Crisis hídrica

Catalunya apurará el botón de la emergencia por sequía tanto como pueda

El Govern ya ha recibido casi 900 peticiones de ayuda para reparar escapes de agua

Los embalses de la cuenca del Ebro llegan al 62% de su capacidad total

El pantano de Vallvidrera, sin agua.

El pantano de Vallvidrera, sin agua. / RICARD CUGAT

Guillem Costa

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Uno de los principales asuntos que centran la acción del Govern en el regreso al trabajo tras las fiestas es la sequía. Durante las próximas semanas, si no hay cambios inesperados, el Ejecutivo catalán deberá pulsar el botón de la emergencia, es decir, la luz roja del semáforo, para la mayor parte de la población (Barcelona y su área, Girona y todas las comarcas abastecidas por las reservas de los ríos Ter y Llobregat).

Acció Climàtica está muy pendiente de las posibles lluvias, aunque solo sea para retrasar una semana la decisión

La situación preocupa al Govern y en especial a la Conselleria d'Acció Climàtica, puesto que la declaración de este nuevo escenario (ahora mismo solo vigente en 37 localidades, la mayoría en el Alt Empordà) acarreará consecuencias para la ciudadanía y, sobre todo, para la economía. Por esta razón, según detallan a EL PERIÓDICO fuentes del departament liderado por David Mascort, los dirigentes pretenden apurar tanto como puedan la declaración del estado de emergencia.

La conselleria valora no declarar la emergencia cuando los embalses lleguen al 16,9% y apuesta por esperar hasta el 16,5%

La drástica decisión se tomará cuando los embalses del Ter y el Llobregat bajen hasta el 16% de su capacidad. En estos momentos, se encuentran al 17,2% (una situación algo mejor que la del conjunto de los embalses de las cuencas internas), por lo que la semana que viene todavía sera pronto para abordar la emergencia, la nueva fase en la que se lleva trabajando desde hace varios meses. Desde la conselleria, precisan que cuando estos pantanos lleguen al 16,9%, aún no tiene porque darse el paso. Se puede esperar hasta que estén aproximadamente al 16,5%.

Para los próximos días están previstas algunas lluvias que no servirán para solucionar la sequía ni conseguirán llenar los embalses, a no ser que haya un gran temporal duradero en el tiempo y con precipitaciones abundantes. Sin embargo, en el seno del Govern, no descartan retrasar la emergencia, aunque sea una sola semana, si los pantanos recuperan algo de agua y acumulan algo más de los actuales 106 hm3.

En resumen, se trabaja con la mirada puesta a mediados de enero, pero por poco que sea viable, se retrasará la declaración de emergencia si los embalses resisten y no bajan hasta el 16%. ¿Y por qué se pretende apurar tanto la declaración de emergencia? Principalmente, por las consecuencias económicas que puede conllevar.

El Govern ya ha anunciado que se prohibirá ampliar o abrir nuevas actividades comerciales con un gran consumo de agua durante esta fase, al menos hasta que las cosas mejoren y volvamos, como mínimo, al estado actual: la excepcionalidad. Además, el límite de consumo medio por persona y día que deben regular los ayuntamientos se restringirá a 200 litros por persona y día. Por lo tanto, para cumplir con este tope, es posible que se ejecuten reducciones de presión del agua en las casas.

Diferencias entre cuencas

Catalunya acaba de dejar atrás uno de los años más secos vividos. Pero la realidad es que en las cuencas internas es donde la sequía ha seguido acechando en pleno invierno. Los últimos meses han sido secos y no han caído lluvias que alivien a los embalses, por lo que el riesgo de incendio ha subido pese a estar en enero. Y las restricciones más duras se han retrasado porque se ha usado agua regenerada y desalinizada.

En cambio, en las cuencas del Ebro las cosas son distintas. En la mitad oeste de Catalunya, la sequía fue dura durante el verano y puso en jaque la campaña de riego de los agricultores. Pero ahora ha llovido con fuerza en las montañas y los embalses se han llenado.

El pantano de Mequinenza ya supera el 80% de su volumen máximo y se está estudiando abrir compuertas. Por este motivo, los ingenieros y economistas propusieron trasladar agua de este ámbito a las comarcas de Barcelona. Una sugerencia que el Govern ya ha descartado.

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