Guerra de Ucrania

Ucrania celebra la llegada de la ayuda de EEUU, Rusia protesta

La Cámara de Representantes aprueba por fin la ayuda financiera a Ucrania, Israel y Taiwán

Zelenski pide a Washington que acelere la tramitación de la ley que financia la maquinaría de guerra ucraniana y que incluya en las partidas de material militar enviado a Kiev misiles de largo alcance

Mike Johnson explica a los reporteros los resultados de las votaciones este sábado en la Cámara de Representantes.

Mike Johnson explica a los reporteros los resultados de las votaciones este sábado en la Cámara de Representantes. / J. SCOTT APPLEWHITE

Marc Marginedas
Àlex Bustos
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La alegría y hasta euforia que en los últimos meses han venido exhibiendo los dirigentes rusos respecto al devenir de la guerra en Ucrania ha cambiado súbitamente de bando. En Kiev, civiles y políticos han continuado expresando su satisfacción ante la adopción, el sábado, del paquete financiero de más de 60.000 millones de dólares para subsanar sus necesidades militares y logísticas y frenar la invasión rusa, mientras que en Moscú, representantes del Kremlin continuaban difundiendo protestas y condenas. En las líneas de frente, todo parece indicar que el Ejército ruso está apretando el acelerador para avanzar lo más posible aprovechando la ventana de oportunidad que le concede la tramitación de la ley en EEUU y la necesaria logística, antes de que comience a llegar armamento de refresco a las líneas ucranianas.

"Estamos muy agradecidos por la ayuda de EEUU, la moral estaba por los suelos, ya que solo oíamos 'apoyamos a Ucrania, nuestro aliado y socio' pero ninguna ayuda", explica Anastasyia, una ucraniana que no menciona su apellido, en un mensaje de Whatsapp a EL PERIÓDICO. "Ahora, al menos podremos planear nuestras vidas, y tendremos los medios para luchar; todos estos meses de espera han costado tantas vidas, en Lviv había funerales cada día; recientemente, murió un chico al que seguía en Twitter", continúa. Bogdan, joven originario de Odesa que planeaba evitar la movilización y viajar a Europa alegando circunstancias familiares, también ha expresado su satisfacción. "Por supuesto, la gente está contenta", admite. Sin embargo, no identifica signos de euforia a su alrededor, ni tampoco le consta que saliera la gente a la calle para celebrar la noticia. "No hay motivo para ello, estamos a la espera de que Rusia inicie una contraofensiva", recuerda con inquietud, antes de expresar su desconfianza hacia los aliados: "la contraofensiva del verano pasado fracasó porque no nos dieron los medios para llevarla a cabo; yo mismo me alistaría voluntario si supiera que las armas por fin van a llegar", indica a través del teléfono.

Los dirigentes ucranianos, y en particular el presidente Volodímir Zelenski, reiteraron sus muestras de satisfacción durante todo el domingo. "Apreciamos cualquier tipo de apoyo para nuestro país, su independencia, su gente, y su modo de vida, que Rusia está intentando enterrar bajo los escombros", valoró el mandatario en un mensaje de X (antes Twitter).

Rusia, por su parte, no tiene reparos en expresar sus protestas y adelanta que Ucrania será el nuevo "Vietnam" de EEUU. De la mano de su portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, Moscú ha hecho saber a Washington su rechazo total a su implicación en la guerra rusoucraniana y el fracaso que cree que supondrá. "En este contexto, confirmamos que las acciones de EEUU como parte 'de facto' en el conflicto recibirán una respuesta incondicional y decisiva, y la inmersión cada vez más profunda de Washington en la guerra híbrida contra Rusia terminará con un fiasco tan estrepitoso y humillante para EEUU como lo fue en su momento en Vietnam y Afganistán", afirmó Zajárova.

"Saldremos victoriosos"

Otro de los nombres de confianza del régimen ruso, Dmitri Medvédev, expresidente del país y vicepresidente del Consejo de Seguridad, declaró en su canal de Telegram que la ayuda estadounidense es “rusofobia”, además de inútil. "Por supuesto, saldremos victoriosos independientemente de los 61.000 millones de dólares ensangrentados, que en su mayor parte serán devorados por su insaciable complejo industrial militar", escribió en redes, usando su estilo habitual muy crítico con Occidente, nada que ver con la imagen que quiso transmitir cuando era el mandatario del país euroasiático.

Moscú también está indignado con EEUU por la incautación de activos rusos. La misma Zajárova cree que adoptando dicha decisión “Washington acaba recurriendo incluso al vulgar robo de activos rusos”. Para ella la clave de este apoyo no es confiar en la victoria ucraniana, sino que su estrategia consiste en que "las Fuerzas Armadas de Ucrania sigan aguantando" hasta las elecciones presidenciales de noviembre, para no "mancillar la imagen de Biden".

Este clima de crispación evidencia que lo que se vio a principio de milenio, con el presidente estadounidense George Bush y su homólogo ruso Vladímir Putin haciendo buenas migas, es algo de un pasado lejano. Aleksándr – nombre ficticio-, un ciudadano ruso, apunta que todas estas medidas responden “a la voluntad histórica de los anglosajones a doblegar y romper Rusia, algo en lo que nuevamente fracasarán”.

La principal cuestión que se plantea ahora es cuando comenzará a llegar el nuevo material bélico, que probablemente incluirán baterías de misiles de largo alcance ATACMS, tal y como viene demandando repetidamente el propio Zelenski. La embajadora ucraniana en Washington, Oksana Markarova, ha revelado que los preparativos llevaban ya tiempo en marcha, lo que permitirá que la distribución de las armas sea solo "cuestión de días". Aprovechando este lapso de tiempo, el Ejército ruso está intensificando sus acciones ofensivas, en particular en la localidad de Chásiv Yar, próxima a Bajmut, y hasta ha informado de la toma de una pequeña localidad próxima, de nombre Bogdanivka.

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