Vall d'Hebron forma a médicos de cabecera para afinar aún más la detección de violencias en la infancia

El Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, de la mano del Institut Català de la Salut (ICS), llevará a cabo a lo largo de la mañana de este martes el primer curso de atención a las violencias a la infancia y la adolescencia. El objetivo es formar a los profesionales de la atención primaria y de la salud mental y juvenil para detectar posibles casos.

Vall d'Hebron, el hospital más grande de Catalunya, cuenta con la Unidad de Atención a las Violencias entorno a la Infancia y la Adolescencias (el Equipo Emma), pionera en la sanidad pública y en cuyo frente se encuentra la pediatra Anna Fàbregas. A esta jornada, que se celebra en el Espai Francesca Bonnemaison de Barcelona, acudirán más de un centenar de sanitarios, según el ICS. Está cerrada a periodistas y otros colectivos profesionales.

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El 58% de los casos que llegan al Equipo Emma de Vall d'Hebron lo hacen derivados de profesionales sanitarios. De este 58%, la gran mayoría (un 40%) han sido detectados en la atención primaria. El objetivo de este curso es identificar aún mejor los casos de violencia física y sexual a niños y adolescentes, por lo que serán los profesionales de Emma los que impartirán esta formación, en la que también intervendrán la secretaria de Salut Pública, Carmen Cabezas, y la directora general de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), Ester Cabanes.

Casos sin detectar

"La detección es fundamental. Los equipos especializados vemos la punta del iceberg, pero hay muchos más casos que no se han detectado", asegura Anna Fàbregas, que demás es la coordinadora del equipo Emma. "Por este motivo es importante la formación y sensibilización de todos los profesionales que trabajan con niños y adolescentes. La atención primaria juega un papel clave en esta capacidad de detección", añade.

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En esta formación se abordarán temas claves, como las consecuencias en la salud infantil y juvenil de sufrir algún tipo de violencia, las secuelas en la salud mental, los factores de riesgo y protección y el Protocolo de actuación en casos de violencia entorno a la infancia y la adolescencia. Además, se darán herramientas a los profesionales, a partir de casos clínicos, para que tengan claro cómo actuar.

"En la atención primaria tenemos una relación muy directa con los pacientes y sus familias, y eso es una oportunidad para conocer su entorno y establecer una relación que permite que tanto el paciente como las familias confíen en nosotros", dice por su parte Anna Castelló, pediatra del CAP Pare Claret de Barcelona y asistente a la formación. Las señales de alerta para identificar posibles niños que son víctimas de violencia sexual, prosigue, varían en función de la edad. En los más pequeños, algunas alertas serían cambios de conducta (pesadillas, miedos, rechazo a los alimentos que antes no existían) o retraso evolutivo. En los mayores o ya adolescentes, los cambios bruscos de conducta, el bajo rendimiento académico, el aislamiento, la agresividad o el abuso de tóxicos podrían ser otras señales.

El perfil de los pacientes

El 87% de las víctimas que atendió al Equipo EMMA durante el 2022 fueron niñas o adolescentes y el perfil más habitual de paciente es el de una niña de 13 años. Entre noviembre de 2021 y noviembre de 2022, el Equipo atendió a 341 pacientes (307 en el mismo período de año anterior). La mayor parte (79%) eran víctimas de violencia sexual. En cerca de la mitad de los casos, esta violencia se produce dentro del ámbito de la familia y en hasta un 83% de los casos el agresor es un conocido del niño, niña o adolescente. El 96% de los agresores son hombres y se ha detectado un aumento de las violencias entre iguales, especialmente a través de las tecnologías.