración más elevada de alumnado pobre

"Pese a los avances en la reducción de la segregación, las medidas implementadas hasta ahora [identificar y distribuir al alumnado vulnerable entre centros] no logran reducir la 'guetización' de los centros con una concentración más elevada de alumnado con necesidades específicas [alumnado básicamente de familias pobres], y aún más si estos centros se ubican en barrios altamente guetizados", indica el informe. Una vez confirmada esta dificultad, la Sindicatura propone diseñar y desarrollar un plan específico para disminuir la segregación escolar en los cerca de 250 centros de máxima complejidad que hay en Catalunya y que establezca, por ejemplo, la proporción máxima de alumnos con necesidades educativas específicas que se pueden escolarizar en cada centro. 

"No basta con distribuir al alumnado vulnerable, es necesario hacer un seguimiento sobre cómo este es acogido en cada escuela"

El informe de la síndica apunta también la necesidad de desarrollar una segunda fase del actual Pacto que vaya encaminada a adoptar "medidas para combatir la segregación escolar interna desde una perspectiva antirracista". Es decir, combatir la segregación desde dentro de los colegios: poner solución a la situación que se da cuando un centro cuenta con alumnado vulnerable pero este no está plenamente integrado.

En estos primeros años de despliegue del Pacto se ha hecho especial énfasis en la mejora de los procedimientos de detección y admisión del alumnado en el sistema educativo para combatir los desequilibrios en la composición social de los centros escolares. Sin embargo, el informe subraya que la reducción progresiva de los niveles de segregación escolar entre centros, que comporta una heterogeneización creciente de su composición social, "no garantiza que el alumnado con necesidades educativas específicas no sufra los efectos de la segregación y del racismo estructural una vez se escolariza en centros socialmente más heterogéneos".

Así, el documento señala que "el racismo es una de las causas de la segregación escolar en la admisión al sistema educativo, pero que, una vez el alumno ya está en un centro heterogéneo, también produce y reproduce segregaciones que implican desigualdad y vulnerabilización para el alumnado dentro de los centros".

En este sentido, Giménez-Salinas insiste en que las "medidas de escolarización equilibrada" -repartir al alumnado vulnerable- deben acompañarse de un análisis de la acogida y la inclusión de esta diversidad social y cultural en los diferentes centros escolares. "Este análisis es relevante a la hora de garantizar que la reducción de los niveles de segregación escolar tenga efectos realmente positivos para la igualdad de oportunidades educativas", prosigue. Que sirva, en definitiva, para reducir esa desigualdad creciente que los malos resultados del informe PISA han puesto sobre la mesa .

"El actual Pacto no aborda de forma directa ni la segregación escolar externa de carácter racista [familias que descartan escuelas por el perfil de su alumnado], relacionada con el origen sociocultural del alumnado, ni tampoco la segregación escolar interna en los centros escolares una vez el alumnado ya ha accedido", hace autocrítica el texto.

Un documento de 128 páginas en el que se plantea la necesidad de la participación de la Dirección General de Migraciones, Refugio y Antiracismo del Departament d’Igualtat i Feminismes en esta segunda fase del plan. No se trata solo que de que el alumnado con menos recursos no esté concentrado en un puñado de centros, sino que el alumnado, ya mezclado, tenga las mismas oportunidades.