Educación en Catalunya

Un instituto de alta complejidad y una escuela de élite, dos mundos pared con pared en Esplugues

Levantado en 1970, el Joanot Martorell, pionero en la introducción del BUP, genera oportunidades entre sus alumnos, muchos de ellos con situaciones sociales complejas

Adosado al centro concertado Garbí Pere Vergés, uno de los más caros de Catalunya, comparten actividades como un taller de robótica

A1-162027937.jpg

A1-162027937.jpg / Robert Ramos

Helena López

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Dos universos lejanos se tocan en la calle de Sant Mateu de Esplugues, en la frontera con L’Hospitalet y Barcelona. Una calle que hace subida o bajada, depende desde donde se mire, en la que, pared con pared, patio con patio, para ser más precisos, conviven el Joanot Martorell, instituto público de alta complejidad (es decir, con un mayor número de alumnos en situaciones de vulnerabilidad que la media) en un edificio con más de 50 años, con la escuela Garbí Pere Vergés, 'ciutat-escola' con piscina cubierta y pista de atletismo que ocupa la cuarta posición en el 'ránking' de colegios concertados más caros de Catalunya (con una cuota de 460 euros al mes según el Estudio de Cuotas y Precios de Colegios Concertados elaborado por la consultora Garlic B2B).

La realidad de los alumnos del Joanot Martorell -el que fuera el primer instituto público mixto de Barcelona, creado en 1970, todavía en franquismo, pero donde se respiraba libertad, y pionero en la implementación del BUP y el COU- es muy distinta a la de los alumnos del Garbí Pere Vergés. Los primeros vienen sobre todo de Esplugues y de L’Hospitalet, de los barrios cercanos, hijos de familias de clases populares. Muchos de los segundos, en cambio, procedentes de familias con un nivel socioeconómico alto o muy alto, vienen expresamente de Barcelona o de otras localidades buscando la exclusividad del centro. Fuera de estos espacios es difícil que estos jóvenes coincidan por sus alejadas procedencias, no solo geográficas. En el colegio, en cambio, contra todo pronóstico, sí hacen actividades conjuntamente como buenos vecinos que son. Actividades entre iguales, pese a todo.

“Tenemos varios proyectos en los que los alumnos se mezclan, y es algo enriquecedor para todos”, explica Laura Roig, entregada directora del Joanot Martorell, quien insiste en recordar -"por una cuestión de justicia"- que la semilla de esta estrecha colaboración la sembró Jordi Carmona, exdirector del Garbí, quien "llamó a su puerta muchas veces con ganas de trabajar juntos”. Uno de los proyectos que comparten es un ‘tastet’ de oficios. Alumnos del Joanot Martorell con ganas de ser profesores van una tarde a un aula de I-3 del Garbí a hacer de ayudantes y ver cómo se les da en otro entorno. 

Conocimientos cruzados

Organizan también una jornada de robótica, en la que los alumnos del Joanot enseñan a los del Garbí sus proyectos, y también a la inversa. Robótica es una de las muchas extraescolares que ofrece el Joanot Martorell en su obsesión por ser “generadores de oportunidades”. Extraescolares en las que sus alumnos pueden desde aprender robótica hasta prepararse para el First Certificate de forma gratuita (muchos de los alumnos del Joanot no podrían pagarse una academia). Actividades que facilitan el acceso a otros conocimientos, mientras, además, las familias y el centro evitan que los chavales estén por la calle todas las tardes. 

Roig explica la lista de actividades conjuntas con el Garbí con naturalidad y generosidad, y recalcando que son “una colaboración más, que agradecen muchísimo”, como las muchas que hacen con el entorno, siguiendo un mismo objetivo: no cortar las alas a sus alumnos. Ofrecerles todo lo que pueden, incluso más. Otro ejemplo de colaboración con el Garbí es el Día de la Jornada Deportiva del Joanot, arraigada tradición en el centro; día en en el que todos los alumnos y profesores se calzan las bambas y practican todo tipo de deportes y en el que sus vecinos les abren sus flamantes instalaciones deportivas.

Pero el superpolideportivo del Garbí no es el único espacio que colabora con el Joanot. En esa misma línea de trabajo en red, el instituto tiene un acuerdo con la Escola Catalana de l’Esport, literalmente en frente, en la otra acera de la calle de Sant Mateu, para ofrecer un demandado bachillerato combinado con un ciclo formativo de grado medio. “Nació de una conversación informal de almuerzo entre profesionales de los dos centros. Tenemos un perfil de alumnado que necesita empezar a trabajar pronto, y el ciclo deportivo les permitía acceder al mundo laboral sin renunciar al bachillerato. Y, además, hacen las prácticas en las instalaciones de la Escola Catalana de l’Esport, que son espectaculares”, relata Roig. El Joanot Martorell es uno de los pocos -nueve en total- institutos de Catalunya que ofrece esta posibilidad. Otra vez pioneros.

Laura Bonilla, integradora social del Joanot Martorell, es otra de las trabajadoras de este instituto público que se deja la piel para que sus alumnos, todos, "saquen el máximo provecho de ellos mismos". La máxima del centro es que hay que estar muy pendientes de los que tienen dificultades -para que nadie se queda atrás-, pero también de los más académicos, para que lleguen todo lo lejos y alto que puedan.

Con esa lógica diseñan también las extraescolares, cuya programación diseñaron tras la trabajada radiografía de los gustos y necesidades que Bonilla realizó alumno por alumno. Una de las que tienen más éxito, gratuita, como las del First y el Delf (el título oficial de francés), es la de teatro en inglés. Éxito dentro, por la excelente acogida de los alumnos, y fuera. Cada año participan y se plantan en la final del concurso de teatro en inglés que promueve el Trinity College London, compitiendo, otra vez de igual a igual, con centros concertados y privados.

APS en el aula de acogida

Y esas mismas ganas de mezclarse y de aprender de todo, entre todos, se nota también en los distintos proyectos de aprendizaje- servicio, como el de conversación en catalán y castellano en el aula de acogida del instituto. "Entre iguales es más fácil la comunicación", destaca, orgullosa, de sus chavales Bonilla.

La lista de proyectos que llevan a cabo es interminable: Roig y Bonilla hablan de todos con las mismas ganas y pasión. Igual cuentan su programa de diversificación curricular, Proyecto Èxit, para los chicos con más dificultades como su participación en el Proyecto Beques Joves Talents de la CONFAVC; destinado a fomentar el acceso a carreras universitarias "centradas en los ámbitos de transformación digital, sostenible, social e innovadora" en chicos y chicas con un expediente académico brillante en secundaria pero con dificultades en su contexto económico o familiar.

Suscríbete para seguir leyendo