Crisis hídrica en Catalunya

La sequía dispara el riesgo de incendio en invierno: dos fuegos en tres días en el Bages

El Govern advierte de que la situación por sequía es cada día "más crítica"

MULTIMEDIA | La gran sequía de Catalunya: el año del desastre

La huella del fuego en Sant Salvador de Guardiola (Bages).

La huella del fuego en Sant Salvador de Guardiola (Bages). / Bombers

Laura Serrat

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Dos incendios forestales en tres días en la comarca del Bages, en Monistrol de Montserrat y Sant Salvador de Guardiola, han puesto de manifiesto un incremento del riesgo de incendio en plena temporada de invierno. El subinspector de la Unidad Técnica del GRAF, Asier Larrañaga, explica a 'Regió 7', medio del grupo Prensa Ibérica, que estamos ante un "escenario sin precedentes debido a una situación de sequía continuada que ha dejado a los bosques muy vulnerables y propensos a quemar fácilmente incluso en condiciones invernales ".

Los Bomberos alertan de que la sequía aumenta la vulnerabilidad de los bosques, que arden más fácilmente incluso en condiciones invernales

Larrañaga alude a los dos incendios ocurridos en la comarca del Bages en apenas unos días. El de Monistrol de Montserrat tuvo lugar el domingo y llegó a afectar a una superficie de 0,194 hectáreas en una zona de montaña y sotobosque, mientras que el de San Salvador de Guardiola quemó el martes una superficie de 1,5 hectáreas de vegetación. En este último caso, el subinspector señala que el fuego ardía con intensidad y era capaz de mantenerse en las copas de los árboles a pesar de que las condiciones no eran del todo favorables a su propagación al ser de noche y en un ambiente con bastante humedad . Este hecho les pone en alerta "porque si ahora el bosque ya arde con intensidad, el escenario aún puede empeorar más cuando el día empiece a alargar y las temperaturas suban".

El subinspector expone que el motivo principal del incremento del peligro de incendio es "la sequía extrema" que sufren los bosques. "Hemos vivido otros inviernos secos, pero la diferencia es que ahora venimos de largos períodos de escasas precipitaciones y eso nos sitúa en un escenario completamente desconocido hasta ahora". El bombero detalla que los colores más apagados de los árboles "nos hablan del estrés hídrico que sufren" y lamenta que, en algunos casos, esto se traduce en una mortalidad muy elevada que afecta tanto a las arboledas como a los matorrales. "Esta situación provoca que los bosques sean más vulnerables y el riesgo de incendio aumente aunque nos encontremos en pleno invierno", asegura.

Más refuerzos

Por todo ello, explica que en este primer tramo de invierno están realizando más servicios relacionados con la extinción de incendios forestales que otros años. "Habrá que analizar las cifras una vez haya pasado la temporada de invierno para poder compararlo, pero la sensación es que hay menos tiempo para dedicarnos a realizar tareas relacionadas con la prevención porque hay más salidas", comenta. En este sentido, considera que, si la situación no mejora en los próximos meses con un cambio meteorológico que ayude a paliar la sequía, "habrá que destinar más efectivos y recursos al cuerpo de Bomberos, ya que ahora nos encontramos sin los refuerzos que nos llegan para hacer frente a la campaña de riesgo de incendios del verano”.

Sin embargo, Larrañaga destaca que "lo más importante es que se invierta en estrategias que pueden ayudar a tener un bosque más limpio y con menos carga combustible". Para el bombero, las vías para conseguirlo son la gestión forestal y el impulso del sector primario. "Por mucho más personal y medios técnicos que aporten al cuerpo de Bomberos, sólo podremos defender el bosque si hay una buena gestión detrás y eso significa creer en el aprovechamiento de los recursos del bosque y la ganadería".