Educación en Catalunya

La 'operación rescate' de las bibliotecas escolares en Catalunya empezará este septiembre con un plan piloto en 50 centros

Catalunya se desploma en comprensión lectora y se sitúa a la cola de España

Más del 40% de los colegios catalanes no tienen biblioteca escolar 

De 'escape rooms' a talleres sobre 'fake news': las mil vidas de la biblioteca escolar

Inspección seleccionará a colegios e institutos que tengan este equipamiento infrautilizado o directamente cerrado

Biblioteca escolar del instituto público Menéndez y Pelayo de Barcelona.

Biblioteca escolar del instituto público Menéndez y Pelayo de Barcelona. / Georgina Roig

Helena López

Helena López

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La desoladora fotografía que dibujan los datos del último PIRLS, el estudio internacional para el Progreso de la Comprensión Lectora, que sitúa a Catalunya en una alarmante posición a la cola de España (y de la OCDE), es recibida en colegios y institutos con otra preocupante situación: la dejadez, y en muchos casos ausencia, de una biblioteca escolar. De hecho, según las últimas cifras del Ministerio, más del 40% de centros catalanes no disponen de biblioteca escolar, pese a estar obligados por ley.

Para intentar romper esa dinámica y restar fuerza a lo que se antoja una tormenta perfecta, el Departament d'Educació ultima los detalles de un Plan de Mejora de las Bibliotecas Escolares en el marco del Plan Nacional del Libro y la Lectura que echará a andar el próximo mes de septiembre -este curso 23-24- con un plan piloto de dos años que se desarrollará en 50 centros educativos de primaria y secundaria de 5 de los 10 Servicios Territoriales existentes. Un plan que, para empezar, contará con un equipo específico de seis bibliotecarios: un coordinador y cinco profesionales que se repartirán el territorio, con una ratio de 10 escuelas por bibliotecario.

La iniciativa [largamente reivindicada por el sector desde hacía años] incluye también "formación para el profesorado, reconocimiento de la figura del coordinador de biblioteca [una de las grandes demandas] y la ampliación del fondo de la Ebiblio".

 "Donde hay un programa de biblioteca escolar robusto y con recursos se producen mejores resultados académicos"

Según fuentes del Departament, que no concretan la inversión total del plan, pero aseguran que ya está recogida en los presupuestos del 2023, esta incluye 2.000 euros anuales para renovación del fondo de la biblioteca de los centros participantes (es decir, 4.000 euros por centro).

¿Cómo se elegirán los centros?

La selección de las 50 escuelas e institutos que participarán en el plan se hará vía inspección. Elegirán centros que ya tengan una biblioteca: tanto un espacio físico (muchos centros han renunciado a él por falta de aulas) como un fondo; y se trabajará con ellos para darle vida e introducirla en la dinámica del centro, la clave del éxito. "Donde hay un programa de biblioteca escolar (BE) robusto y con recursos se producen mejores resultados académicos", aseguran fuentes de la 'conselleria', quienes remarcan también que el nivel académico del alumnado mejora en centros con un bibliotecario involucrado; y que la cooperación entre biblioteca y profesor contribuye al mayor rendimiento del alumnado. Y van más allá: "la BE es una herramienta imprescindible en un momento en el que la escuela se encuentra inmersa en un proceso de transformación", destacan.

"Segunda corona"

Otro elemento importante en la elección de los 50 centros del plan es que el centro tenga ganas -y fuerzas- para sumarse. Una vez elegidos los 50 centros del plan, desde el Departament indican que abrirán una segunda corona, para la que sí habrá convocatoria pública. Estos centros no recibirán un asesoramiento "tan directo y personalizado" como los 50 del plan, pero sí podrán acceder a algunos de los recursos que se están elaborando para ellos. "Más allá del fomento de la lectura, la biblioteca es un espacio de creación y de aprendizaje, muy ligado a los nuevos currículums", defienden desde la 'conselleria'.

En paralelo al 'plan de rescate' -una de las siete medidas para intentar reaccionar a los pésimos resultados en comprensión lectora, sobre todo en entornos más vulnerables- otra de las actuaciones es la elaboración de una guía con un modelo claro sobre cómo deben ser las bibliotecas escolares, que va en la línea de lo expuesto (ser un agente clave en la aplicación de los nuevos currículums competenciales) y será el camino que iniciarán los 50 centros del plan.

Preguntas sobre la mesa

La música suena bien entre los investigadores en temas educativos y entre bibliotecarios, aunque hay dudas importantes (y lógicas) sobre la mesa. La primera es el temor a que se esté abusando de planes piloto, medidas que, en la práctica, llegan a un sector muy pequeño de la población. "Se trata de una medida cara y hay que probar si funciona a pequeña escala para poder después escalarla a todos los centros", responden desde la 'conselleria', que se resisten a cifrar la inversión ("lo haremos en julio, cuando se presente el conjunto del Plan Nacional del Libro y la Lectura, defienden).

La segunda, muy relacionada con la primera, es que sin una inversión clara, potente y universal detrás, el documento con un modelo claro sobre cómo deben ser las bibliotecas y sus funciones puede quedar en una bienintencionada declaración de intenciones.