Medio Ambiente

Catalunya sigue esperando el gran incendio forestal y prepara planes de extinción

Las urbanizaciones siguen siendo el talón de Aquiles de la extinción de incendios

Plan pionero en Europa: el Vall d'Aran deja avanzar el fuego bajo control para prevenir incendios

Segundo día del incendio forestal de Portbou.

Segundo día del incendio forestal de Portbou.

Guillem Costa

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Tenerife, Grecia, Hawái o Canadá han sufrido graves incendios que han obligado a confinar y evacuar a miles de persones. Las llamas se han expandido por miles de hectáreas (15.000 en el caso de la isla canaria) y han afectado a varios municipios. En primavera, los bomberos y varios expertos advertían de que algo parecido podía suceder en Catalunya. Pero el periodo con más riesgo (junio, julio y agosto) ha terminado y ningún gran incendio ha asolado Catalunya. El mayor, el de Portbou, quemó 573 hectáreas. Este año, los fuegos, pocos y de poca extensión, se han concentrado en los primeros cuatro meses del año.

Los expertos abogan por diseñar planes de extinción para sacar provecho del fuego

El 2022, los fuegos afectaron a unas 6.000 hectáreas. Este año aún no se ha realizado el balance oficial de los agentes rurales, pero los datos quedarán lejos de esta cifra, a no ser que en los próximos días se declare un incendio de grandes dimensiones. De hecho en los últimos 10 años, no se ha superado la superficie quemada de 2022. Para encontrar un año de gran afectación debemos remontarnos a 2012, cuando los incendios del Alt Empordà, que causaron cuatro muertes, abrasaron más de 13.000 hectáreas.

"Normalmente, el fuego no es ningún problema para el medio ambiente, solo para las personas"

— Lluís Brotons, biólogo

Los bomberos consideran que a partir de 500 hectáreas se puede hablar de un gran incendio (el de este mes de agosto en Portbou afectó a 573 hectáreas.). Sin embargo, los expertos consultados por EL PERIÓDICO recuerdan que, en los incendios forestales, el problema principal es la emergencia y la protección de las personas. ¿El fuego no supone, entonces, ningún problema para la biodiversidad y el terreno? En la mayoría de casos, no. Protección Civil destaca la importancia de salvaguardar las urbanizaciones y las viviendas con masa forestal cerca. Estos son cuatro mitos que se suelen repetir sobre las consecuencias de los fuegos y sobre su prevención.

Ecosistema impertérrito

"Si un <strong>incendio de 6ª generación</strong> arrasa el 80% de un ecosistema concreto puede ser un problema para ciertas especies, pero en general, el fuego no es ningún problema para el medio ambiente. Solo para las personas". Es lo que explica Lluís Brotons, biólogo, científico titular del CSIC e investigador del CREAF. "Que se quemen cientos de hectáreas, no hablo de más de 30.000 o 50.000, no supone ningún obstáculo grave para la biodiversidad", asegura. Es más, en algunos casos, el fuego puede favorecer la presencia de ciertas especies, según un estudio en el que participaron la Universidad de Girona, el Observatori del Patrimoni Natural i la Biodiversitat, el parque natural del Cap de Creus y el Institut Català d'Ornitologia (ICO). En el Cap de Creus, cuenta el director del parque, Ponç Feliu, tras los incendios del siglo XX (está por ver si ocurre lo mismo con los de 2021), se recuperaron varias especies de ave, que estaban en declive y que necesitan espacios abiertos, en lugar de bosques cerrados. Años atrás, la agricultura y la ganadería tradicionales mantenían un cierto equilibro entre este tipo de paisajes despejados y los bosques. Sin embargo, la intensificación de la agricultura y el crecimiento del bosque complicó la vida a pájaros como el escribano hortelano o cogujada montesina. Un gran fuego, consideran entidades como el CREAF o el Observatori, no tiene por qué ser una gran crisis ecológica, sino que puede ser parte del ecosistema.

Una zona del cap de Creus afectada por el incendio de 2021.

Una zona del cap de Creus afectada por el incendio de 2021. / Ponç Feliu

Los incendis, las sequías y las plagas ofrecen oportunidades a la biodiversidad de los bosques

El miedo al fuego

Todavía existe la sensación de miedo al fuego, aunque cada vez se habla más del fuego como herramienta para prevenir o luchar contra los incendios. Los bomberos trabajan en quemas prescritas cada invierno, pero en algunos puntos de Catalunya ya se plantea la idea de que estas quemas prescritas se hagan de <strong>forma natural</strong>. En el Vall d'Aran tienen un plan en marcha para que cuando se declare un fuego, esté decidido dónde actuar y dónde acompañar a las llamas para que realicen su función natural. En la alta Garrotxa, se plantea elaborar algo parecido. Brotons propone diseñar planes de este tipo como mínimo en los parques naturales. "El fuego, cuando no es provocado, igual que las sequías o las plagas forma parte de la naturaleza y ofrece oportunidades a la biodiversidad. En estos espacios, donde la amenaza para la población es mínima, se podrían establecer planes para que cuando haya un incendio se decida dónde dejarlo avanzar y dónde no. Es más barato tener un plan que hacer volar a ocho helicópteros para apagar el fuego". En los últimos días, el grupo de prevención de incendios de los bomberos sobrevolaba los bosques para apagar cualquier fuego causado por un relámpago. "¿Tiene sentido esto, dentro de un parque natural?", se pregunta Brotons. La clave de todo, afirma, sería tenerlo bien planeado previamente, al menos en los espacios protegidos, que suponen 30% de la superficie de Catalunya.

Gestión integral

La gestión forestal va más allá de talar árboles o hacer quemas prescritas. "Cuando un bosque se abandona, ocurren cosas positivas y gratis. En ciertos casos, puede ser buena idea favorecer ciertas dinámicas naturales, para que ganen madurez, o dejar que los bosques se quemen, de vez en cuando, para mantener sus espacios abiertos. La cuestión es que lo que el hombre modificó para crear cultivos, cuando se abandona, intenta recuperar su devenir natural. El problema es que el ecosistema no tiene todas las herramientas para generar un hábitat complejo: "Faltan especies clave para que el bosque se desarrolle".

Procesos naturales

Algunos de los procesos naturales que ocurren en los bosques cuando los humanos no intervienen son interesantes para la biodiversidad y no aumentan el riesgo de incendios. Esto es lo que afirma un estudio encargado por la Comisión Europea, sobre la función de la madera muerta. ¿Para qué sirven exactamente estos troncos caídos y a veces hasta medio podridos? "Son alimentosombrahumedadrefugioescondrijo", explica Josep Maria Espelta, investigador que ha participado en el trabajo. Pone varios ejemplos: "Estos grandes árboles son ideales para que crezcan musgohongos o líquenes. Estos seres vivos sirven de alimento a otros. Por lo tanto, sin madera muerta, el ecosistema no es lo suficientemente complejo". La función de los herbívoros salvajes, como los ciervos y los corzos, también es clave para mantener a raya los espacios abiertos y evitar que los bosques crezcan más de la cuenta. Esto se ha promovido por ejemplo en el parque natural del Cadí-Moixeró.

¿Quién planifica?

Científicos como Espelta y Brotons, plantean un escenario donde la prevención de incendios vaya a cargo de bomberos, agentes rurales, ecólogos y biólogos, y no quede solo en manos de ingenieros forestales y bomberos. "Los paisajes se deben planificar conjuntamente, entre el sector medioambientalista y el de la seguridad para las personas".

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