Polémica en Malmö

Israel supera todas las polémicas hasta llegar al escenario de Eurovisión

Israel lleva la batalla por lavar su imagen hasta Eurovisión

La representante israelí en el Festival de Eurovisión, Eden Golan, durante un ensayo, este miércoles en Malmo.

La representante israelí en el Festival de Eurovisión, Eden Golan, durante un ensayo, este miércoles en Malmo. / LEONHARD FOEGER / REUTERS

Andrea López-Tomàs

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El ruido puede llegar a ser ensordecedor. Ni las lentejuelas, ni los grandes altavoces, ni el despliegue de seguridad pueden acallarlo. Tampoco es fácil apartar la mirada. La ciudad sueca de Malmö rara vez es el centro de atención, pero esta semana concentra todos los focos por partida doble. Más allá de que la tercera urbe de Suecia acoge el popularísimo festival de Eurovisión que culmina este sábado con una final musical, sus calles también son escenarios de importantes protestas y eventos alternativos. Israel, en medio de su feroz guerra contra Gaza que ya ha matado a casi 35.000 palestinos en apenas siete meses, ha logrado superar todas las polémicas hasta llevar este jueves a su representante Eden Golan a cantar frente al mundo entero su 'Hurricane' (huracán).

Parecía que no iban a llegar. Igual que ocurrió con Rusia en 2022 tras su invasión de Ucrania, la mayoría pensaba que a Israel también le prohibirían su participación en el festival de Eurovisión. Pero no fue así. "Es un doble rasero burdo, igual que el que siempre se aplica a Israel", denuncia Luis Salazar Rabasa, miembro del grupo de trabajo contra su participación en Eurovisión de la Plataforma Solidaria con Palestina de Valladolid. La Unión Europea de Radiodifusión (UER), a cargo de la organización del festival, se defendió alegando que se trata de un "concurso apolítico". "Es un concurso para emisoras, no para gobiernos", dijo repetidamente en diversos comunicados. Entonces, las autoridades israelíes decidieron empezar a jugar con los límites y presentaron una canción llamada 'October Rain', lluvia de octubre con referencias abiertas a lo ocurrido el 7 de octubre, la matanza de 1.139 israelíes por parte de miles de milicianos de Hamás en el sur del país.

"Todos eran buenos niños, cada uno de ellos; no queda aire para respirar", se filtró que cantaría la ruso-israelí Eden Golan en el escenario de Malmö. Israel amenazó con retirarse del concurso si le prohibían su canción. Unos días después, a principios de marzo, la UER descalificó inicialmente 'October Rain' tras determinar que contenía referencias políticas, pero cambió de rumbo poco después al permitir que Israel participara después de que este accediera a cambiar la letra de su canción, a la que rebautizó 'Hurricane'. "Ellos siguen considerando que el huracán es lo que están pasando ahora mismo, la letra les identifica en lo que está ocurriendo aunque no lo dice expresamente", afirma Salazar a este diario. "La vida no es ningún juego pero es nuestra", canta Golan. 

Amplia oposición

Desde que se anunció la candidatura israelí, miles de voces se han erigido en oposición a ella. A medida que se acercaba la fecha clave, la celebración de Eurovisión del 7 al 11 de mayo, las voces se han ido haciendo más fuertes, hasta llegar a las puertas del estadio de Malmö. Más del 10% de los voluntarios que participan en el festival se han retirado. Alrededor del 25% de los artistas de otros años han renunciado a participar en esta edición. La policía sueca prevé unas 40.000 personas en las manifestaciones de este jueves y el sábado en una ciudad con 300.000 habitantes. Una decena de participantes firmaron una carta juntos manifestando la incomodidad por estar cantando junto a Israel. "La comunidad palestina les está diciendo que es un gesto muy pequeño, que deberían renunciar, pero dicen que tienen mucha presión", explica Salazar. 

"No descartamos que haya algún artista que decida descalificarse haciendo alguna manifestación por Palestina", añade el representante de la Plataforma Solidaria. De momento, el representante de Suecia en 2011, Eric Saade, cuyo padre es palestino, saltó en la actuación inaugural al escenario con una kefia blanca y negra atada al brazo, un pañuelo habitualmente usado en apoyo de la causa palestina. A modo de reprimenda, la organización no ha compartido su actuación junto a la española Chanel y la grecoalbanesa Eli Foureira en redes sociales. A su vez, la representante irlandesa, Bambi Thug, ha denunciado que la UER le ha exigido que eliminara las palabras 'Libertad para Palestina' y 'Alto el fuego' que incluía en la antigua lengua celta Ogham en el maquillaje facial que iba a usar en la primera semifinal. 

Shin Bet en Malmö

Más allá de estos gestos, lejos de los focos, centenares de artistas de los países participantes han expresado a lo largo de estos meses su oposición a la participación de Israel a través de recogidas de firmas, acciones no violentas, publicaciones en redes sociales o participaciones en festivales alternativos como el online 'Falastinvision' que también elegirá a su ganador este sábado. Desde distintos rincones de Europa, la comunidad palestina y las plataformas solidarias con la causa han exigido a la población que ejerza el boicot. El año pasado 162 millones de espectadores en todo el mundo siguieron la final. "Hay otros eventos libres de 'apartheid' o, en este caso, libres de genocido que la gente puede seguir", defiende Salazar. "Es importante hacer boicot para que los gobiernos vean lo que expresa la población, que dar apoyo a Israel es inaceptable", añade. 

Los israelíes son conscientes de toda esta animadversión a su presencia en Malmö. Por eso, el Consejo de Seguridad Nacional ha emitido una alerta en la que recomienda a su población que "reconsideren la necesidad del viaje" al considerarlo "un foco de protestas antiisraelíes". También han situado el grado de amenaza recomendado al nivel 3, moderado. Los medios israelíes han informado que la semana pasada una delegación encabezada por el jefe del Shin Bet, el servicio de seguridad interior, Ronen Bar, viajó hasta la ciudad sueca para supervisar la situación ante las posibles amenazas. Las autoridades suecas han anunciado un despliegue amplio de agentes en toda la ciudad, con refuerzos procedentes de otras partes del país y de naciones vecinas como Dinamarca y Noruega. Además, en las inmediaciones del recinto, hace horas que se han instalado francotiradores para asegurar la participación de Israel. De fondo, desde varios kilómetros de distancia del estadio, se oyen las voces de miles de personas exigiendo su expulsión.