Registro inédito: los pantanos baten su récord negativo en Catalunya

Ya se batió el récord negativo de este siglo, el de la sequía de 2008. Pero todavía quedaba un dato histórico por superar, el de 1989, el peor desde que hay registros. Hoy los embalses de las cuencas internas de Catalunya han tocado fondo y disponen de menos reservas de las que había en noviembre de hace 34 años. Entonces se situaban al 19,08%. Este jueves, el volumen medio es del 19,05% de su capacidad.

Este registro, como ya se ha anunciado en los últimos días, deja las comarcas de Barcelona a las puertas de la entrada en emergencia, la fase 'semáforo rojo' del plan de sequía. Las empresas suministradoras de agua ya están ensayando por si tienen que bajar la presión del agua que llega a los grifos y la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) insiste: la entrada en este escenario es "inevitable".

La sequía pluviométrica –lo que llueve– es mucho peor que las de 2008 y 1989. Sin embargo, no se había superado el récord hasta ahora porque la población se ha abastecido con agua de las desalinizadoras y agua regenerada. Es decir, Catalunya no depende tanto del agua de los pantanos (la de los ríos, o sea, la de la lluvia) como décadas atrás.

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El reto que se han marcado las administraciones es conseguir que esta dependencia sea todavía menor en un futuro próximo. Sin embargo, para que la situación actual se resuelva, deberán llegar precipitaciones abundantes.

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Tanto en octubre como en lo que llevamos de noviembre ha llovido, pero mucho menos de lo que se preveía. De hecho, 2023 será el año más cálido jamás registrado.