Peligro de extinción

La receta de Catalunya para salvar el urogallo pasa por cerrar pistas y caminos

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La protección de este animal montañoso incluye intervenciones en los bosques y reducción de ciervos, corzos y gamos

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gall fer.png 1069589618 (1) / Generalitat de Catalunya

Guillem Costa

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La presencia del urogallo confirma el buen estado del bosque. Este animal arisco actúa como especie paraguas. Si desaparece, perjudicará a otras plantas y animales. Su hábitat sufre: cada vez hay menos bosques fríos y maduros, normalmente de pino negro, con arándanos, enebro o rododendro en el sotobosque.

El número de ejemplares se ha reducido un 33% y apenas quedan 300 machos

En estos escenarios húmedos y silenciosos, resisten las últimas poblaciones de urogallo de los Pirineos, unas aves prehistóricas que casi no han cambiado desde la edad de hielo. Su plumaje espeso, oscuro en los machos y pardo en las hembras, cada vez es más difícil de avistar.

En diez años, el número de ejemplares se ha reducido un 33%. Apenas quedan unos 300 machos. En comarcas como el Solsonès, la Cerdanya o el Pallars Jussà, la especie agoniza. La Cordillera Cantábrica también pierde ejemplares.

Buscando fantasmas

Los recuentos oficiales empezaron hace exactamente 40 años. "Éramos cuatro gatos y decidimos buscar urogallos como quien sale a cazar fantasmas, para saber qué población había", recuerda Diego García. Se ha medio jubilado como responsable del seguimiento de este animal para la Generalitat. Le sucede en el cargo Olga Jordi, bióloga que lleva años analizando la conducta de estos pájaros emblemáticos.

Dos urogallos (macho y hembra) en los Pirineos catalanes.

Dos urogallos (macho y hembra) en los Pirineos catalanes. / Generalitat de Catalunya

"Todo ha cambiado mucho desde 1983. Aprendimos cómo censarlos y hemos ido radiografiando el declive", detalla García. En los últimos años, para obtener datos, se censan solamente algunas zonas y, con una fórmula matemática, se deduce la situación general de la especie. "Si seguimos estudiando la población, tendremos un testimonio excelente de su extinción", advierte Jordi. "No nos podemos quedar en el análisis, ha llegado la hora de actuar", añade.

Jordi y García atienden a EL PERIÓDICO horas antes de iniciar uno de estos recuentos. "Iremos a una zona a la que no se puede acceder en coche: una barrera impide el paso", detalla Jordi. No es la solución exclusiva pero es una acción útil que evita problemas causados por la presencia humana en el monte. El urogallo se estresa fácilmente. En invierno, cuando se alimenta únicamente de hojas de pino, poco nutritivas y difíciles de digerir, cualquier molestia le puede provocar un estrés elevado y, en ciertos casos, la muerte, ya que fácilmente sufre infartos de miocardio.

Este es uno de los motivos que dificulta su cría en granjas para reintroducirlos. "De momento, sale más a cuenta invertir en su conservación en libertad", dice García.

Espíritu caribeño

Jordi, García y su equipo disponen de un mapa con todos los cantaderos de Catalunya. Son las zonas en las que los machos acuden para llamar la atención de las gallinas y reproducirse, durante la primavera. Este mapa les permite instalar vallas o carteles informativos que prohíben el paso: "Así, los agentes rurales lo tienen más fácil para intervenir si alguien se salta la norma".

Pero no solo los esquiadores o los excursionistas que buscan colmenillas son un peligro. Los ornitólogos aficionados, que se proponen disfrutar observando urogallos, también son un estorbo. "No todo lo podemos ver en esta vida", dice Jordi.

Lo ilustra con una historia caribeña: "En las Antillas, hay un pájaro llamado solitario gorgirrufo. Habita zonas boscosas y es esquivo, pero a veces se oye su curioso canto. Le llaman el espíritu del bosque. Como está en peligro, la gente no lo va a buscar. Saben que está ahí y esto ya les da tranquilidad. Nada más".

"Un día escucharás su vuelo escandaloso o encontrarás sus excrementos. Sabes que está pero no tienes que ir a verlo"

El urogallo, considera Jordi, se tendría que convertir en el espíritu de nuestros bosques: "Puede que un día escuches su vuelo escandaloso con ruido de helicóptero. A lo mejor encuentras sus excrementos. Pero no tienes que ir a verlo a no ser que sea por razones científicas".

Talas y ciervos

Los bosques maduros escasean. Por eso se han puesto en marcha tareas de "gestión forestal sostenible". ¿Esto significa intervenir y modificar la casa del urogallo? Sí, pero de forma que se favorezca su preservación y no en épocas críticas.

Se pueden eliminar árboles cuando hay demasiada densidad. También es clave mantener los arbustos y dejar madera muerta sobre la tierra: "Además, impedimos algunas extracciones de madera en territorio de urogallo". Esto significa que la vida del urogallo se puede compatibilizar con el sector de la madera: "Solo hay que encontrar el equilibro. Se tienen que hacer talas en momentos del año acertados y pensando en conservar el hábitat. Así se puede mantener esa economía sin que nos carguemos al animal".

Otra dificultad es la presencia excesiva de ungulados (ciervos, gamos, rebecos o corzos), unos mamíferos sin predador natural como el lobo. Estos animales pisan y se comen el sotobosque, fuente de proteína del urogallo. Cuando los ciervos mueren (de forma natural), llaman la atención de martas, garduñas o zorros, carnívoros pequeños que se pueden alimentar de carroña.

"Estos tres animales liquidan fácilmente al urogallo", lamenta García. El reto es reducir las superpoblaciones y proteger al urogallo. "¿Quién te dice que su extinción no tendrá repercusiones en nuestra salud? Cuando cambia un ecosistema, no sabemos cómo nos afectará", reflexiona Jordi.

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