La Mercè se olvida del Besòs y recorta la fiesta en la periferia de Barcelona

Marta y Maria bajaron desde Trinitat Vella este sábado, rodeadas de críos, para disfrutar de los juegos y números infantiles que, en esta Mercè, se han enseñoreado del parque de la Estació del Nord. El trayecto desde la periferia al centro de Barcelona se antojaba una regresión al pasado, a ediciones de antaño, cuando el festín de actos se concentraba en el núcleo de la urbe, desdeñando a los barrios. “Es muy guai, pero funcionaría mejor en el parque de la Trinitat, como se hizo hasta el año pasado. Lo echamos en falta. ¡Queremos esto en la Trini!”, exclamaba la pareja, tirando de guasa, aunque sin hacer broma en ningún caso.

Los festejos han prescindido de dos escenarios enclavados en el extrarradio que orbita en torno al Besòs, descubiertos con abrumador éxito en los últimos años. Fueron también meritorios por revelarse capaces de lograr lo que bien puede etiquetarse como gesta, la de trasladar a decenas de vecinos del meollo de la capital hacia las afueras, siempre desconocidas para el gran público. 

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La afluencia se desbordó en la orilla del Besòs cuando aglutinó espectáculos familiares en 2018 y 2019. No fueron pocos los que entonces se arrojaron a darse un baño en el río, brindando una imagen inédita desde hacía mucho - e imprudente, acaso- en aguas convalecientes por años de vertidos. El parón obligado por el covid truncó el incipiente amorío de la Mercè con el parque fluvial, que tenía la virtud de ensanchar la verbena hasta el límite donde Barcelona se funde con Santa Coloma de Gramenet. Superado el escalofrío de la pandemia, el Besòs no ha vuelto a aparecer en los folletos de la fiestas. No figuró el año pasado, tampoco este. 

Del cartel también ha caído el parque de la Trinitat, pese a poseer una conexión óptima en metro -allí desemboca una parada de la L1- y haberse consagrado tras no fallar ni una Mercè desde que se incorporó en 2016. El jardín que suaviza el interior del nudo viario pegado al Besòs aliñó un repertorio robusto de circo, danza, teatro y música. Fue exhibido como la credencial de que el Ayuntamiento se proponía descongestionar el centro para expandir las celebraciones hasta el último confín de Barcelona. 

Estupor vecinal

Que la Mercè pase de largo esta vez ha desconcertado a Trinitat Vella, asegura Manoli Vera, presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio. “Nos parece muy mal. Ni se nos había comunicado siquiera. Nos enteramos en agosto, cuando la chica del bar del parque llamó al Ayuntamiento. Tenía que hacer una preparativos pero le dijeron que no habría actos este año”, cuenta Vera. 

La entidad ha enviado una carta en que muestra su descontento al alcalde, Jaume Collboni. El colectivo vecinal solicita una reunión con el edil y el Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB). “Nos dicen que no se hace este año por recortes presupuestarios, pero no lo creemos. Porque el mismo evento se ha llevado a la Estació del Nord. Si fuera por recorte, se anula el evento, no se traslada”, opone Vera.

La dirigente vecinal subraya que la elección de la Trinitat Vella como escenario de la fiesta no era un mero divertimento, sino una forma de reivindicar al barrio e infundir aliento a una de las Barcelonas lastradas por la pobreza y los clichés. “Era traer un trocito de la Mercè y de Barcelona, que se nos conociera dentro de la ciudad, no por ser un barrio periférico y con mala fama -recalca-. Dar a conocernos sin esa presión ni ese mal rollo, que se fuera quitando poco a poco y traer un poco de Barcelona aquí. El barrio estaba muy orgulloso. Muchos vecinos nos han preguntado por qué no ha vuelto”. 

Previsión incumplida

Unas obras en la losa que da acceso al césped que flanquea el Besòs dejó sin fiesta al río en 2022. El ejecutivo municipal se comprometió a que la Mercè hollara de nuevo la margen este 2023; no obstante, la previsión no se ha cumplido.

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“Hemos tenido cambio de gobierno y, quizá, no estaban hechas las planificaciones. Hemos llegado tarde”, constata la presidenta de la Asociación de Vecinos de Bon Pastor, Paquita Delgado. Piensa que los festejos podrían haber recalado esta vez en el vecindario, donde ya solo queda un último reducto de las Casas Baratas. En todo caso, Delgado evita polemizar.

“Ha sido un fallo de todos. Nos hubiese gustado, más ahora que tenemos casi todo terminado y quedan unas casitas por derribar... En la asociación hemos estado más focalizados en las últimas adjudicaciones de pisos del plan de transformación del barrio que en las fiestas, pero tienen una importancia vital: el resto de Barcelona tiene que conocer la recuperación del Besòs y este parque”, postula.

Por su parte, el ICUB replica que “los escenarios de la Mercè no son fijos”. La respuesta sirve tanto para el parque fluvial como para la Trinitat. “Que este año no se hayan usado no quiere decir que no se vaya a volver”, puntualiza el ente. En el caso del río, señala que las actuaciones se reubicaron en 2022 en el parque del Aqüeducte, en Ciutat Meridiana. “Funcionaron muy bien y por eso se repite allí este año”, indica.  

Delgado explica que en el Bon Pastor “se ponen las pilas” para recobrar la Mercè en 2024. Añade que el consistorio les ha transmitido que tiene idea de que los actos desembarquen de nuevo en el río. Mensaje similar ha llegado a la Trinitat Vella. “La directora de eventos del ICUB me dice que no nos preocupemos, que la Mercè va a seguir aquí. Pero no es suficiente garantía. Lo vamos a seguir de cerca”, promete Vera.